aragón es extraordinario

Mucho que mirar en Las Cuevas de Cañart

El Convento de los Servitas prepara en su claustro la apertura de un museo centrado en la propia orden de los Siervos de María

Las Cuevas de Cañart se identifica con Guitarricadelafuente desde hace un par de años; en el concierto nacional, se trata del pueblo de este mozo, que ha irrumpido con un suave y armonioso aldabonazo en el panorama de la música española. Aquí tiene sus raíces y aquí es Álvaro, sin más. “Sigue viniendo mucho, y no se le ha subido nada a la cabeza”, afirman Dani Gresa, Nerea Lorenzo y Marisa Coll, que han apostado por el pueblo para sus respectivos proyectos vitales. “Venía a veranear desde siempre, sus abuelos son del pueblo y en la peña el Tanganazo, que es la suya, le dio por empezar a cantar y componer”. El boom llegó precisamente con la canción en la que cita a Las Cuevas, ‘Guantanamera’. Parte de la letra, la más interesante para sus compueblanos, reza así: “En las Cuevas de Cañart, la vida es tan bonita que parece de verdad”. Así de simple.

En este pueblo, además, hay muy buena conexión intergeneracional. Es entidad local menor, está encuadrado administrativamente en el municipio de Castellote, pero tiene suficiente carga histórica y actividad propias a la hora de atraer las miradas desprejuiciadas y el interés de los foráneos. “Tenemos mucho patrimonio -dicen Marisa y Nerea- y muy diverso: la iglesia monumental de San Pedro Apóstol, la ermita de San Blas, restos del castillo, el propio edificio del Ayuntamiento, el antiguo Convento de los Servitas, el Convento de las Monjas Franciscanas, que estuvieron ahí hasta hace pocas décadas… son muchas cosas”. El de los Servitas estuvo además recientemente bajo los cuidados restauradores de la Fundación Santa María de Albarracín. Allí, en el acceso a este magnífico vestigio de la entidad que tuvo otrora el enclave, ofreció Guitarricadelafuente un concierto en otoño de 2019. En el año que acaba de pasar, Álvaro Lafuente ha grabado en Las Cuevas dos especiales televisivos; un capítulo del espacio de Javier Calvo ‘Sin cobertura’ de Aragón TV, con Antón Castro como presentador, y ‘Una historia, una canción’ de Movistar +, con Zahara de conductora. El segundo es parte de una serie de cuatro capítulos que completan Nigrán (Pontevedra), Los Alcázares (Murcia) y la localidad natal de la artista jiennense, Úbeda.

Visión de presente y futuro

Rafaela Liébana es la alcaldesa de LasCuevas. Está muy orgullosa de los avances en la restauración del Convento de los Servitas, concretamente en el proyecto consolidado del claustro. “Se ha reformado completamente, porque estaba enterrado; allí se va a abrir un museo dedicado a los propios Siervos de María, un espacio cuya preparación esperamos terminar en primavera. Poco a poco iremos consolidando lo que queda de iglesia, a medida que vayan llegando fondos; las ruinas son una maravilla, pero obviamente hay que garantizar su estabilidad”.

Rafaela cierra su reflexión con un vaticinio cargado de argumentos. “En Aragón hay mucho patrimonio interesante, y más allá de otros vaivenes económicos y productivos, los pueblos que tirarán para adelante serán los que cuiden y recuperen su patrimonio; creo que este factor es importantísimo para el presente y, por tanto, para el futuro”.

Trufa Negra La Garrocha: impulso enérgico a un futuro prometedor

Más allá de su obvio atractivo turístico, Las Cuevas es un pueblo agrícola: la trufa crece con ganas, y consolida una apuesta que siempre se ha sustentado localmente en la almendra, nuez y, por supuesto, el olivo. La Cooperativa de la Virgen del Agua de Castellote recoge la materia prima de Las Cuevas y muchos otros pueblos de la zona para su preciado aceite.

Nerea lleva la web y las redes sociales de Trufa Negra La Garrocha; tiene estudios de márquetin digital, que ha aplicado ahora a este proyecto, y no descarta algún nuevo reto con su amiga Marisa. “La empresa trabaja con trufa fresca; la idea es que pase una máximo de 48 horas desde que se saca de la tierra hasta que llega al comprador, respetando todos los procesos de envasado y conservación”. “Es un proyecto particular con siete años de trabajo –explica Daniel Gresa– y nuestra familia entiende que sale más rentable vender nosotros mismos al consumidor final, sin intermediarios. Hay más gente aquí en la trufa, es algo que va creciendo; un tesoro que significa futuro”.

Daniel, Nerea y Marisa guían al visitante hasta puntos emblemáticos del entorno natural del pueblo; quizá el más significativo es El Chorro de San Juan, una cascada de 30 metros con vía ferrata contigua. Junto a la caída de agua llega la sorpresa; hay una veintena de tumbas excavadas en roca por esa misma zona, antropomorfas y de diferentes tamaños. No se ha conseguido precisar su época de procedencia:las conjeturas van desde la celtíbera a la visigoda o la Alta Edad Media. Llegar hasta allá requiere de buenas piernas, aunque cabe una aproximación con vehículo. “También hay que destacar –dice Daniel– un sitio que conocemos más los del pueblo: el Puntal de la Tochada, un cortado de piedras sobre el río Guadalope. Unas vistas increíbles”.

La belleza de un pueblo que resiste con suficiencia cualquier examen

Más allá del patrimonio citado, Las Cuevas también exhibe intangibles soldados a los muros de sus casas, la magia de unas calles empinadas que tienen en la Cuesta del Horno a su reina colmenera. “Yo creo –dice Nerea, que lleva poco tiempo en el pueblo y se ha mudado por amor– que el hecho de que estuviesen aquí esos dos conventos indica la importancia que tuvo el pueblo; ahora hay apenas 70 habitantes censados, pero el éxito de Álvaro nos ha puesto de nuevo en el mapa, y cuando viene la gente, se asombra de lo que hay. La Asociación Cultural el Morrón hace un gran trabajo, además; entre otras muchas cosas, ha impulsado la restauración de nuestra nevera”. El Estrecho, en la parte baja, es un paseo de 15 minutos que también gusta mucho. “Pasas –dice Marisa– por el Portal de Marzo, que es un resto de la antigua muralla, la única puerta intacta que queda”.

LAS CUEVAS DE CAÑART

Comarca. Maestrazgo. Es una entidad local menor, incluida administrativamente en el municipio de Castellote.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 122 kilómetros por la N-420 hasta Gargallo, la TE-41 hasta las inmediaciones de Seno y la TE-8101 hasta destino.

Dónde dormir y comer. En el magnífico Hotel y spa Don Íñigo, en la plaza, y la Fonda de Las Cuevas de Cañart, muy próxima, con el bar del pueblo; hay varias casas rurales como El Temple, Moliner, La Buhardilla, Casa Benito o Andabe.

Afluencia. En periodos vacacionales, el pueblo está lleno; se multiplica por siete la población. La gente que tiene segundas residencias viene mucho, y cuidan sus casas. Se cuenta con La Trastienda, una tienda y estanco de toda la vida.

Correr rápido hacia arriba. En verano se organiza una carrera atlética popular de carácter casi épico en Las Cuevas; se trata de la subida a la Cuesta del Horno, realmente pronunciada; el ganador se lleva una paletilla de ternasco como premio al esfuerzo.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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