aragón es extraordinario

Aguarón, la música y su ventana al mundo

La Casa del Gaitero es un lugar marcado con rojo pasión en el mapa de los melómanos, con instrumentos llegados desde todos los rincones del globo

La Casa del Gaitero de Aguarón es desde 2006 un antónimo en muchos sentidos. Por ejemplo, de conciliábulo o reunión no convocada por autoridad legítima; otra acepción de la palabra es ‘convocatoria para tratar un tema que se quiere mantener oculto’, según la RAE. Y Eugenio Arnao, percusionista, coleccionista y alma inquieta, es una autoridad legítima en cualquier convocatoria; su museo abre siempre, porque si él no está lo enseña uno de los vecinos: los teléfonos están en un cartel de la puerta.

En cuanto a la sinonimia, no hay que ser tan rebuscado para asociar el espacio a la palabra felicidad. Si se afloja la puridad en lo del sinónimo, también valen espectáculo y sorpresa. Casi 1.000 instrumentos musicales de todos los rincones del planeta (guarda el doble, va rotando la exhibición), agrupados por familias en las salas del caserón, la antigua casa del cura con rótulos hechos a mano con tinta japonesa. El sueño de cualquier melómano.

Eugenio tiene recorrido en esto de la música. Hijo de Torrero, lleva más de tres décadas a caballo entre Zaragoza y Aguarón. Es miembro de La Banda del Canal, compañero de Pepín Banzo en varios proyectos e incansable materializador de ideas en bandas propias, además de haber integrado en algún momento las alineaciones de La Orquestina del Fabirol, Dulzaineros del Bajo Aragón, La Birolla, Titiriteros de Binéfar o El Silbo Vulnerado..

Punto de encuentro

En tiempos prepandémicos y exentos de alarma, la casa de Eugenio ha sido siempre (y volverá a ser) albergue de amigos artistas que vienen a presentar libros, dar pequeños conciertos en el mini anfiteatro del patio trasero, rastrillos o, simplemente, disfrutar de un recorrido por las cinco salas del museo rematado por un vinico en la bodega. “Este año ha venido muy poca gente, lógicamente no han podido acudir los colegios como otros años por las especiales circunstancias en las que vivimos... lo que he hecho es aprovechar para renovar contenidos de salas, arreglar cosas estropeadas o recomponer instrumentos que me llegan y necesitan de reparaciones”.

La Casa del Gaitero divide su espacio en salas para instrumentos aerófonos, cordófonos, idiófonos y membranófonos. En la entrada hay un espacio dedicado a músicos de Aguarón, con unos autómatas que colaboran entusiastas al inicio de las visitas. Otra regla de la casa: se dejan espacios libres, para batallar contra el abigarramiento. “Trato de no acabar todo por completo, para que el museo esté vivo” es un mantra que Eugenio repite al hablar de la Casa del Gaitero.

Solazarse en los nombres y procedencias de lo expuesto es otro juego fantástico en la casa. Por ejemplo, el cimbalón bajo la vitrina de instrumentos orientales, o la baglama que repara en estos días Eugenio para que en un futuro forme parte de la muestra. Además, hay exposición de fotografías: actualmente la capitaliza Ricardo Huerto, con su colección de imágenes relacionadas con La casa de Dios, la obra de arte bruto que levantara Julio Basanta en Épila. Hay otra novedad en el museo: la que encontrará usted, próximo visitante, cuando pueda acercarse a verlo.

El paraje del Santo, epicentro de varias caminatas por Algairén

El paraje del Santo, a tres kilómetros y medio del pueblo, es un lugar de referencia para Aguarón. “Hace unos años –explica Eugenio– el Ayuntamiento recuperó el edificio. La gente mayor recuerda haber venido aquí a hacer ejercicios espirituales, y también era destino de excursiones colegiales. Hay una ermita, San Cristóbal, y un edificio grande que actualmente está cerrado: también fue una residencia para enfermos, hasta hace unos tres años. En el lugar hay dos albergues municipales de 25 plazas cada uno, muy bien montados. Suelen estar llenos los fines de semana”.

La gente sube a echar el día en el Santo: la naturaleza tiene tirón, y si además se pueden asar longanizas, patatas y chuletas en las barbacoas dispuestas allí, mejor. “Se trata de dejarlo todo como lo querrías encontrar, limpio y sin basuras; además, hay baños disponibles. Hace poco estaba salvaje la zona, pero se hizo una batida a comunal de unas treinta personas del pueblo para acondicionarla. Subimos con motosierras, desbrozadoras... todos a currar. El Ayuntamiento invitó a una comida a los que fuimos voluntarios. Esas cosas me encantan”.

Del Santo parte un sendero escolar sencillo, de apenas una hora, y hay otro accesible que acaba de acondicionar el consistorio local. La estrella de las andadas locales es el Sendero Ambiental El Santo por Algairén, que se acerca al contiguo mirador del Cabezo Bellota, admira las carrascas... son cuatro kilómetros y medio en los que se ven encinas, pinos, matorral, tierra de cultivos y un gran roquedal, pasando por la Fuente de los Acebos. También se admira el Pico de Valdemadera, el más alto de la sierra, con 1.273 metros. “Algairén es una sierra virgen, muy maja. Se comparte con varios pueblos: Alpartir, Almonacid de la Sierra, Cosuenda… llega hasta La Almunia”, concluye Eugenio.

Un buen volumen de actividades (con cuidado) a pesar de la pandemia

A Eugenio Arnao le alegra una novedad. “En los últimos meses se han hecho muchas cosas en el Casino, que tiene más de un siglo de historia; nunca se habían realizado actividades culturales en este espacio tan importante para el pueblo. Presentaciones de libros, conciertos... la Asociación Aucarón ha retomado la actividad después de muchos años, y está moviéndose muy bien. Otra ilusión es que se institucionalicen las visitas guiadas por los activos patrimoniales del pueblo: la judería, la iglesia, el Museo Marín Bosqued –el pintor es un tesoro para su pueblo natal–, la propia Casa del Gaitero... se va a encargar el historiador Antonio Hernández, que es de aquí y trabaja con Acrótera”. Hay más: en la Cooperativa se quieren hacer catas, y se ha planeado celebrar el cambio del color de las hojas en los viñedos con una visita inspirada en este hecho. La idea es vivir todo esto con precaución, pero sin miedo”.

Vídeo de Aguarón en 'Aragón es extraordinario'

AGUARÓN

Comarca. Campo de Cariñena.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay 50 kilómetros por la A-23 y la A-220.

Dónde dormir. Hay una casa rural municipal, el Hospital, y otra particular, El Zaguán, ambas muy cercanas al Casino y la Casa del Gaitero; además se cuenta con los dos albergues en El Santo.

Dónde comer. El Casino, más que centenario (1912) es la referencia principal. También se cuenta con el bar-pub Battibul, que abre los fines de semana y tiene tapas, bocadillos y platos combinados además de copas.

San Miguel Arcángel. La parroquia es un impresionante templo barroco inaugurado en 1770. Su fachada monumental, flanqueada por dos torres, está hecha en ladrillo.

Simón Tapia Colman. Nacido en Aguarón en 1906, desarrolló el grueso de su carrera en México. Compositor e musicólogo, también fue un consumado violinista. La pianista, docente e investigadora oscense Consuelo Roy ha documentado recientemente su obra.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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