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El bosque de las hadas de Montoro de Mezquita, un espacio para conectar con la naturaleza

Carmen Olague y su familia acondicionaron media hectárea de su propiedad para crear un recorrido que permitiera a los niños aprender a respetar el ecosistema de forma divertida.

El bosque de hadas de Montoro de Mezquita está en plena naturaleza y el acceso es libre.
El bosque de hadas de Montoro de Mezquita está en plena naturaleza y el acceso es libre.
C. Olague

Quien diga que las hadas no existen es porque todavía no ha pasado por el bosque del Maestrazgo donde habitan. Está en Montoro de Mezquita, en una zona de bancales recuperada y acondicionada por Carmen Olague y su familia. Tienen dos casas rurales en el pueblo y durante el primer confinamiento decidieron acondicionar parte de una finca de su propiedad para crear un espacio que enseñara a los niños a respetar la naturaleza.

Así es como surgió el bosque de las hadas y los duendes de Montoro de Mezquita, un recorrido serpenteante en una extensión de media hectárea aproximadamente. El acceso es totalmente libre y el visitante, en su mayoría familias, puede seguir las indicaciones en forma de texto, con flechas y colores, para entender el recorrido.

El bosque está compuesto por 35 puntos, entre casitas de hadas y duendes y lugares de encuentro. En él habitan el hada lluvia, el hada flor o el duende de los sueños. Las paradas se crearon en un primer momento para estar vacías y, de forma simbólica, representar el hogar de estas criaturas mágicas. Pero para sorpresa de sus creadores, los visitantes van dejando figuras conforme pasan por allí. “Un buen día nos encontramos un duende que había aparecido misteriosamente”, explica Carmen, sobre el primer habitante del bosque.

El duende de los sueños fue la primera figura que apareció misteriosamente en el bosque.
El duende de los sueños fue la primera figura que apareció misteriosamente en el bosque.
C. Olague

Unas aportaciones espontáneas que ya rondan la veintena y que son reflejo de que este proyecto es de todos. “Estamos consiguiendo que la gente sienta que este pedazo de bosque, aunque esté dentro de nuestra finca, también es suyo”, comenta satisfecha Carmen.

Y es que la esencia del bosque de las hadas está en el respeto por la naturaleza porque es el hogar de todos los seres vivos. Así se puede leer en el mensaje de bienvenida que el visitante encuentra a su llegada. “Al principio de los tiempos, cuando aún nuestro planeta era una esfera que se estaba enfriando porque había estado incandescente, surgieron unos seres mágicos que fueron los encargados de construir un bello y mágico lugar para que todos los seres vivos pudiéramos vivir en él”, narra el texto.

Desde aquellos mágicos comienzos, el planeta se ha ido deteriorando, continúa el mensaje, porque algunos de sus habitantes no han sido respetuosos con él. Así, explicado de forma sencilla y casi a modo de cuento, es como se quiere transmitir a los niños la importancia de cuidar el medio ambiente. Y parece que se consigue, a juzgar por los mensajes escritos en el libro de visitas donde se puede firmar al finalizar el recorrido. “Llegar al final del día y leer los agradecimientos es una de las mayores satisfacciones del proyecto”, asegura Carmen, quien es testigo de la ilusión que derrochan los más pequeños.

Una alternativa de turismo familiar

El bosque de las hadas y los duendes de Montoro de Mezquita se puso en marcha en agosto de este año con la idea de llenar un vacío en la oferta de turismo familiar de la comarca del Maestrazgo. “A los niños no se les puede tener siempre dando paseos o visitando museos”, dice Carmen. Así es como surge la creación de un espacio que, además de ser una diversión, tiene un fondo didáctico.

Pese al acceso totalmente libre y sin control del bosque, Carmen no ha encontrado ni un solo desperfecto en el espacio en estos primeros meses de funcionamiento. “Todos los visitantes son muy respetuosos, incluso los niños, que con la emoción lo quieren tocar todo, se portan muy bien”, asegura Carmen.

El bosque lo componen 35 lugares, entre casitas y puntos de encuentro.
El bosque lo componen 35 lugares, entre casitas y puntos de encuentro.
C Olague

Y eso que según los datos que maneja, en noviembre, pasaron por el bosque unas 300 personas cada fin de semana. Todo un éxito para una iniciativa tan joven y cuyo principal altavoz han sido las redes sociales y, más recientemente, Google Pages, donde la ubicación creada hace un mes ya tiene más de 3.300 visualizaciones.

Cómo llegar al bosque de las hadas

Adentrarse en el mundo de las hadas y los duendes de Montoro de Mezquita no tiene pérdida. En la entrada del pueblo, justo después de pasar la parada del autobús, aparece la primera señal indicando el camino hacia el bosque.

El espacio se sitúa en una de las sendas más antiguas del Maestrazgo. Es la misma que lleva hasta la ermita de San Pedro de la Roqueta, hasta donde, cuenta la leyenda, los mozos de la zona, desesperados por la sequía del año 1350, peregrinaron en romería y consiguieron, tras haber visitado decenas de santuarios previamente, que rompiera a llover.

En Montoro también se puede realizar la ruta de las pasarelas de Valloré, una ruta de 1,2 kilómetros con salida desde pueblo que serpentea conforme lo hace el cauce del río Guadalope.

Una zona sin duda llena de encanto donde el bosque de las hadas se abre paso como alternativa para visitar en familia. Durante sus primeros meses de existencia no solo han pasado por allí aragoneses, sino también personas llegadas desde Córdoba o Toledo, por citar algunos ejemplos.

Este éxito se ha visto truncado por las restricciones de movilidad, que han limitado la visita durante las últimas semanas a los habitantes de la provincia de Teruel. Eso sí, entre risas, dice Carmen que prácticamente todos los turolenses conocen ya su bosque. No el suyo, el de todos.

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