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La Ribera Alta del Ebro, tierra de paso e inspiración para Goya y Cervantes
El pintor vivió diez años en la comarca, dejando varias obras, y el dramaturgo se inspiró en Alcalá de Ebro para recrear la Ínsula Barataria del Quijote.
Hay muchas formas de recorrer y conocer la Ribera Alta del Ebro, comarca aragonesa situada al oeste de la provincia de Zaragoza. Una de estas maneras es volver sobre los pasos que algunos artistas españoles de renombre hicieron en la zona.
Se trata de Francisco de Goya y de Miguel de Cervantes quienes, cada uno en su tiempo, encontraron en la Ribera Alta del Ebro la inspiración para sus obras, incluso cobijo en algunas etapas de sus vidas.
Tras los pasos de Don Quijote y Sancho Panza
Según cuenta la tradición oral, el dramaturgo Miguel de Cervantes se hospedó en el palacio de los Duques de Villahermosa, en Pedrola, durante un viaje que realizó acompañando a Monseñor Aquaviva, en 1562.
Sería en esta estancia cuando Cervantes encontró la inspiración para localizar en tierras de la Ribera Alta el pasaje de la Ínsula Barataria de su obra más famosa, ‘Don Quijote de la Mancha’.
Para conocer la huella que el escritor dejó en la zona, se propone una ruta que comienza en Pedrola, en el citado palacio. Hay varias teorías sobre la estancia de Cervantes en este lugar, que podría haberse producido durante el viaje de acompañamiento del cardenal o también huyendo de una pelea en Madrid, donde habría agredido a otro hombre.
En cualquier caso, toda excusa es buena para visitar el palacio de los Duques de Villahermosa de Pedrola. El espacio es reflejo de la riqueza y poderío de estos nobles, no solo por el edificio en sí, sino también por todos los bienes que alberga en su interior. Al tratarse de una propiedad privada, para acceder a las instalaciones se debe contactar con el Ayuntamiento y concertar una visita guiada.
Una vez recorridas las estancias en las que se cree que estuvo brevemente Cervantes, la ruta tras sus pasos continúa en Alcalá de Ebro. En El Quijote, estos serían los dominios de Sancho Panza, la llamada Ínsula Barataria, una isla natural creada por las constantes crecidas del río Ebro.
Se cree que Cervantes vio en la zona esta peculiaridad del terreno, sirviéndole como inspiración para dar forma y localizar las tierras que se entregaron a su fiel escudero y compañero de aventuras.
Desde 1995, la localidad rinde homenaje a este pasaje con una escultura de bronce de Sancho Panza. Se levanta junto al Ebro, mirando hacia el río como quien mira sus dominios, con actitud pensativa. Además, en otro guiño hacia este personaje del Quijote, en Alcalá de Ebro se otorga el título honorífico de Gobernador de la Ínsula Barataria.
Por último y aunque no se conservan pruebas de ello, existen otras teorías que sitúan en aguas del Ebro la travesía en una barca encantada de Don Quijote y Sancho. En este pasaje del segundo libro se habla sobre la búsqueda de unos molinos harineros, unas estructuras flotantes que se cree hubo antaño en aguas de la ribera.
En busca de los trazos de Francisco de Goya
Varios siglos más tarde, otro de los grandes artistas españoles de todos los tiempos se dejó caer por la Ribera Alta del Ebro. Se trata de Francisco de Goya y Lucientes, quien encontraría en estas tierras su hogar durante diez años.
En esta década, el pintor, natural de Fuendetodos, dejó su huella con varias intervenciones pictóricas en la comarca. Tratando de reproducir sus pasos, la ruta propuesta comienza en la localidad de Remolinos, en cuya iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, están algunas de sus pinturas.
En concreto, se ubican en las pechinas de la cúpula de la encrucijada, aunque no se trata de un trabajo mural. Son lienzos que representan a los padres de la Iglesia de Occidente: San Antonio, San Agustín, San Gregorio y San Jerónimo. Para acceder al templo y contemplar las creaciones se debe concertar previamente la visita.
La siguiente parada en el camino será la localidad de Alagón, donde se conserva otra de las pinturas del maestro. La alberga el antiguo colegio de los Jesuitas, que actualmente funciona como Casa de Cultura municipal, Oficina de Turismo y Museo Hispano-Mexicano.
En su interior, el visitante encontrará una pintura al fresco de Goya que representa la exaltación del nombre de Jesús, tomando como modelo la iglesia de Il Gesú de Roma. La obra data de 1765 y decora una de las bóvedas de la escalera interior del edificio. El acceso a este espacio va incluido en una visita guiada que organiza la oficina de turismo con pase tanto para la casa de cultura como para otros monumentos de Alagón.
Para finalizar esta ruta tras los trazos de Goya en la Ribera Alta del Ebro, la última parada será el ya citado palacio de los Duques de Villahermosa, en Pedrola. En él se guardan los bocetos de algunas de las obras más importantes del artista, como ‘La carga de los mamelucos’, ‘El baile de máscaras’ o ‘Ramón Pignatelli’.
Del mismo modo que sucede con la ruta de Cervantes, para acceder al palacio, de propiedad privada, es preciso contactar con el Ayuntamiento.
Antes de dejar Pedrola, merece la pena pasar por la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles cuyo retablo mayor y las capillas del Sagrado Corazón fueron pintados por Francisco de Bayeu, mentor, protector y familia de Goya.
