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Fraga recupera el Día de la Faldeta incluyendo rutas turísticas
Declarada Fiesta de Interés Turístico, la festividad se celebra cada año alrededor del 23 de abril, pero con la pandemia se dejó aparcada hasta este fin de semana.
La localidad de Fraga podrá volver a rendir homenaje a las mujeres de antaño, les dones de faldetes, este domingo 24 de abril, cuando se va a celebrar de nuevo el Día de la Faldeta. La festividad, declarada como Fiesta de Interés Turístico, se organiza cada año en torno al 23 de abril para ensalzar el traje regional fragatino y las tradiciones pasadas. En esta ocasión, la jornada va a ir acompañada de rutas turísticas guiadas para dar conocer la fiesta y la localidad. Se trata de una edición especial no solo por ese motivo, sino porque los fragatinos por fin recuperan su día más importante del año tras el parón de la pandemia.
La fiesta implica a toda la localidad, tanto en la organización, a través de una decena de asociaciones y agrupaciones, como en la participación. Ese día, hombres, mujeres de todas las edades, niños y niñas y hasta bebés salen a la calle para lucir la indumentaria regional. Es su manera de recordar la forma de vida de las mujeres de la antigüedad, así como de alabar y lucir una vestimenta única.
Todo comenzó hace 45 años, como un pequeño reconocimiento que la Peña Fragatina decidió hacer a las alrededor de 200 abuelas que todavía entonces seguían vistiendo como a finales del siglo XIX y principios del XX.
Desde entonces, la fiesta ha cambiado y crecido mucho. Ahora la sufraga el Ayuntamiento y en el municipio hay una estatua que simboliza este día y representa a sus queridas dones de faldetes. Se trata del Monumento a la Mujer Fragatina, ineludible parada dentro de las rutas turísticas que se organizan este domingo en Fraga. Con el objetivo de ampliar y potenciar la oferta para los visitantes que se desplacen hasta allí este 24 de abril, se ofrecerán visitas comentadas que pasarán por los principales atractivos de la fiesta, como el desfile, las estampas o la boda fragatina. Esta última es una representación que sirve como hilo conductor de toda la jornada y es el episodio que ha ayudado a recuperar la vestimenta tradicional, basándose en el cuadro del mismo nombre del pintor catalán Miguel Viladrich. Esta ruta comentada, que será de 10 a 12.30, irá acompañada de detalles, anécdotas y retales de la historia de las tradiciones y costumbres de Fraga y sus habitantes.
Las visitas guiadas seguirán por la tarde, para acercar al turista a algunos de los puntos más relevantes de la localidad, como la iglesia de San Pedro, el palacio Montcada, o el Castell. Durante los pases, que serán dos y tendrán una duración de unos 75 minutos, un guía local acompañará al visitante en un recorrido por la historia, la cultura y el patrimonio de Fraga. Las salidas serán a las 16.30 y a las 18. Aunque tanto las visitas de la mañana como las de la tarde son gratuitas, hay que reservar plaza previamente en la Oficina de Turismo, por teléfono, correo electrónico o en el portal web de reservas del Ayuntamiento de Fraga.
Una celebración ansiada
Los fragatinos preparan esta edición de su Día de la Faldeta con especial ilusión ya que desde 2019 no lo pueden celebrar. En aquel año, 1.200 personas se vistieron con la indumentaria regional y tomaron las calles de Fraga. Unas calles que este domingo volverán a llenarse de colores, con los trajes típicos de la localidad. La tradición de confeccionarlos o encargarlos y vestirse con ellos al menos una vez al año pasa de generación en generación, tratando de preservar las costumbres de sus mujeres del pasado. Aunque en muchos casos los trajes se confeccionan para la ocasión, siguiendo el modelo antiguo, en algunas familias son heredados.
La base de este traje de llauradora o labradora es la misma que la de la vestimenta de baturra. Lleva enaguas, saya, delantal y mantón, entre otros elementos comunes en este tipo de vestidos. El de Fraga, como el de cada localidad, tiene sus peculiaridades, como el tamaño de los brocados que indican la influencia levantina o la abundancia de mantones de manila, algo poco común en otros lugares de Aragón. La guinda del pastel son los característicos peinados de las mujeres, conocidos como rosca y picaport.
Además de incluir las visitas guiadas, este año hay otras novedades en el programa del Día de la Faldeta de Fraga. Así, por primera vez, el desfile de los fragatinos ataviados con la indumentaria tradicional arrancará en los jardines Juan Carlos I, a las 11, y llegará hasta la iglesia de San Pedro. Previamente, a las 10.30, comenzará la recreación de la boda, con las comitivas que van a buscar al novio y a la novia a sus respectivas casas. A ellas se sumarán después el resto de vecinos, junto a la Rondalla de Peña Fragatina y los Amigos del Folclore del Bajo Cinca. Al finalizar la marcha, habrá una misa baturra. Y como no hay boda sin baile, esta de Fraga también tiene su propio vals. Los novios, ya como marido y mujer, y todo el cortejo nupcial bailarán en la zona de la pista (calle de Santa Quiteria).
Durante el día, habrá otros reclamos, como la recreación de diez escenas costumbristas en varios rincones de Fraga. Son las conocidas como estampas y, distribuidas por el casco histórico, representan oficios antiguos. También habrá juegos tradicionales en el paseo Barrón, una actuación de los Títeres de Cachiporra en el parque del río o el vermut popular en la plaza de España. El mercado de artesanía de la avenida de los Reyes Católicos estará abierto toda la jornada.
Por la tarde, además de las visitas guiadas por los principales enclaves de Fraga, tendrá lugar el acto de homenaje a las abuelas, vistiendo de negro como ellas lo hicieron cuando guardaban luto. Será en la zona de la pista, con la actuación de la Rondalla Peña Fragatina y el sorteo del Día de la Faldeta, en el que se rifa una mantilla valorada en 300 euros.
Folclore, tradición, ocio y turismo se dan cita de nuevo en Fraga en un día que si ya de por sí es especial, este año lo será más todavía. Los dos últimos, 2020 y 2021, la festividad no se pudo celebrar en condiciones. Entonces, los mantones de manila se colgaron de los balcones y en las casas se pusieron jotas para no dejar a sus dones de faldetes sin honrar. Este año, el homenaje vuelve a la normalidad con más ganas que nunca.
