aragón es extraordinario

Y el luthier trotamundos paró en Alcubierre...

La firma Soulezza Guitars, establecida en Los Monegros hace año y medio, factura desde su taller guitarras de autor a profesionales y aficionados de todo el planeta

Fernando de Oleza viene de Mallorca y ha vivido en todo el mundo. Este luthier se ha asentado en Alcubierre desde hace año y medio, después de una infancia insular que tuvo en las Canarias a su principal escenario. En Los Monegros ha hallado un entorno ideal para seguir tallando sus guitarras ‘sin cabeza’ (headless) que añaden su rara belleza al rasgo de ser especialmente manejables y más sencillas de transportar.

Fernando estudió música en Barcelona y también en el prestigioso Berklee College de Boston, pero su alma nauta le llevó a todo tipo de aventuras, empezando por embarcarse en cruceros como músico de planta, dando tres vueltas al mundo; además, ha cruzado un par de veces el Atlántico como navegante solitario. Conoció a su esposa en Brasil y regresaron a Canarias, para replantearse luego el horizonte con una apuesta por el entorno rural y la estepa monegrina como escenario.

Una idea que viaja con él

Soulezza (soulezzaguitars.com), su empresa, nació allende los mares, siguió en Canarias y tiene ahora su sede junto a la iglesia de Alcubierre, en una nave acondicionada por Fernando. “Me encanta la paz que hay aquí, la gente… es un lugar muy agradable para vivir, tenemos de todo, el pan es muy bueno, hay supermercado, el alcalde es majísimo y los vecinos son unos genios, aunque tengo mi favorito; Alberto, el dueño de la fábrica de chimeneas, mi vecino. Si no tuviese padre, me hubiera gustado que Alberto y Aurora fuesen mis padres. Han tenido muchos detalles conmigo; incluso les pedí que las campanas de la iglesia no sonasen toda la noche, para poder descansar, porque están justo al lado de casa, y atendieron mi petición. Los Monegros imprimen carácter, esta zona es muy especial; además, estás cerca de Huesca, de Zaragoza, bien conectado todo, pero con la calma del pueblo”.

Fernando rasguea una hermosa guitarra que irá para Tokio en un lujoso estuche. “Estudié con un luthier en Portland, pero ya había hecho algunas guitarras por mi cuenta: poco a poco fui afinando la técnica. Mi cliente más ilustre fue sin duda John Abercrombie, una referencia del jazz de vanguardia. Grabó con mi guitarra su disco ‘39 Steps’ para el sello alemán ECM, uno de los sellos más prestigiosos del jazz, donde él ha protagonizado más de 50 producciones como líder o músico de estudio. Me compró dos guitarras, de hecho. ‘Incredible eveness of tone throughout the entire range, much like a piano’, dijo de mis guitarras. Significa ‘un increíble balance sonoro en toda la escala, casi como un piano’. Por desgracia, ya no está con nosotros, falleció en 2017; una gran pena”.

También es cliente de Soulezza el guitarrista beninés Lionel Loueke, que tocó con Herbie Hancock en el Festival de Jazz de Zaragoza en 2006 y con su propio trío en la sala Galve del Auditorio en 2011. “También tiene guitarras mías, e igualmente dedicó palabras muy bonitas al sonido de su Soulezza, lo mismo que John Stowell. Tengo también músicos más jóvenes y prometedores en el catálogo de clientes, como Takahiro Nawashiro, y por supuesto estaré feliz de recibir visitas de todos los guitarrista aragoneses que se animen a visitarme aquí en Alcubierre”.

Chimeneas, ajedrez y un retablo recuperado con tecnología 3D

Alberto Lasheras tiene una fábrica de chimeneas en Alcubierre, su pueblo. “Mi abuelo ya era carpintero carretero, mi padre introdujo el hierro en la carpintería y finalmente la madera desapareció. Mi padre hizo la primera chimenea en los 50, gustó, sacó su patente... luego pasamos a diversificar a chimeneas de varios modelos, hornos, barbacoas y muchas otras cosas a medida. Nos copiaron en muchos sitios, pusimos demandas, pero las sentencias no eran muy duras y decidimos centrarnos en hacer el mejor producto posible para marcar la diferencia; aquí seguimos. Es una industria pequeña, artesana; nos salvan estos trabajos diferentes, no se puede competir en precio contra productos en serie”.

Alberto respira Alcubierre por todos los poros. “Es un pueblo con mucha actividad y muy diversa, todos los servicios básicos... nuestra historia se remonta a íberos y romanos, hay huella medieval muy interesante y nuestro personaje local con el bandido Cucaracha; además, hay un torneo internacional de ajedrez por el que han pasado los principales grandes maestros del mundo en los últimos trece años. El periodista Leontxo García, embajador mundial del ajedrez, es uno de nuestros grandes valedores”.

Alberto reorienta su discurso hacia la iglesia de Santa Ana. “Es de fábrica mudéjar, con varias etapas de construcción. Tuvo un retablo barroco, desaparecido al principio de la guerra civil, que se recreó con tecnología 3D en 2011, a partir de unas fotografías de los primeros años 30; es obra de Tecmolde, la empresa de Julio Luzán. Hay 8.000 kilos de madera de pino, 30.000 láminas de pan de oro… una maravilla de la técnica, de 150 metros cuadrados de superficie trabajada. Está dedicado a Santa Ana y también aparecen San Jorge, San Caprasio y San Isidro”.

Orwell en la sierra y los dulces más exquisitos en el pueblo

Durante la Guerra Civil española, el escritor británico George Orwell, alistado con las milicias del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), fue destinado a la sierra de Alcubierre en los primeros días de enero de 1937. En la carretera A-129 de Leciñena a Alcubierre hay un desvío a la posición de Monte Irazo, recreada por el autor de ‘Rebelión en la granja’ y ‘1984’; ahí se han recreado sacos terreros, puestos de ametralladoras y otros símbolos de la contienda civil.

Balas y distopías aparte, Alcubierre presume de excelencia dulcera gracias a la pastelería y panadería Berdún, donde se hacen los turrones más célebres de Los Monegros y un sinnúmero de fantasías pasteleras; está frente al ayuntamiento. Por otra parte, los empanadones de calabaza de Valero (foto), junto a la iglesia, están considerados un auténtico manjar en toda la zona.

ALCUBIERRE

Comarca. Los Monegros

Cómo llegar. Desde Huesca, su capital de provincia, hay 42 kilómetros (A-1213 y A-1214).

El Bandido Cucaracha. Mariano Gavín se hizo famoso en los Monegros en el XIX. Rescatada su figura por los Titiriteros de Binéfar, se le dedicó un cómic de Daniel Viñuales y un largometraje de animación de Juan Alonso y Héctor Pisa.

Huellas de la guerra. Casa Gabarre fue cocina en la guerra, Casa Ruata hospital de sangre y prisión, y Casa Calvo, cooperativa; en Casa de Antonio Ramón había lavandería y reparación de uniformes.

El Sagrado Corazón de Jesús. Ascensión Rufas, la mujer de Agustín Ruata, financió la estatua, levantado en 1952; la inauguró el cardenal Pedro Segura, que prohibió a Franco entrar bajo palio en las iglesias de su jurisdicción.

Recreaciones y literatura. Hay recreaciones de la guerra civil y la Segunda Guerra Mundial, al calor de la ruta Orwell. También existe una biblioteca con donaciones muy interesantes, como las de la desaparecida Carme Chacón, cuyo abuelo nació en el pueblo. 

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario

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