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Excursiones para hacer con raquetas de nieve en el Pirineo

Cada vez son más los aficionados a esta práctica que, en invierno, permite llegar a lugares recónditos caminando sobre un manto blanco.

Excursión de raquetas en el Pirineo en una imagen de archivo
Excursión de raquetas en el Pirineo en una imagen de archivo
Javier Blasco

Realizar rutas con raquetas de nieve es una práctica cada vez más popular entre los apasionados de los deportes de invierno. El Pirineo aragonés ofrece miles de itinerarios para poder conocer lugares recónditos caminando sobre un manto blanco. Para ello solo hace falta calzarse las raquetas, y si no se dispone de ellas, en todos los valles de la cordillera se pueden alquilar.

Una de las zonas con más opciones para hacer una excursión con raquetas de nieve es el valle de Tena. Así, se pueden recorrer lugares míticos, como el Balneario de Panticosa. Por sus alrededores hay trazado un itinerario recomendado para quienes se están iniciando en esta práctica o para el público familiar. La distancia total de esta ruta es de apenas un kilómetro y medio, con un tiempo estimado de entre una y dos horas.

Otras alternativas en esta zona salen desde Biescas, con una ruta hasta la ermita de Santa Elena o una de las propuestas más populares, la excursión al Ibón de Piedrafita. En este caso, es un recorrido circular de siete kilómetros con un ascenso de algo más de 290 metros. El itinerario arranca en el pueblo de Piedrafita de Jaca y discurre a los pies de la Peña Telera.

Para quienes no quieran tener que portear las raquetas, en la zona del Portalet hay rutas que salen prácticamente desde el aparcamiento de coches. Las hay hacia Francia o también en dirección al Puerto Viejo de Sallent. Para expertos en la materia, se puede subir con raquetas al pico Cuyalaret (2.290 metros) desde el edificio Espacio Portalet. Son unos siete kilómetros de ruta de ida y vuelta que se pueden recorrer de forma lineal o circular. Por la distancia no parece una excursión complicada pero según las condiciones climatológicas y las nieblas espesas habituales en la zona, se requiere cierto nivel y precaución.

El circuito de Gabardito, perfecto para niños

Las excursiones con raquetas de nieve pueden ser también planes familiares y hay algunas rutas que son perfectas para hacer con niños. Es el caso del circuito de Gabardito, en el Valle de Hecho. Es un recorrido apto tanto para los más pequeños de la casa como para quienes quieran iniciarse en esta práctica. El circuito comienza en el mismo refugio de Gabardito, donde se puede alquilar el material si se necesita. Es una ruta circular de 4,5 kilómetros aproximados entre bosques de pinos y hayas, siguiendo el trazado de las pistas de esquí de fondo. En tiempo, la duración estimada de la actividad es de dos horas y media. Otra opción es tomar el sendero del GR-11 en dirección al pico Basaurín, hasta el collado de Foratón. En este caso, la ruta es de unos seis kilómetros de ida y vuelta (cinco horas).

Siguiendo en la comarca de La Jacetania, en el valle del Aragón también se pueden realizar excursiones con raquetas. Una de las rutas parte desde Canfranc Estación y va hasta el primer dique del barranco de Estiviellas. Es un itinerario corto (2,3 kilómetros) marcado como PR, sin apenas desnivel y que se recorre en menos de una hora por lo que es apto para todos los públicos.

En el entorno de Candanchú se pueden realizar varias rutas de raquetas, además del circuito que hay a pie de pistas. Una de las propuestas más populares es la excursión al ibón de Estanés, desde el parking de Sansanet. Si la cantidad de nieve y el tiempo acompañan, es una ruta fácil, sin grandes desniveles. La primera parte discurre entre bosque de hayas y abetos para ascender después en dirección al ibón recorriendo parte del sendero GR-11. La vuelta se puede hacer por el mismo camino y la duración aproximada será de una hora y media.

En la Ribagorza, en el entorno de los Llanos del Hospital, los caminos que durante el resto del año se recorren a pie en invierno con todo nevado se pueden transitar con raquetas. La estación de esquí, donde se puede alquilar el material, ha recuperado parte de un antiguo sendero, conocido como camino dels Aranesos. La distancia de esta ruta es de cinco kilómetros, los que unen Pllan del Hospital con el valle de Arán, terminando a 2.000 metros de altura con unas vistas de excepción.

Otro de los puntos del Pirineo donde se pueden alquilar raquetas es el refugio de Pineta, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Desde este valle también surgen rutas para recorrer caminando sobre la nieve. Dos opciones para expertos en esta práctica son la ruta de Espierba o la que lleva hasta la Larri. Además, en esta zona hay trazados varios circuitos de diferentes niveles, desde el de la Felquera, que es el más corto y sencillo (un kilómetro), hasta otros más largos, como el de Ronatiza (11 kilómetros). Todos estos recorridos se pueden seguir por libre o de la mano de guías expertos, como los de Espacios Nórdicos.

Estas son solo algunas de las opciones que los extensos Pirineos ofrecen en invierno para hacer una excursión con raquetas de nieve. Lo que antaño sirviera para que los lugareños pudieran desplazarse a pie durante los meses más fríos del año se ha convertido hoy en una forma de turismo activo para todos los públicos.

Aunque en principio es una actividad que no supone grandes complicaciones, los expertos recomiendan siempre planificar la ruta con antelación, además de consultar la previsión meteorológica así como los partes de aludes y de cantidad de nieve. En cuanto al equipamiento, lo imprescindible es llevar ropa de abrigo y calzado impermeable, junto con las raquetas y los palos para caminar. Según la dificultad de la ruta, incluso sería conveniente llevar una sonda para poder ser localizado en caso de avalancha.

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