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Aurencio Omeñaca, madera de gran artesano en Villafranca de Ebro

El nonagenario artista ha reproducido con exquisita fidelidad la Basílica del Pilar y la plaza de toros de la Misericordia

Aurencio Omeñaca, junto a su réplica de madera de la Basílica del Pilar
Aurencio Omeñaca, junto a su réplica de madera de la Basílica del Pilar
Laura Uranga

Nació en Ágreda y lleva 70 años en Villafranca de Ebro, "contando los que festejé aquí". Aurencio Omeñaca y su esposa Eutimia Labarta tienen una bodega magnífica en su pueblo, un verdadero museo de la madera. Todo lujo de detalles, una mesa inmensa, sillas de hechuras artísticas, una barra al estilo Far West mezclada con sobriedad bávara… y todo en Villafranca.

Aurencio nunca había trabajado la madera hasta los 70 años. "He sido agricultor toda la vida, tengo 90 años; he hecho de todo en el campo, pero hace 20 años me operaron de cáncer de próstata y tuve que jubilarme. Si no hubiera sido por eso… los agricultores no se jubilan nunca. Yo solo hice por esta razón de fuerza mayor. Lo de la madera vino por un encargo; tengo una hija profesora de manualidades, Ana, que me pidió que le hiciera unas ventanicas para su fachada, me pasó un dibujo de lo que quería y las hice. Le gustaron mucho, y me animé a probar alguna otra; acabé haciendo miles por encargo para personas de Barcelona, Segovia, Zaragoza… sitios donde ella donde iba a impartir cursillos y enseñaba mi trabajo".

Aurencio y Eutimia, con la maqueta de la plaza de toros de Zaragoza.
Aurencio y Eutimia, con la maqueta de la plaza de toros de Zaragoza.
Laura Uranga

Aurencio invirtió en equipo y se fue marcando nuevos retos sin prisa ni pausa. "Me dediqué a hacer una maqueta desmontable de mi casa, ahí la tienes –señala a una esquina de la bodega– y puedes ver todos los detalles. Las habitaciones, el ajedrezado del suelo, la cocina embaldosada... se quita el techo para que se pueda ver bien. Las puertas llevan cristales, se abren todas; improvisé la función de las bisagras con alfileres, porque no encontré tan pequeñitas. También hay detallismo en las sillas de cuero, con los remaches, y en el número de escalones de todas las escaleras, que quizá es lo que más me ha costado. He hecho lo que he podido, vaya". "Y ha metido muchas horas –apunta Eutimia– para hacerlo como le gusta, bien". La maqueta de la casa está sobre una plataforma giratoria, para que pueda verse cómodamente desde todos los ángulos.

La mesa de la bodega, con 16 sillas, es otra maravilla salida del talento natural de Aurencio. En cuanto a la maqueta del Palacio del Marqués en Villafranca, los adjetivos se quedan cortos. Las mismas tejas que tiene ha puesto Aurencio; las ventanas, idénticas; las persianas se pueden enrollar, los nidos de las cigüeñas están hechos con esparto... todo perfecto. "Por un milímetro de despiste parece que no pasa nada, pero si se van acumulando… las hiladas de ladrillo coinciden con la realidad a más del 90 por ciento, está hecho a escala 1/100. Cuando empecé a hacerlo me lo sabía de memoria: balcón, ventana, balcón, y así. Un sobrino me avisó de que había puesto una ventana de más… y no era así, porque la ventana está condonada. Llevábamos razón los dos".

Ojo a los detalles de la bodega. Los barriles y cubas también giran, y Aurencio les puso armarios en la ‘tripa’ con la idea de guardar botellas, platos y vasos. "Aquí se junta la familia y los amigos, se está muy a gusto. La madera que empleo es variada, desde antiguas cubas a sabina de la Retuerta, entre Bujaraloz y Pina. Se trabaja bien con ella, pero data de hace 100 años, estaba en una paridera. Ahora está protegida la sabina y no se podría usar".

Bendita y alabada

La Basílica del Pilar es la penúltima que ha hecho Aurencio en gran formato: la acabó hace 12 años. Y no, no está en venta. "Me llevó casi tres años, unas 3.000 horas, las conté. He hecho otra más pequeña para un hijo que vive en Estados Unidos, es médico en Florida, y la quiere para su casa de Madrid. Mi hija Begoña hizo miles de fotos de la Basílica para ayudarme. Han venido responsables del Pilar a verla, salen encantados. Traté de sacarle incluso la expresión a las estatuas; mis gubias se me rompían, pero un familiar madrileño me trajo fresas como agujas, con cabeza de polvo de diamante, aplicadas a una maquinita. Ya solo quedaba quitar la madera sobrante". Un señor italiano decía lo mismo de sus grandes esculturas de piedra...

Una bodega de alma carpintera con cuatro tejas auténticas del Pilar

Aurencio ha tallado un viacrucis para la iglesia local, un templo para la capilla de la MAZ y varias obras encargadas por vecinos, pero tiene sus favoritas. La reproducción a escala de la plaza de toros de la Misericordia, su última obra en madera, le llevó a Aurencio más de dos años. "Está hecha pieza a pieza, nada va tallado. Hay un cartel entero de una tarde de toros reproducido a escala en un lateral; el modelo lo conseguí de un libro. Las rejas son metálicas, están soldadas, y la arena es del mismo coso, la trajo mi hija. Las gradas creo que están tal cual, la verdad". "Es exigente: la primera vez que las hizo, no le gustaron y las rompió", dice Eutimia.

"Lo más difícil para mí fue el tejado de la plaza; tuve que poner un poste en medio de la arena e ir midiendo con un hilo, para que no quedaran desalineadas. Ahí podéis ver cada punto de la plaza: gallinero, puertas de toriles, barandillas, burladeros… con las luces me ayudó mi vecino, que me consiguió un troquel hecho en el torno para hacerlas bien; así pude ir soldándolas cada una a la línea de tendido que eché detrás".

Lágrimas de emoción

Aurencio está acostumbrado a recibir piropos por sus creaciones; el rigor es tan apabullante que van inherentes al primer vistazo, y el segundo, y el tercero. "El mejor elogio, eso sí, fueron las lágrimas de emoción de una diseñadora que vino a ver las obras se echó a llorar y me preocupé, pero cuando me dijo que se había emocionado, la verdad es que me emocioné yo también". Una curiosidad: Aurencio tiene en su bodega cuatro tejas auténticas de la techumbre del Pilar, que le regalaron en el almacén del contratista de la obra.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es Extraordinario'.

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