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Belchite, las trincheras de Sarrión, el frente de Los Monegros y otros vestigios de la Guerra Civil en Aragón

Cerca de 200 puntos distribuidos por las 33 comarcas aragonesas forman una ruta por este episodio bélico en la Comunidad.

Pueblo viejo de Belchite
Pueblo viejo de Belchite
Laura Uranga

El Pueblo Viejo de Belchite es la viva imagen de los estragos que la Guerra Civil hizo en Aragón, pero no el único. En la Comunidad hay cerca de 200 puntos, repartidos por las 33 comarca, que recuerdan el episodio bélico. La ruta por estos vestigios pasa por las tres provincias e incluye trincheras, fortines o refugios. 

En Zaragoza, el reflejo más impactante de la Guerra Civil es Belchite. La localidad fue testigo de una de las batallas más cruentas que arrasó con el pueblo. Pero parte de sus edificios se mantuvieron en pie y todavía hoy se conservan para recordar aquel episodio. Se conoce como el Pueblo Viejo de Belchite porque uno nuevo brotó con el tiempo. A la parte antigua se puede acceder con entrada y el espacio se recorre con visitas guiadas que se organizan tanto de día como de noche. 

Los guías de Belchite Turismo son descendientes de los propios vecinos que habitaron la población y los datos que aportan en los relatos se han obtenido tanto de la tradición oral como de la recopilación y contraste de la bibliografía y documentación existente, incluidos los partes oficiales de ambos ejércitos. 

Las entradas se pueden comprar tanto a través de internet como en la oficina de turismo de Belchite. La visita dura una hora y media aproximada y la diurna cuesta 8 euros. La nocturna tiene un precio de 12 euros y en ella no se narran los hechos ocurridos durante la batalla de la Guerra Civil, sino que se centra en la parte más desconocida de los restos a través de las leyendas que rodean a los edificios semiderruidos. La última incorporación a la visita han sido diez tótems que muestran imágenes del estado de varios de ellos tal y como quedaron tras ser bombardeados.

Aunque mucho menos conocidos, otros vestigios de la Guerra Civil salpican la provincia de Zaragoza. Entre el Burgo y Fuentes de Ebro está la zona de las trincheras de Vaidipuey, donde se conservan restos, como una garita y un vivac (un refugio improvisado). Hacia Belchite, aparece el aeródromo de Plenas y, más adelante, el de Lécera. Ambos se emplearon poco ya que se habilitaron para situaciones de emergencia. De aquellas pistas de tierra todavía se conservan restos, como una cueva-refugio antiaéreo en Plenas. También se han recuperado trincheras en el entorno del santuario de la Virgen de Herrera (Herrera de los Navarros) y se encuentran en bastante buen estado las de la ermita de la Virgen del Pueyo de Belchite.

Foto de Plenas
Plenas
Laura Uranga

Las fortificaciones del Vértice Parapetos, en Jaulín, y de Sierra Gorda, en Fuendetodos también se han recuperado. La primera era franquista y la segunda republicana, y se encontraban frente a frente, separadas por muy poca distancia.  

‘Atrinchérate’, los restos del entorno de Teruel

En las proximidades a la capital turolense hay geolocalizados 17 puntos con restos de la Guerra Civil. ‘Atrinchérate’ es el nombre de esta ruta con la que desde hace unos años se dan a conocer los vestigios del conflicto bélico en esta zona de la provincia. La última mejora ha sido su geolocalización en Google Maps para que encontrarlos sea más sencillo. Algunos de estos puntos de interés son las trincheras de Alfambra y de Argente, el frente de Santa Bárbara en Celadas, el búnker y las trincheras de Corbalán, las fortificaciones y los refugios de El Pobo, el búnker Cabezo Alto (entre Torrelacárcel y Singra), los fortines de Torrelacárcel, el nido de ametralladoras de Villel y las trincheras de Escorihuela, Villarquemado y Camañas.

Además, los estragos que la batalla de Teruel hizo en la capital se pueden recorrer a través de una ruta señalizada por la propia ciudad y por sus diez barrios rurales. El itinerario está pensado para hacerse a pie, en coche y en bici, y para recorrerlo bien hacen falta un par de días.

El búnker de Aldehuela está situado en una colina que domina el casco urbano de la pedanía.
El búnker de Aldehuela está situado en una colina que domina el casco urbano de la pedanía.
A. Q. / Bykofoto

La influencia de este enfrentamiento se extendió por los alrededores de la capital y salpicó, entre otros territorios, la Sierra de Albarracín. Aquí se pueden encontrar los restos del campamento donde se refugiaron los últimos maquis. Está oculto entre un pinar pero señalizado y el camino que lleva hasta este punto está totalmente acondicionado. En la peña de la Cruz, un alto que sirvió de vigilancia, quedan restos de nidos de ametralladora y en el alto de la laguna de Bezas se encuentra lo que pervive de un puesto de observación de hormigón.

Sin dejar la provincia, en Sarrión hay un museo dedicado a la Guerra Civil, desde el que parte una ruta para conocer una zona de fortificaciones defensivas reconstruidas, con pasadizos excavados en la roca. El complejo está señalizado y se puede recorrer a pie. En el entorno también se puede hacer senderismo por el barranco de la Hoz, donde quedan restos de un nido de ametralladoras. 

La línea del Cinca y el relato de George Orwell

En la provincia de Huesca hay dos zonas principales donde todavía se refleja el paso de la Guerra Civil. Una es la conocida como Línea del Cinca, que se extendía desde las inmediaciones del Pirineo hasta Gandesa (Tarragona), a lo largo de 120 kilómetros de nidos de ametralladoras, refugios para tropas, trincheras o polvorines. Actualmente, el territorio por el que discurre son las comarcas del Cinca Medio y del Somontano de Barbastro donde destaca, entre otros puntos, la posición de Selgua, en Monzón. Allí se desplegaron 66 emplazamientos para ametralladoras y atrincheramientos para 4.000 soldados. Todo este entorno se puede conocer con visitas guiadas que se van organizando durante el año, sin fechas concretas, desde Monzón y desde Castejón de Puente.

Punto de arranque de la Ruta Orwell
Punto de arranque de la Ruta Orwell
Patricia Puértolas

La sierra de Alcubierre, en Los Monegros, a caballo entre las provincias de Huesca y Zaragoza, es otra de las zonas donde contemplar restos de la Guerra Civil. En este lugar se ha trazado y difundido la conocida como ruta Orwell. Es un itinerario entre trincheras siguiendo los pasos del escritor George Orwell, que combatió en estas filas. Distinguida con el sello a la Excelencia Turística de Aragón, la ruta ocupa la fortificación principal de las creadas en las lomas del Monte Irazo. Se extiende por un frente de más de cien metros y en su recorrido cuenta con pozos de tirador individuales y uno doble, abrigos para personal y pertrechos, ramales de comunicación y un obstáculo perimetral tejido de alambradas. Para acceder a ella hay que seguir la señalización situada en la carretera A-129, que arranca en Santa Isabel (Zaragoza) y llega hasta Sariñena. 

Esta ruta forma parte del Frente de Los Monegros, el primer itinerario en contar con la declaración de Ruta de Memoria Democrática de Aragón. En él están incluidos otros vestigios como la posición de Santa Quiteria en Tardienta, el búnker de Lanaja o los restos del aeródromo de Sariñena. También está el centro de interpretación de Robres y restos en el entorno de Alcubierre, Leciñena, Perdiguera, Villamayor de Gállego, Farlete y Monegrillo, entre otros pueblos de la zona.

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