aragón es extraordinario

El embalse de Lanuza se vuelve multicolor en verano

El embarcadero Suscalar ha cerrado una campaña estival acortada por la pandemia, pero satisfactoria; ya son 21 años facilitando la navegación lúdica en la zona

Pasó el verano a efectos prácticos, ya llegó el otoño -son tiempos valle– al turismo del Valle de Tena y en el embarcadero Suscalar de Lanuza toca mirar hacia atrás, hacer balance y preparar el cuerpo para la deseada nieve, incertidumbres coyunturales aparte. A pie de embalse, el estío ha estado estupendo, esto es así. “En los últimos quince días, con menos agua de la que nos gustaría; mucha piedra hasta embarcar, a veces bajaba el nivel varios palmos a lo largo del día –apunta Íñigo Ligüeri, que lleva Suscalar junto a su esposa Carmen desde hace 21 veranos– pero vaya, de ocupación ha ido fantástico, ha sido un buen verano”.

Íñigo, donostiarra de Gros, curtido en las olas de la Zurriola, lleva en Sallent de Gállego desde 1983. “Con el embarcadero tenemos también bar-restaurante, para reponer fuerzas después de surcar las aguas y disfrutar de este paisaje increíble. Tenemos 22 piraguas dobles, 15 individuales, 18 tablas de ‘paddle surf’, cuatro hidropedales, un barquito escuela raquero... también un ‘optimist’ y dos laser para la gente que ya navega bastante, y 14 velas de windsurf para diferentes niveles, con sus tablas correspondientes”.

Íñigo imparte las instrucciones a novatos y avezados antes de entrar al agua con tablas y piraguas. También es monitor de salvamento. “Nuestros clientes son muy diversos, pero es verdad que hay gente que lleva viniendo aquí toda la vida; vienen a esquiar en invierno y también se acercan en verano. Aquí el tiempo es más agradable en verano que en la costa, y no faltan actividades, sobre todo si te gusta la naturaleza y el deporte. El Valle de Tena envuelve en 24 kilómetros de aquí a Biescas un conjunto de actividades muy interesante, todo a mano”.

Surcando las aguas por el embalse de Lanuza

Seguridad ante todo

Íñigo hace hincapié en algo que no por lógico debe darse por sentado: hay que divertirse con seguridad en el agua. “Al empezar con la tabla les recomiendas las posturas con mejor equilibrio, salir y volver de rodillas, la flexión... las particularidades de este embalse llevan a advertir de otras cosas, como que no se acerquen a la boca del río, ni a la pared de la presa, en qué playas pueden salir sin riesgo de colisionar con ramas o raíces… por suerte, en 21 veranos no ha habido accidentes”.

En Suscalar son 18 personas trabajando entre mayo y agosto, los cuatro meses de apertura anual. “Casi todos trabajamos en la nieve en invierno, hay siete profesores de esquí en nuestra plantilla, por ejemplo. Este año el parón arriba llegó el 11 de marzo; dependíamos mucho de estos dos meses de julio y agosto, y por suerte lo hemos sacado adelante”.

Íñigo está orgulloso de un hito de este verano. “Tuvimos una concentración de ‘paracanoe’ con Higinio Rivero, primer clasificado del equipo español para los Paralímpicos de Tokio 2021; luego vinieron dos compañeros de selección, Inés y Adrián. Habían entrenado en Guadalquivir, a nivel de mar, y querían oxigenar la sangre entrenando en altura con nosotros. Fueron 15 días; les preparamos una rampa para el embarque y un compañero modificó habitaciones dobles en su hotel para que estuvieran más cómodos, cada uno con su espacio para las sillas. Queremos repetir, nos encantó la experiencia; en principio piensan volver en junio para la preparación física antes de los Juegos”.

Esta historia de pueblo inundado tuvo un final razonablemente feliz

El pueblo de Lanuza no es un simple aditamento administrativo de Sallent de Gállego, ni nació –lo de renacer es otra cosa– hace cuatro días. El primer vestigio escrito de la vida activa en la localidad es de 1488; en aquél año constaban documentalmente 20 casas habitadas. En cuanto a la iglesia, el templo original local es de base románica; en el siglo XIX se convertiría en la Iglesia del Salvador, remate arquitectónico del pueblo. Esa iglesia conserva un relicario fechado en el año 1557, que contiene restos de Santa Quiteria, muy venerada en el Valle de Tena y diversos puntos de Aragón.

La historia moderna de Lanuza comienza en la década de los 60. El anuncio de la construcción del embalse de Lanuza, encaminado a regular las aguas del río Gállego desde un punto muy cercano a su afloramiento, marcaría el destino del pueblo. En un principio, el plan era anegar el pueblo por completo y proceder a la expropiación de las casas, con la consiguiente reubicación de los vecinos. No fue un proceso tajante, pero sí inexorable; los 147 churdos (gentilicio local preferido por sus habitantes: también se les llama capezutos) fueron abandonando el pueblo, que el 21 de enero de 1978 quedaría completamente vacío.

Consumado el éxodo, lo cierto es que muchos de los vecinos tenían la idea fija de regresar lo antes posible, dado que finalmente no se anegó todo el pueblo. Marcharon a la vecina Sallent (tres kilómetros por el camino directo), Sabiñánigo, Jaca, Huesca y, en algún caso puntual, Zaragoza. Unos quince años después de que Lanuza se quedase desierto, los primeros retornados potenciales comenzaron a rehabilitar iglesia, calles y casas.

La reversión

La Confederación Hidrográfica del Ebro inició el proceso de reversión a finales de los años 80 y permitió, en sucesivas fases, recuperar las propiedades por encima de la cota 1.285 del pantano. Lo primero que se rehabilitó fue la iglesia; una docena de voluntarios pagaron medio millón de pesetas por núcleo familiar (3.000 euros) para ello. Luego fue trabajándose en los edificios colindantes al templo, con el apoyo del Ayuntamiento de Sallent de Gállego, que aprobó un plan urbanístico para dar luz verde a la intervención en las casas. Conforme llegaron nuevamente los servicios de luz, agua y alcantarillado, el precio de los inmuebles se revalorizó. Las infraestructuras se instalaron con una subvención del Ministerio de Medio Ambiente destinada a los pueblos afectados por embalses.

El regreso definitivo de los antiguos pobladores y sus familias fue escalonado; dadas las dimensiones del entorno, no podía ser masivo, pero tampoco ha sido un fenómeno aislado. Primero volvieron a llenarse tres o cuatro casas con habitantes permanentes; al final acabaron levantándose casas nuevas en antiguos corrales, cuadras y eras, opción elegida por los que tenían las casas más bajas y las perdieron al estar por debajo de la cota de seguridad. Hoy en día es un pequeño y hermoso oasis de fachadas impecables, adornado por flores en balcones y ventanas. En invierno, además, hay premio; tejados blancos.

Pirineos Sur: músicas del mundo y noches inolvidables desde 1992

Este mes de julio, a Lanuza le ha faltado música;concretamente, la que proveen los conciertos más relevantes del Festival Pirineos Sur desde 1992. Esta cita figura, sin duda, entre las más relevantes del panorama europeo en cuanto a las llamadas ‘músicas del mundo’; con la sempiterna y atinada dirección de Begoña Puértolas, el festival ha traído al anfiteatro situado en la orilla del embalse de Lanuza (el escenario, conviene recordarlo para los no avezados, es flotante) a figuras del calibre de Youssou N’Dour, Franco Battiato, Paco de Lucía, Ketama, Totó La Momposina, Omara Portuondo, Calle 13, Mark Knopfler, Rachid Taha, Salif Keita, Emir Kusturica, Manu Chao, Toumani Diabaté, Mory Kanté, Imelda May, Suzanne Vega, Bunbury, Amaral... la lista es kilométrica, tan larga como las noches mágicas brindadas al respetable bajo la luna tensina.Este año no ha podido ser: hay cita en 2021.

LANUZA

Comarca. Alto Gállego. Lanuza pertenece al municipio de Sallent de Gállego.

Cómo llegar. Desde Huesca, su capital de provincia, hay 85 kilómetros por la E-7.

Dónde comer y dormir. Hotel La Casueña, Casa Pichurri, Vivienda de Uso Turístico Cuadra de Tomasé y Restaurante Café Frondón.

Asociación Cultural La Escuela de Lanuza. Se encarga de mover las actividades para grandes y chicos durante las fechas señaladas de todo el año, con mayor incidencia en temporada alta.

Las fiestas. La festividad de santa Quiteria es en mayo, y la cita veraniega con los farolillos es a finales de agosto; este año, obviamente, no se han podido celebrar. Destaca el Paloteao, honor para los danzantes y gozo para los espectadores.

El belén. De entre los numerosos y lucidos nacimientos que pueblan cada Navidad las iglesias y parajes de Huesca, el belén de Lanuza es uno de los más apreciados. La Asociación La Escuela lo monta en la iglesia; no le falta detalle del entorno. 

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión