rutas del vino
Ruta de enoturismo por la D.O. Calatayud: golf o termalismo combinado con catas de vinos
La Ruta del Vino Calatayud es una de las más visitadas de España. La denominación abarca 46 municipios y de ella forman parte 14 bodegas de la zona.
La Ruta del Vino Calatayud es una de las más visitadas de España, con más de 200.000 visitantes al año. Buena parte de ellos pasan por el Museo del Vino, situado dentro del Monasterio de Piedra, uno de los principales reclamos turísticos del territorio de la Denominación de Origen Calatayud. El cultivo de la vid en esta zona de la provincia de Zaragoza se remonta al siglo II a. C., según el hallazgo de un lagar en el pueblo Celtíbero de Segeda, situado entre los términos municipales de Belmonte de Gracián y Mara. Las primeras bodegas con actividad datan de hace 250 años y estaban excavadas a mano en y orientadas al norte para conservar la temperatura y humedad.
En aquella época, cada viticultor elaboraba su vino de forma artesanal, con procesos totalmente manuales para después fijar un precio por cántara y venderlo. Así funcionó hasta la creación de las primeras cooperativas, en los años 50 del siglo pasado. En la actualidad, 46 municipios y 14 bodegas forman parte de esta Denominación de Origen, cuya especialidad es la garnacha. Son Agustín Cubero, Ángel Luis Pablo Uriol (Valdepablo), Ateca, Augusta Bílbilis, Breca, Colás Viticultores, Esteban Castejón, Guerrero Sebastián, Langa Hnos. S.L., Niño Jesús, San Alejandro, San Gregorio, Raíces Ibéricas y Virgen de la Sierra. Por la altura a la que se encuentran los viñedos en esta zona, la maduración y la cosecha se posponen, por lo que la vendimia en sus campos se realiza bien entrado el mes de octubre..
Experiencias y planes de enoturismo
Además de las visitas a bodegas, que suele llevar una cata de varios vinos incluida, el enoturismo en esta Denominación de Origen ofrece otras experiencias, coordinadas por Viajes Jalón. La agencia organiza paquetes casi a medida, con distintos precios según lo que el cliente pida. Una de estas experiencias combina el vino con la práctica de golf. Otro de los packs incluye la visita a una bodega más el alojamiento en el emblemático Mesón de la Dolores y la visita a su museo, ubicado en el mismo edificio. Otra opción es la que llaman ‘Vino-piedra-agua’ y que completa la visita a una bodega con la entrada al Monasterio de Piedra y, finalmente, el acceso a uno de los balnearios de la zona. Por otro lado, la Ruta del Vino Calatayud también ofrece actividades especialmente diseñadas para grupos, con precios especiales según el número de integrantes.
En cuanto a las visitas a bodegas, algunas ofrecen experiencias para fechas especiales, como el día del padre. Es el caso de Raíces Aragonesas, en Maluenda. Para el próximo 18 de marzo se propone una cata especial para pasar un rato en familia y probar quesos de cuatro países, Italia, Suiza, Francia y España, acompañados de sus mejores vinos. Entre las actividades que se realizan de forma regular, hay una cata a ciegas, donde se pone a prueba el gusto y el olfato de los visitantes, que podrán probar cinco variedades autóctonas.
También son visitables las bodegas Virgen de la Sierra, en Villarroya de la Sierra. Las visitas suelen ser los fines de semana y cuestan 15 euros, pero también se puede concertar previamente una visita entre semana. En Esteban Castejón, en la localidad de Ibdes, la visita cuesta 10 euros y además de mostrar las instalaciones, se explica cómo es el sistema de elaboración que durante años se emplea en la bodega. Después se pasa a degustar sus vinos. En Bodegas San Alejandro (Miedes) las visitas pueden ser de lunes a viernes y, mientras se pasea por las instalaciones, se habla de los orígenes del vino y de las peculiaridades de Calatayud como zona productora. La visita termina con una cata de sus vinos acompañados de un snack. En Bodegas Langa, situadas en Calatayud, la visita al viñedo y las instalaciones se puede completar con un tour turístico por la localidad.
Visitar el Museo del Vino
El Monasterio de Piedra es uno de los principales enclaves dentro de la zona de producción de la DO Calatayud. En su interior no podía faltar un guiño a la tradición vitivinícola de la zona y por eso alberga el Museo del Vino. El espacio se inauguró en 1998, aunque ha sido recientemente reformado y actualizado con una nueva imagen y contenido. Se ubica dentro de la cilla monacal, es decir, lo que se empleaba como almacén para guardar los alimentos y donde estaban las antiguas bodegas. Se compone de dos estancias en doble planta superpuesta y es de las pocas disposiciones de cilla que existen en los Monasterios Cistercienses. La zona expositiva se divide en tres salas: ‘El vino como ciencia’, ‘El vino y la cultura’ y ‘El vino y la calidad’. Además tiene un espacio dedicado a la agricultura y una sala de prensado de la uva.
