ARAGÓN ES EXTRAORDINARIO

Caminreal y el tesoro bajo las cenizas

El yacimiento romano de La Caridad es una ciudad del siglo I a.C. que empezó a investigarse en 1983 tras un hallazgo accidental y sigue sorprendiendo a los expertos

Roma no paga a traidores, decían. Si pagaba, al parecer, a mercenarios. Es la condición que los historiadores atribuyen a quienes poblaron hace 21 siglos la ciudad de La Caridad, situada a las afueras de la actual Caminreal, en el corazón de Teruel, puro Jiloca en vena. Íberos romanizados que tuvieron en este emplazamiento su hogar durante un breve periodo de tiempo, y de cuyo paso por las actuales tierras aragonesas da buena cuenta el yacimiento descubierto por accidente hace cuatro décadas y estudiado a fondo por los arqueólogos del Museo de Teruel hasta el día de hoy en más de 30 campañas de excavación y análisis.

Jaime D. Vicente y Beatriz Ezquerra han dirigido las excavaciones desde 1983, con el trabajo de conservación de María Pilar Punter. Jesús Franco, arqueólogo de la empresa local Acrótera, viene igualmente ejerciendo esas dos funciones, a las que suma la museografía; además de Centro de Interpretación de la Caridad en el pueblo, junto a la antigua estación de tren, también hace visitas en el museo de Teruel y el castillo de Peracense. “El yacimiento de la Caridad es un gran desconocido hasta los años 80, cuando el Museo de Teruel vino a investigar el hallazgo de un agricultor local; al comprobar los primeros vestigios, se le pidió al propietario de los terrenos que no labrase estos campos para no dañar el patrimonio. Comenzaron los sondeos: parecía algo residual, pero poco a poco fue cobrando otra dimensión”.

Con el progreso de las excavaciones aparecieron los primeros mosaicos y ya se vio que el yacimiento tenía gran entidad. “Se trata –explica Jesús– de una ciudad en llano de gran tamaño, 12 hectáreas y media, y una población de al menos 2.000 personas”.

Jesús puntualiza que Roma siempre atrae. “Si además los estratos son sencillos de excavar e identificar, por su excelente conservación y a diferencia de lo que pasa en otros lugares, aún mejor. En el momento en que se abandona esta ciudad en el siglo I a.C. pasó a ser campo de cultivo; no hay reformas en las casas y la ciudad existió durante apenas 70 años, es una foto fija. En las investigaciones más recientes se está insistiendo en el primer punto excavado, un muro fuera de la zona de los mosaicos. También se investiga la conexión entre el espacio del muro y otra zona excavada, el que ha aparecido un posible desagüe que cruza el muro”.

Los mosaicos, ahora tapados por seguridad, son espectaculares; comprobar cómo se han conservado con el paso de 20 siglos es increíble. El más grande e interesante tiene la inscripción ‘Likinete ekiar usekerteku’, que querría decir ‘Likine, de la ciudad de Usecerde, la hizo’. Se especula sobre si Likine era el propietario de la casa o el artista; su procedencia sí sería la primitiva ciudad de Osicerda, que los expertos sitúan cerca de Alcañiz.

“La Caridad –concluye Jesús– es poco monumental y su colorido es homogéneo, pero cuando ves en las excavaciones la cantidad de material que aparece… la ciudad se destruyó violentamente en el contexto de unas guerras civiles, y a la gente no le dio tiempo a recoger sus enseres, especialmente las cosas pesadas como gran cerámica, metal o armarios. El último nivel excavado antes de los objetos es de cenizas. No hay muertos enterrados: se cree que pudieron ser vendidos como esclavos”.

Vídeo de Caminreal en 'Aragón es extraordinario'

El CICAR, brillante resumen ejecutivo del patrimonio arqueológico

El Centro de Interpretación de la Caridad (CICAR) está situado en el entorno de la antigua estación de tren de Caminreal; de hecho, ocupa el espacio concreto del edificio ferroviario primigenio de la localidad. Allí se resume de manera brillante y colorista el compendio de hallazgos en el yacimiento de la ciudad romana poblada por íberos. Se cree que la ciudad era centro de transformación de productos mineros procedentes de Sierra Menera. En el Museo hay detallismo, pedagogía sucinta... ¡y una catapulta de madera! Las visitas se conciertan en formato de cita previa, ya sea por teléfono (620 86 30 77) o rellenando el formulario en cicar.org, e incluyen el yacimiento. Duran unas tres horas en total, y el precio mínimo de 30 euros por grupo, vengan dos personas o 6, máximo en el actual contexto, aunque puede haber replanteamiento de esquemas debido a las circunstancias actuales.

La estación de tren que pide ya su museo y quiere seguir en pie

A principios de año, justo antes de que el mundo se paralizase, La DGA licitó la redacción del plan de obra de un futuro Museo del Tren en Caminreal, con la intención de que los trabajos comenzasen este año, con un coste de 4,4 millones de euros. El proyecto está aparcado, como tantas otras cosas, pero se dio aquél primer paso. Caminreal será una de las tres sedes del Museo del Ferrocarril de Aragón, junto conZaragoza y Canfranc.

En Caminreal se respiró aroma de ferrocarril durante casi todo el siglo XX. Allí confluían la línea Zaragoza-Valencia y la del Cantábrico-Mediterráneo por Calatayud; esta última cerró a mediados de los 80 y la estación ‘echó la persiana’ en 1995.

Esperanza

“Al fin hay movimiento –exclama Jesús Franco– y equipos de arquitectos trabajando en proyectos con presupuestos ya aprobados. Será muy bueno para toda la comarca; eso sí, creo que ahora es clave consolidar el edificio, que no se caiga. Ese museo enorme que se plantea aquí mismo, en una zona contigua al edificio, será una ganancia a futuros... pero es esencial que no se pierda este tesoro patrimonial contemporáneo, que puede explotarse perfectamente a nivel turístico. Hay otros edificios de la estación que podrían recuperarse. Además, entendemos que habría una retroalimentación lógica con el CICAR y el yacimiento”.

Jesús confiesa que la revitalización de este espacio es algo que le hace mucha ilusión. “Allá por 2008 propusimos que los chavales viniesen en tren al yacimiento, y tener aquí bicis para hacer recorridos lectivos. Podría volver a plantearse, claro que sí; viajar en tren es una maravilla, y esta actividad u otras que pudiesen plantearse reivindicarían un poco el arreglo de la línea Zaragoza-Teruel, por qué no. Si hubiera un transporte digno por tren, tendría incluso un impacto demográfico, gente que viviese aquí y trabajase en Zaragoza o Teruel”.

El ferrocarril de la zona tenía como meta comunicar el Mediterráneo con Europa, pero en algún sitio debía desviarse hacia el País Vasco, y desde Madrid se eligió Caminreal. En 1923 se plantea un concurso para hacer el edificio nuevo de la estación, que ganó el madrileño Gutiérrez Soto. “Es el mismo arquitecto de la antigua estación Delicias de Zaragoza, que tiene un estilo muy similar. Aquí había mucha vida, mucha gente, la cantina era esencial; la gente del pueblo venía a jugar a las cartas aquí”.

La estación fue originalmente un edificio de dos plantas con sentido horizontal y formas muy llamativas, que a su vez demostró ser muy funcional. En la fachada del andén hay dos soportales de arcos de medio punto encalados, y sobre ellos se combinan franjas de muro blanco con otras de ladrillo rojizo, horadadas por ventanas de profundo alféizar y óculos circulares. También brilla su campanario de planta cuadrada y tres alturas. El colorido de las tejas árabes remata el conjunto, y el destino se aclara para que vuelva a brillar.

CAMINREAL

Comarca. Jiloca.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 65 kilómetros por la Autovía Mudéjar.

Para comer y dormir. En el pueblo hay dos bares, El Gancho y el Saboredo, y también se cuenta con el restaurante del área de servicio marcada por el 176 kilométrico, situada al otro lado de la Autovía Mudéjar: se llama ElAzafrán. Hay varias casas rurales en el pueblo, siendo Joaquina la más conocida.

Ermita de Nuestra Señora de las Cuevas. Sujeto de la vocación local, en 2007 se hallaron gracias al profesor Barragán cuatro fragmentos de dos tablas góticas inéditas reutilizadas en un retablo posterior.

Villalba de los Morales. Pedanía de Caminreal, destaca su iglesia de Santiago.

Jamones Carbó. Cuatro generaciones de la misma familia levantaron y mantienen este negocio que, además de ofrecer distintas variedades del mejor jamón, también oferta embutidos y embuchados varios, desde salchichón a chorizo y fuet.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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