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Los encantos de la “cara oculta” del Moncayo

La Comarca del Aranda, tradicionalmente conocida por la industria del calzado, guarda varios tesoros que merece la pena conocer.

Vistas desde el Castillo de Mesones de Isuela.
Vistas desde el Castillo de Mesones de Isuela.
Beatriz del Molino

Situada al sur del Moncayo apenas a una hora de la ciudad de Zaragoza, la Comarca del Aranda -formada por 14 pueblos- es quizá la zona menos explotada turísticamente del entorno. Tanto es así que popularmente se le conoce como “la cara oculta” del Moncayo. Sin embargo, al igual que la cara norte, esconde tesoros que merece la pena conocer.

Agustín Serra, gerente del nuevo Plan de Sostenibilidad Turística de la Comarca del Aranda, quiere dar un impulso al turismo de la zona. “No somos Formigal, pero hay cosas muy bonitas que se desconocen”, reconoce. María Jesús Grávalos, natural de Tierga, gestiona la agencia de viajes Torre de Babel. Hace algo más de dos años, durante la pandemia, creó ‘Al abrigo del Moncayo’, una iniciativa a través de la cual organiza experiencias turísticas. Entre ellas, está la finalista a la mejor experiencia turística de Aragón: “Vendimiador por un día”,

Uno de los pícnics que organiza María Jesús Grávalos en el castillo de Mesones de Isuela.
Uno de los pícnics que organiza María Jesús Grávalos en el castillo de Mesones de Isuela.
Beatriz del Molino

“El Moncayo atrae, atrapa”, reconoce Grávalos, quien apuesta por un turismo “de calidad” que sea capaz de transportar al viajero a las tradiciones de la zona. Visitas teatralizadas, viajes en bicicleta, rutas de senderismo, espeleología , pícnics en la naturaleza con productos locales, ‘escape rooms’, actividades de relajación… nada se le escapa a la tiergana, enamorada de su tierra.

Y no es para menos, porque visitar la Comarca del Aranda es empaparse de miles de años de historia en un territorio por el que pasaron celtíberos, cristianos, musulmanes y judíos. Precisamente en la localidad de Gotor, al lado del monasterio, hay un parque dedicado a este concepto, bautizado como ‘El parque de las cuatro culturas’, donde se pueden observar elementos de cada una de las principales civilizaciones que una vez formaron parte de esta singular tierra.

Una de las zonas del parque de las cuatro culturas, en Gotor.
Una de las zonas del parque de las cuatro culturas, en Gotor.
Beatriz del Molino

Illueca, mucho más que zapatos

Junto a Brea de Aragón, Illueca es considerada uno de los principales mercados donde comprar calzado, principal base económica de la zona. Sin embargo, esta localidad tiene mucho más que ofrecer. El castillo del Papa Luna, situado en lo más alto del pueblo, sirvió de hogar al aragonés Benedicto XIII (Papa Luna), y ahora se ha reformado para convertirse en una hospedería que promete trasladar al turista de vuelta al siglo XIV.

Las 22 habitaciones reflejan el espíritu medieval, aunque no dejan de contar con todas las comodidades del siglo XXI. Quien se acerque a Illueca no puede dejar de visitar el castillo-palacio y empaparse de toda la historia que se esconde en cada rincón. Y es que Pedro Martínez de Luna, el único Papa aragonés, nació ahí, en una de las habitaciones que ahora sirven de escenario para la exposición en torno a su figura.

El castillo-palacio del Papa Luna en Illueca, también hospedería.
El castillo-palacio del Papa Luna en Illueca, también hospedería.
Beatriz del Molino

La hospedería cuenta también con un restaurante de cocina de autor que utiliza productos locales de temporada. Y para que sea imposible aburrirse en este palacio, se espera que para el 2023 comience a funcionar un trepidante ‘escape room’ sobre el Papa Luna, que acercará a familias y jóvenes a la historia de esta figura.

Otro castillo que no se puede dejar de visitar es el de Mesones de Isuela, una de las fortalezas mejor conservadas de Aragón y donde se esconde la ermita de la Virgen de los Ángeles, con una techumbre mudéjar que deja boquiabiertos a todos los que ponen un pie en la capilla.

La escalada, el deporte estrella

También hay lugar para la actividad física. Si hay un deporte que destaque en la Comarca del Aranda es la escalada. Concretamente, Calcena tiene una de las escuelas de escalada más populares para los amantes de esta disciplina. Un entramado de más de 500 vías hace que disfruten de la escalada tanto los principiantes como los más expertos. Desde lo más alto se puede contemplar unas vistas privilegiadas del Parque natural del Moncayo, en el valle del río Isuela.

La escuela de escalada de Calcena ofrece más de 450 vías.
La escuela de escalada de Calcena ofrece más de 450 vías.
María Jesús Grávalos

El albergue municipal de Calcena, además de habitaciones para los que se quieran alojar allí, cuenta con aparcamiento para los que opten por la autocaravana.

La gastronomía merece punto y aparte.  En Tierga está la Fonda de Esther. La cocinera (Esther) forma parte de la tercera generación que regenta uno de los restaurantes más queridos por los vecinos de la Comarca del Aranda.

A unos metros de la fonda se encuentra también un rincón mágico. La asociación de mujeres de Tierga trabajaron durante un año y medio con materiales reciclados para crear  el “Pinar mágico”, un pequeño parque lleno de decoraciones y sorpresas para pequeños y mayores.

El Pinar Mágico es un pequeño rincón en Tierga.
El Pinar Mágico es un pequeño rincón en Tierga.
Beatriz del Molino

El legado de los celtíberos

La localidad de Aranda de Moncayo es una de las protagonistas de la historia de los celtíberos a nivel nacional. Allí se puede visitar el Centro de Interpretación de la Celtiberia, que ofrece una sala de exposiciones recién inaugurada con réplicas de los famosos cascos expoliados en la comarca. En el mismo pueblo se encuentra el yacimiento arqueológico de la ciudad celtíbera Aratis. Aratis se situaba al lado del embalse de Maidevera, en el cerro de Castejón, y poseía una de las vistas más privilegiadas de la zona.

Vistas desde la ciudad celtíbera Aratis.
Vistas desde la ciudad celtíbera Aratis.
Beatriz del Molino

En definitiva, viajar por esta zona del Moncayo es descubrir castillos de leyenda, calles llenas de herencia musulmana, iglesias y ermitas con joyas ocultas, senderos en los que perderse… Y durante el próximo año se pretende seguir impulsando este “turismo de calidad”. Naturaleza, rutas de BTT, paleontología, astronomía, historia… son solo algunos de los elementos que sorprenderán a los que se atrevan a desvelar la “cara oculta del Moncayo”.

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