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La cueva de las Güixas, sede de aquelarres y cárcel militar en Villanúa

La Cueva más famosa de la localidad es también una de las más conocidas y visitadas de Aragón; a la leyenda de las brujas se une la huella histórica de la contienda civil española.

Foto de Villanúa
Camino fluvial por el cauce del río Aragón
Laura Uranga

La Cueva de las Güixas de Villanúa es tan sólo una de las 50 que existen en el macizo de Collarada. Y la que se puede visitar, ya que es la única que se explota turísticamente. Entrar en ella supone sumergirse en otro mundo y conocer historias muy interesantes; es una visita obligada en Villanúa. ¿De dónde procede la palabra Güixa? Algunos pensarán que está vinculado con las brujas que antiguamente vivieron en esta localidad del valle del Aragón. Y mal encaminados no van, porque dentro de esta cueva tuvieron lugar ‘aquelarres’. Lo más probable, sin embargo, es que el nombre venga de la legumbre guixa, que ya se conocía hace 4.000 años en la India. Fue muy cultivada, junto a la cueva, y consumida incluso en el desayuno, ya que aportaba una gran energía.

La cueva de las Güixas también se conoce en Villanúa como la ‘cueva vieja’; es la del pueblo. Se conoce como ‘de la habitación’, ya que ahí vivió el hombre del Eneolítico hasta nuestros días. Yolanda Palomo, directora de la Cueva, muestra primero la reja de la puerta, la original; en 1936 la cueva se cerró para convertirse en refugio de soldados, y en ella sólo dormían presos, que además construían los búnkeres.

Es una cueva torrencial, porque queda a los pies de Collarada. “Está viva, continúa su evolución”, explica Yolanda. La cueva no escapa de las inundaciones, sobre todo en épocas de deshielo, y como la inundación que trajeron a las lluvias de octubre de 2012 no se ha conocido otra. Al entrar en la cueva se nota fresco: en su interior la temperatura desciende entre 15 y 20 grados con respecto al exterior. Tiene 800 metros de recorrido circular, y la superficie total es de un kilómetro y 240 metros. “Lo que enseñamos en las visitas guiadas es la parte torrencial, a la parte más alta de la cueva no se accede con el público para proteger a los murciélagos”, advierte Yolanda. Ahí se concentran alrededor de 2.000 murciélagos, de 9 especies diferentes.

En esta cueva se encontraron utensilios como puntas de lanza, monedas de oro o pendientes. “La gente se refugió aquí en época medieval y tardorromana”, subraya la directora de la cueva. El Museo Provincial de Huesca alberga las monedas de oro. La ‘chaminera’ llama la atención: es un lugar donde hay un agujero en la roca, hacia el cielo. Ahí las brujas hacían sus conjuros y se daban ‘baños de luna’ para mantener su juventud. Por ese agujero, la luna llena sólo entra de diciembre a febrero, de 0.00 a 4.00. “Los hombres de Villanúa encontraban a las mujeres más jóvenes y guapas, y ellos estaban cada vez más arrugados”, cuenta Yolanda. “Por eso, mandaron a uno de ellos a investigar a la ‘chaminera’, por donde asomó la cabeza. Regresó a Villanúa loco y mudo: o las brujas le hicieron un hechizo o quedó impactado de la belleza que vio”.

Faltan por glosar los ‘diamantes’ de la cueva, piedras brillantes que se forman debido a la condensación, y la fuente de los amantes. Las grutas recibieron en enero de este año el Premio ACTE a la Excelencia en las Cuevas Turísticas Españolas de 2018, por la visita teatralizada que ofrece durante la Semana de Las Güixas. Además de las visitas guiadas (durante toda la semana) también realiza otra Nacho Navarro, redactor de Cuarto Milenio, los viernes a las 20.00 y sábados a las 11.00. Se llaman ‘Viaje al Inframundo’.

Un paseo fluvial para conocer mejor el cauce del río Aragón

Villanúa cuenta con multitud de lugares para disfrutar de la naturaleza. Uno de ellos es el paseo fluvial junto el río Aragón, a través de una pasarela de madera de más de 100 metros de longitud sobre la antigua acequia de la localidad. Recorre la margen izquierda del río Aragón hasta la surgencia de la cueva de las Güixas, donde hay un mirador y una pequeña cascada. Esta instalación descubre aspectos desconocidos del cauce y detalles que no se aprecian a primera vista. El paseo fluvial se completa con paneles interpretativos.

Muy cerca se encuentra uno de los tres dólmenes con los que cuenta Villanúa, el de las Güixas, que figura entre los mejor conservados del Alto Aragón. Este monumento megalítico de época neo-eneolítica conserva una cámara funeraria completa, monolitos laterales y cubierta, mientras que el túmulo que la recubría está incompleto. Se encuentra a uno cinco minutos de la entrada a la cueva de las Güixas y es el que tiene más fácil acceso de los tres. Desde éste dolmen se puede descubrir en la montaña una de las entradas a las cuevas.

El de Letranz, a unos tres kilómetros de Villanúa, está junto a la pista de Collarada que accede a los refugios de la Espata y la Trapa; es visible desde la pista. El tercero es el dolmen de Diezcampanas, que quiere decir 10 cabañas en aragonés; es el más alejado de Villanúa, a 50 minutos andando.

En Villanúa también tiene un lugar especial la gastronomía. Se cuenta con el Gastroespacio, instalación pionera e innovadora que aspira a convertirse en un centro de formación para profesionales de la cocina y aficionados, y un espacio de apoyo y dinamización de la gastroindustria local y sus productos. Ahí se realizan durante todo el año jornadas y talleres de cocina, tanto para adultos como para niños.

Monumento de homenaje a las brujas ajusticiadas

Villanúa quiere rendir homenaje a las brujas ajusticiadas con un nuevo monumento simbólico, situado en la plaza de acceso a la Oficina de Turismo. Esta localidad fue uno de los escenarios más notables y significativos de la brujería aragonesa. “La historia quiso silenciar a las bruxas, y aquí hemos recuperado su memoria”, se puede leer junto al monumento; es un árbol artificial donde aparece la cara de una de ellas, además de una soga atada a una de sus ramas, el nudo del ahorcamiento. En Villanúa se ajustició a 15 mujeres, algunas condenadas a la horca y otras a la hoguera: fueron acusadas de aquelarres, magia negra, conversaciones con el diablo... esto ocurrió durante los siglos XV y XVI. La más conocida fue Guiranda de Layada, condenada por el justicia de Jaca en marzo de 1461; le acusaban siete hombres de Villanúa de envenenar y hacer enfermar hasta la muerte a familiares suyos.

VILLANÚA

Comarca: Jacetania

Cómo llegar: Desde Huesca, su capital de provincia hay 80 kilómetros, una hora aproximadamente de viaje. Se llega a través de la A-23 y el puerto de Monrepós, para posteriormente, a partir del Hostal de Ipiés, circular por la N-330.

Ecoparque. El Juncaral cuenta este año con el parque Amazonia Aventuras (tirolinas), canoas, futgolf, patinetes eléctricos (para pasear por el Camino de Santiago o el bosque el Juncaral) y parque infantil.

Investigación. La cueva de las Güixas es también un laboratorio natural para la investigación científica, ya que en colaboración con el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) está llevando a cabo un proyecto para monitorizar las grutas, conocer sus parámetros ambientales e investigar su pasado y evolución.

Sendero As Foyas. Son unos cinco kilómetros desde el Centro de Interpretación ‘Subterránea’-Oficina de Turismo, y recorre la zona baja del macizo de Collarada; se hace en una hora y media a ritmo familiar.

Reportaje de la serie ‘Aragón es extraordinario’.

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