aragón es extraordinario

Un órgano mandaron hacer en Belmonte...

... y a diferencia de Lope con su soneto, no fue un gran aprieto: el instrumento tiene además en Jaime Antonio al organista que lo sabe templar

En mala hora dotó Bécquer de tanta belleza a su narrativa sobre cierto organista, aquél maese Pérez de funesta memoria. Pareciere incluso que la figura del organista, de espaldas a su escuchantes, mimetizado entre un mar de tubos plateados, fuese lúgubre. Afortunadamente, hay ejemplos de sobra que escriben otro guión. Por ejemplo, en Belmonte de San José, pueblo de magnífica estampa en el corazón del Bajo Aragón.

En Belmonte tienen un órgano barroco de Belmonte es Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, igual que la Casa Consistorial. Construido en 1747 por los Hermanos Turull de Calanda, su caja es obra del maestro Marco Meseguer. Los Turull hicieron varios órganos en la zona, y atendían con esmero al macro y el micro de sus trabajos. Curiosidad: la placa que hay encima del teclado refleja a David tocando el arpa.

Jaime Antonio es belmontino por adopción; la que es del pueblo es su esposa. Este barcelonés de hablar pausado y emotivo hizo su carrera musical en la Condal, en el Conservatorio Superior de Música. Completó la carrera de piano y se pasó luego al órgano. “Ya estoy jubilado, y vivimos aquí; he tenido la gran suerte de haber encontrado aquí un órgano barroco auténtico, que se pone a mi disposición y que me da una gran alegría a diario. Me dicen mis vecinos que también están contentos de que lo toque, así que no puedo pedir más”.

Jaime explica que un instrumento como el de Belmonte necesita cariño. “Tiene que haber un organista que lo sepa templar; yo toqué en varias catedrales de España, pero fui el organista titular en el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, de los carmelitas descalzos; está en la Diagonal. Recuerdo también con especial afecto el órgano de la catedral de Ávila, allí participé en un recital internacional hace unos cuantos años; eso sí, tanto le pedí al órgano que se ahogó durante un preludio de Bach. Éste colma las exigencias de cualquier organista con vocación”.

Las calles de Belmonte

Jaime se despide, no sin antes invitar a un paseo sosegado por su querido Belmonte. El trasiego visual por las casas del pueblo se beneficia de un piso firme y empedrado en la práctica totalidad de sus calles. La Casa Bosque, por ejemplo, es un edificio de tres plantas con visos renacentistas y alero de madera en la planta superior; además, se adapta a la curva que traza la calle.

Alberto Bayod, el alcalde belmontino, es historiador, y no oculta su orgullo por el bagaje patrimonial del pueblo. La propia Casa Consistorial (fechada en 1575) es otra joya de tres plantas; bajo su lonja está la cárcel, que forma parte de la ruta de este tipo de edificaciones en el Bajo Aragón y el Matarraña. Tampoco se puede ir a Belmonte my no visitar la llamada ‘reja parlante de Casa Membrado,

Sin abandonar el entorno de la plaza aparece delante de nuestra vista la imponente “reja parlante” de una de las ventanas de la Casa Membrado, cuyo hijo más conocido fue Juan Pío Membrado y Ejerique, fundador del Fomento del Bajo Aragón; escritor y periodista del regeneracionismo, nació en el pueblo en 1851, Un antepasado suyo puso en la reja la frase “soy de Matías Membrado”.

La nevera, un rescate pionero en los depósitos de hielo de Aragón

La bóveda del frío de Belmonte –nombre que se da a las neveras o añejos almacenes de hielo en el Bajo Aragón– fue la primera que se restauró en Aragón, junto a la Culroya de Fuendetodos. Alberto Bayod fue uno de sus impulsores. “Hay muchas cosas interesantes de esta nevera. Por ejemplo, el desagüe, que se excavó al tamaño real. Además, está hecha en piedra seca, y la bóveda, excepto un tramo, es de toba calcárea, piedra muy porosa e idónea para estos trabajos, porque tiene volumen pero no pesa”.

A esta bóveda, de considerable tamaño, se le abrió un pequeño boquete superior en 1990. Los ‘culpables’, la Asociación Cultural Amigos del Mezquín. “Fue entonces cuando nos propusimos su rescate. Al entrar, si te ponías en cuclillas, tocabas el centro de los arcos; imagina la labor de desescombro, estaba llena hasta arriba. El sistema de evacuación de la basura y los escombros fue curioso; entró una ‘bobcat’ desde arriba, rompiendo el muro en vertical, y fue excavando y bajando poco a poco, haciendo más larga la zanja, rebajando y rebajando; cuando se llegó a la portezuela del túnel de desagüe y se entendió que se llegaba al fondo, nueve metros abajo, ya se planteó la limpieza completa y reconstrucción posterior de la pared”.

El documento más antiguo acerca de la nevera data de 1636. “No se trata de un arrendamiento, sino de un accidente; un mozo que murió ‘de desgracia’ en la nevera, no sabemos si trabajando dentro o construyéndola”.

Otra joya añeja de Belmonte es la Puerta o Portal de Soldevila, la única que queda actualmente en su forma original del siglo XVIII. Además, hay que ver los otros portales: el de la Herrería, el de la Muela o ‘Balcón de la Tierra Baja’, el del Portell y el del Arrabal, sustituido por otro de factura más moderna”.

En la antesala del club de los pueblos más bonitos de España

Belmonte no es solamente bonito por dentro. Salir un poco y verlo en perspectiva regala vistas como la que acompaña a este texto. En los últimos meses se ha planteado su posible inclusión en el club de los pueblos más bonitos de España, y méritos no le faltan. Lo bueno es que también ofrece la posibilidad de explorar naturaleza circundante en varias direcciones y calibres. La ruta del Barranc Fondo es sin duda la más apreciada por los aficionados a la caminata, que sigue el curso del río Mezquín hasta el Molino Siscar en una singladura llena de alicientes visuales. Hay otra ruta que une Belmonte con el pueblo de La Cerollera, y que atraviesa perpendicularmente la Sierra de la Ginebrosa. También hay otra caminata que llega desde Belmonte de San José con las localidades vecinas de La Codoñera y Torrevelilla, y regresa posteriormente al lugar de origen de la ruta.

BELMONTE DE SAN JOSÉ

Comarca. Bajo Aragón.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 160 kilómetros por la N-420.

Para comer y dormir. El bar- restaurante Hostal Bello Rincón hace honor a su apellido en el centro del pueblo;como casa de turismo rural está la Casa de Belmonte.

Más rincones. En Belmonte, la pendiente se hace virtud, y la cuesta de enero es tan bonita como la de junio, porque hay sombra y flores. La calle de la Escalereta o la de la Vicaría son dos buenos ejemplos de este hecho.

La parroquia. Dedicada al Salvador, data del siglo XVIII y es barroca. Está claramente influida por la basílica del Pilar de Zaragoza o la antigua iglesia colegial de Alcañiz; sus naves se elevan a la misma altura, siguiendo la tipología de iglesia-salón.

Historia. A partir de la Reconquista, el núcleo poblacional pasa a formar parte de la donación que Alfonso II hace a la Orden de Calatrava. De los calatravos recibe, en 1232, Carta de Población y en 1338, Carta de Franquicia, obteniendo el título de villa.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'

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