montañismo

Subida al pico Arriel desde el embalse de la Sarra, una ruta de montaña perfecta para el verano

En la época estival esta modesta ascensión (a 2.824 metros) es de nivel medio, algo exigente pero accesible para personas habituadas a realizar este tipo de actividades.

Laderas de subida al pico Arriel
Laderas de subida al pico Arriel
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La subida al pico Arriel desde el embalse de la Sarra, en Sallent de Gállego, es una de las excursiones de montaña más populares del valle de Tena. Lo es sobre todo porque, especialmente en los meses de verano, se trata de una ascensión un tanto exigente (la cota máxima es de 2.824 metros) pero relativamente accesible de realizar para personas que estén acostumbradas a este tipo de actividades.

Un buen motivo para enfrentarse a esta ascensión es que el entorno del pico Arriel (2.824 metros) y de su hermano pequeño, el Petit Arriel (2.683 metros), reúne muchas condiciones para ser una ruta perfecta. Durante el camino, el montañero se topa con bosque de hayas, pero también pradera y roca. La ruta tiene además trepadas fáciles para llegar a las cimas y pasa por neveros y canchales de piedras. Además, durante el recorrido, se ven numerosos barrancos y cascadas.

Si el camino ya se disfruta, la recompensa de llegar hasta la cima del Arriel no es para menos. Y es que este punto es quizás uno de los mejores miradores del Pirineo Occidental. Desde él se puede ver muy de cerca el Palas, el Balaitus y los Frondiellas. Más a lo lejos, se identifican también el Midi d’Ossau, la Peña Telera o el Aspe.

La ascensión al pico Arriel es una ruta de casi 15 kilómetros solo de ida que parte desde el embalse de la Sarra, donde se puede estacionar el coche. En tiempo, la actividad completa, incluida la vuelta sin tener en cuenta las paradas, tiene una duración de unas siete horas.

Una vez aparcado el vehículo, la marcha a pie comienza cruzando el puente para ascender por el sendero que sube por la izquierda del río Aguas Limpias. El primer tramo se recorre por la misma senda (GR-11) que va al refugio y al ibón de Respumoso, bastante transitada y cómoda. Incluso en los meses de verano, es una zona con mucha humedad y el ambiente se refresca con el agua que cae de varias cascadas.

Durante estos primeros pasos, el paisaje que acompaña es un bosque de hayas, casi todo a la sombra, algo que se agradece cuando el sol aprieta. Menos de una hora después, aparece un desvío señalizado a la izquierda que obliga a abandonar la senda del ibón para continuar hacia el pico Arriel. Aquí comienza la ascensión por el barranco de Soba, hacia el valle del mismo nombre, precedido por una amplia pradera verde donde las vacas pastan a su aire. Conforme se va remontando el valle, el Arriel y el Petit Arriel ya están en el horizonte, a la derecha.

Aunque parezca que la senda se aleja de los picos, porque continúa hacia la izquierda, pronto vuelve a la derecha, en dirección al collado de la Soba, al final del valle. El objetivo es claro, el collado de Arriel que se sitúa entre las dos cimas, a algo más de 2.600 metros de altitud. Tras esquivar algún nevero, la ruta asciende entre rocas para llegar al collado tras tres horas desde el comienzo de la actividad.

Desde este punto, el Petit Arriel se encuentra a unos diez minutos. Es el tiempo que se tarda en llegar desde el collado hasta esta primera cima, para lo cual habrá que usar las manos en ciertos momentos. Tras alcanzar este pico, hay desandar lo andado para regresar hasta el collado y continuar hacia el Arriel, que se culminará en 20 minutos si se va a buen ritmo.

Para subir hasta él hay dos opciones, o bien tomar la senda marcada, aunque suele haber piedras sueltas y puede ser incómoda, o bien subir por las rocas de la ladera izquierda. Son más grandes y no se desprenden con tanta facilidad. En cualquier caso, en este tramo se recomienda llevar casco, para evitar percances por desprendimientos.

Este último tramo es el más vertiginoso pero también el más entretenido de la ruta. Para llegar hasta la cima, la cresta del Arriel está llena de trepadas sencillas que superar para poder continuar. Además, acompañan unas vistas de excepción. La mejor recompensa para una ruta en continuo ascenso de algo más de tres horas y media.

A la sombra de los tresmiles, como el Balaitus o el Palas, la subida al Arriel es una alternativa perfecta para evitar las aglomeraciones (especialmente los fines de semana) de otras rutas del valle de Tena. Modesto pero con cierta exigencia, este pico, también conocido como Saldiecho, es un mirador natural privilegiado sobre las cumbres del valle.

Si se opta por realizar esta ascensión en invierno, hay que tener en cuenta que la dificultad técnica será mucho mayor y que se necesitarán crampones, casco, arnés y cuerdas. Aun con todo, según las condiciones meteorológicas y el estado del tramo final, se podrá alcanzar la cima o no. Incluso los más experimentados, a veces, se tienen que volver sin coronar el Arriel por cuestiones de seguridad.

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