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Formigal: de embalses, justicias y un parque faunístico

Los alrededores de la estación de esquí de Sallent de Gállego ofrecen paisajes, historia, aventura y, cómo no, nieve.

La oferta de servicios en Formigal es amplia y variada.
La oferta de servicios en Formigal es amplia y variada.
Aramón

Formigal es todo un clásico en el deporte de nieve en Aragón. Situada en el municipio pirenaico de Sallent de Gállego, junto a la urbanización del mismo nombre, la estación cuenta con 137 kilómetros de dominio esquiable divididos en cuatro grandes sectores: Tres Hombres (Sextas), Sarrios, Anayet y Portalet. En 2014, además, se unió con la vecina estación de Panticosa, formando el complejo invernal Aramón Formigal-Panticosa. Todo un lujo para los amantes de la nieve.

Y en Formigal, además, la diversión continúa a la luz de la luna. ¿Has oído hablar del ‘tobogganing’? Pues cuando la estación ha cerrado, el telesilla Sallent vuelve a funcionar para llevarte a la zona de Cantal, donde, después de cenar en una afamada ‘trattoría’, puedes deslizarte en un trineo de madera durante casi dos kilómetros y medio por una pista iluminada hasta volver a la zona de Sextas. Una ocasión para disfrutar de la nieve desde otro punto de vista.

Pero, como siempre, no todo es nieve en los alrededores de Formigal. No puedes perderte una visita a Sallent de Gállego, el pueblo al que pertenece la estación. Desde el punto de vista patrimonial, la localidad cuenta con interesantes monumentos, como su iglesia de estilo gótico del siglo XVI y su puente medieval. Un paseo sosegado por sus calles te permitirá descubrir bellos rincones rodeados de un paisaje extraordinario.

En la imagen, Sallent de Gállego, en cuya escuela se ha detectado el brote.
En la imagen, Sallent de Gállego, en cuya escuela se ha detectado el brote.
Laura Uranga

Sallent ofrece, además, la posibilidad de realizar diferentes excursiones a los picos e ibones cercanos. A pie por el sendero GR 11, podrás llegar desde Sallent hasta el Balneario de Panticosa. Además, hay un sendero que parte desde el pueblo y da la vuelta al monte Pacino, muy querido en la localidad.

Lanuza, el pueblo que resistió una inundación

Su nombre significa “ladera” y es un poblado precioso, que fue rescatado por sus propios habitantes. Renació para conservar su cultura, convertirse en un centro turístico, y el lugar elegido para celebrar Pirineos Sur, el Festival Internacional de las Culturas.

Próspera y eminentemente ganadera en sus orígenes, la construcción del embalse de Lanuza en 1976 provocó el paulatino y forzado despoblamiento de la localidad hasta quedar completamente deshabitada en 1978. Víctima del expolio y el abandono, en la década de los 90 los antiguos moradores consiguieron recuperar las propiedades no sumergidas e iniciaron un proceso de revitalización que sigue activo.

Lanuza se vuelve multicolor en verano
Lanuza se vuelve multicolor en verano
Laura Uranga

Lanuza es célebre también por haber sido cuna de nueve justicias de Aragón, entre ellos Juan V de Lanuza.

También merece una visita Biescas. Este bonito pueblo pirenaico se extiende a ambos lados del río Gállego, surgiendo así dos barrios diferenciados: El Salvador y San Pedro, presididos por sendas iglesias del mismo nombre. Como espacio museístico en la villa destaca el Museo de la Torraza, situado en una casa nobiliaria del siglo XVI.

En sus alrededores podrás visitar la ermita de Santa Elena y dos dólmenes del neolítico a los que se puede acceder andando a través de un sencillo paseo. También puedes acercarte hasta Polituara, anexionado a Biescas pero despoblado desde la construcción del Embalse de Búbal en 1971, apenas a dos kilómetros del núcleo urbano, que supuso la expropiación de sus casas. En la actualidad, descendientes del pueblo tratan de reconstuirlo y recuperar así las historias de sus familias.

Nieve en Biescas
Nieve en Biescas
Rafael Gobantes

Un recorrido ideal para hacer con niños es la Ruta de los Búnkers de Biescas. El itinerario parte de las proximidades del fuerte de Santa Elena y recorre las obras fortificadas construidas durante la posguerra para defender la línea fronteriza. A esta gran barrera defensiva se la denominó la Línea P -la letra “P” es la abreviatura de Pirineos- y atravesaría las montañas y valles pirenaicos desde el Cantábrico al Mediterráneo, a lo largo de unos 500 kilómetros.

Por cierto, éste no es el único lugar en el que podemos encontrar restos de la línea P en el Pirineo aragonés. El municipio de Canfranc cuenta también con varios búnkers pertenecientes a esta línea defensiva, muchos de ellos recuperados y accesibles, y se encuentran situados en las proximidades de la Estación Internacional de Canfranc, en el conocido como paraje de Los Arañones.

A muy poca distancia de Biescas discurre la famosa Ruta de las iglesias de Serrablo, que incluye joyas como San Bartolomé de Gavín o San Pedro de Lárrede.

Un balcón que quita el hipo

A 1.270 metros de altitud, y sobre el embalse de Búbal, Hoz de Jaca da la bienvenida al Valle de Tena. Se trata de un pueblo con unas vistas espectaculares que no dejan indiferente a nadie y que hacen que esta pequeña localidad sea un mirador natural y uno de los rincones más especiales del Valle de Tena. Pasea por sus calles y disfruta de su arquitectura popular, observa los escudos de las casas de Hoz, y escucha el repique de las campanas de la Iglesia de San Lorenzo. Además, puedes pasar un rato en el famoso Mirador del Muro, un balcón suspendido sobre el embalse de Búbal que quita el hipo a todos los que se acercan hasta él.

Mirador de Hoz de Jaca
Mirador de Hoz de Jaca
Turismo de Aragón

Y como colofón a un día en familia por los alrededores del Formigal, descubre los secretos del bosque de Lacuniacha, un parque faunístico natural que te propone un paseo de cuatro kilómetros y medio para conocer la fauna y flora local, animales que viven en la actualidad o que han vivido en el Pirineo.

Un recorrido de entre dos y tres horas te permitirá conocer los alrededor de 120 animales de 14 especies diferentes que habitan allí.

Ciervos, gamos, renos, linces boreales, bisontes, caballos de Przewalski, osos, muflones, jabalíes y lobos son algunos de los animales que podrás observar en este parque situado a 1.380 metros de altitud y que ocupa 30 hectáreas en pleno corazón del Pirineo oscense, en la localidad de Piedrafita de Jaca. Todos han nacido en cautividad, provienen de centros de recuperación o han sido rescatados de lugares donde no recibían los cuidados necesarios para su bienestar. Además, el parque no supone una barrera para otras especies que viven en libertad en el bosque de modo que las vallas de los recintos están preparadas para que la fauna autóctona pueda entrar y salir sin problemas. Por eso no te resultará difícil observar ardillas, topos, marmotas o aves autóctonas.

Parque Faunístico de Lacuniacha
Parque Faunístico de Lacuniacha
L. Valero

En el parque, además, hay un itinerario botánico para profundizar en la flora del Pirineo y en el que se destacan 21 especies vegetales.

Información práctica

Cómo llegar a la estación de esquí de Formigal. 

Para llegar a Formigal desde Zaragoza hay que recorrer 157 kilómetros, primero por la autovía A-23 (pasando por el puerto de Monrepós) y luego por la N-260, para acometer los últimos kilómetros por la A-136 desde Biescas. Desde Sallent de Gállego, el municipio al que pertenece la urbanización de Formigal, también se puede ir por la cuesta de la Cabañera y la calle Francia, en 6,6 kilómetros de muchos virajes.

Desde Madrid (466 km) A-2 Dirección Zaragoza-Huesca-Sabiñánigo-Panticosa- Formigal.

Desde Barcelona (356 km) A-2 Dirección Lleida-Huesca-Sabiñánigo-Panticosa-Formigal.

Desde Pamplona (162 km) Dirección Jaca-Panticosa-Formigal.

Desde San Sebastián (246 km) en dirección Pamplona-Jaca-Panticosa-Formigal.

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