Aragón es extraordinario

El Vallecillo, una invitación permanente a la andada

La localidad invita a la exploración a pie gracias a su gran variedad de parajes naturales, que permiten el disfrute paseante a todo tipo de aficionados

La fraternidad en terreno montañoso se mide en pisadas, rutas, caminatas y recuerdos. Así ocurre para Pepe García, alguacil del pueblo de El Vallecillo (y de alguno más), que tras una vida en el taxi por la Ciudad Condal vive feliz en la Sierra de Albarracín, lo mismo piensa Gregorio López ‘El Ademucero’ –apodo heredado de su padre– que vive en Zaragoza desde muy joven y ahora, ya jubilado, reflexiona sobre todas las vivencias acaecidas en su pueblo, al que siempre ha regresado en festivos, vacaciones y cualquier ocasión propicia. “A la Cueva de la Obriga se llega normalmente por arriba y luego se recorren las pasarelas cuesta abajo para volver al pueblo, pero hoy las haremos al revés –anuncia Gregorio– y así nos ganamos el almuerzo”.

Este recorrido, corregido y ampliado, se realiza en grupo cada otoño en El Vallecillo, con el soporte del Ayuntamiento y la Asociación Cultural La Albarca. “Suele ser en noviembre –explica Pepe– y este año, si se puede hacer, será para el Pilar. Saliendo desde el pueblo hay que bajar la ladera del Candalar hasta el Chorreadero, así llamamos a la cascada del Molino de San Pedro. Luego se sube por una senda hasta los Ojos del Cabriel, se disfruta del camino y la cascada, y vuelta. Hay un camino más largo, que va subiendo hasta la Cueva; luego se baja por las pasarelas para regresar. La caminata más larga se lleva algo más de dos horas y tiene casi 15 kilómetros, y hay una versión más corta, de aproximadamente siete kilómetros”.

Gregorio recuerda que en muy poco espacio nacen varios ríos en la zona. “Por aquí tienes los primeros afloramientos del Tajo, el Guadalaviar que se junta con el Alfambra para alimentar al Turia, el Cabriel, el Piedra… además, si subes a la vega del Tajo y bajas luego hasta la carretera, también te topas con el nacimiento del río Cuervo. También es muy interesante la zona de la sima de la Marrasa, aunque ese paseo es más bien para especialistas que para público familiar”.

Otra excursión desde el nacimiento del Tajo es la caminata que pasa junto a la finca donde pastan los toros de la ganadería de Alicia Chico (un ejemplo único de trashumancia en España), situada en la vecina Terriente. También brillan la Casa de los Ocón y la finca de Cinco Pinos.

Un recuerdo muy sentido

Gregorio quiere recordar a una familia muy especial de El Vallecillo que acabó teniendo relevancia en todo Aragón: los Atarés. “Eran y son gente buena, del primero al último. Pepe sacó su faceta política desde un carácter más bien artístico, le encantaba la música desde pequeño y ya se vio luego lo que disfrutaba con el acordeón. Acabó en política por apoyar a su hermano, y creo que no me equivoco al decir que fue alguien querido por gente de todos los partidos, su calidad con persona iba más allá de las ideologías. Cuando murió quedó claro lo mucho que le querían”, explica al recordar a quien fuese alcalde de Zaragoza entre 2000 y 2003. Atarés mantuvo además una conexión sólida con sus raíces en el pueblo, que le sigue recordando con cariño a día de hoy. Su vivienda natal, la Antigua Casa del Secretario (situada justo encima de la plaza) es hoy un coqueto alojamiento rural, uno de los más valorados de toda la zona.

Bosques de cuento y una cueva de gigantescas proporciones

A las cuevas hay que tenerles todo el respeto del mundo, sobre todo si son largas e intrincadas. Con una longitud explorada de 2.800 metros, la cueva de la Obriga es la más larga de Teruel, y aunque en su entrada hay un amplio espacio en el que reposan los excursionistas habituales (algunos, con el mal gusto de ejercer de grafiteros en plena naturaleza) el interior es de aúpa, y aventurarse ahí compete principalmente a los espeleólogos. Un dato: para recorrerla hay que meterse dos veces bajo el agua, y llegar así a la siguiente galería. Esta masa de agua recibe el nombre del sifón de Subils por José Subils, aventurero catalán que en 1963 se convirtió en el pionero del buceo con escafandra autónoma por una cueva en España; también abanderó exploraciones en la cueva del Recuenco de Ejulve. El desnivel total del recorrido es de 72 metros, 22 de ellos en positivo (cuesta arriba).

El paseo por los Ojos del Cabriel por el sendero GR 10.1 hasta el salto es otro lujo para los visitantes de El Vallecillo. La vegetación singular, la sencillez del camino y la espectacularidad del premio visual a la llegada merecen mucho la pena. Para hacer la mejor fotografía, empero, hay que fijar bien los pies al suelo, porque en el último tramo se baja una pequeña pendiente terrosa. El Cabriel, por cierto, es el principal afluente del río Júcar, cuyo nacimiento se sitúa formalmente en el término conquense de Tragacete.

Los Ojos son unas surgencias de agua desde el lecho, que manan a borbotones; el nivel freático de las calizas del Cretácico superior entra en contacto con la superficie, provocando este fenómeno. El camino concluye en el impresionante salto, situado junto a las ruinas de una antigua herrería del siglo XVI. Está bonito todo el año, pero la pasada primavera... aquello fue primoroso.

Las cascadas del Molino de San Pedro, entre las más reconocibles de Aragón

El curso del río Cabriel da mucho juego a quienes aman la naturaleza y disfrutan con los entornos cambiantes. Uno de sus requiebros más conocidos y fotografiados es la cascada del Molino de San Pedro; allí, el río da un salto al vacío que se reparte en una cortina de cascadas, recogida por una pequeña balsa natural. Llegar allá desde la carretera (está a apenas dos kilómetros del pueblo, antes de llegar a él) es sencillísimo, apenas unos pasos por zona arbolada. La cascada no cuenta con un aparcamiento propiamente dicho; los vehículos se suelen estacionar en los espacios más amplios de la pista que conduce hasta el barrio de El Membrillo. Antiguamente, este salto se usaba para mover el Molino de San Pedro, que actualmente no está en operatividad. Este espacio también se usaba para alimentar la central hidroeléctrica que suministraba luz a los pueblos vecinos.

EL VALLECILLO

Comarca. Sierra de Albarracín.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 55 kilómetros por la A-1513.

Comer y dormir. El Hostal de Montaña Ojos del Cabriel, en el mismo centro del pueblo, tiene cuatro habitaciones con bar y restaurante. Su terraza es punto de encuentro básico. Entre los alojamientos rurales están la Antigua Casa del Secretario –casa de la familia Atarés, con el que fuera alcalde de Zaragoza, Pepe, como miembro más conocido–, la Casa de la Fuente, el Rincón de Pascual, Las Peñas y un albergue con dos niveles muy frecuentado por ciclistas y montañeros.

Torrefuerte. Excursión habitual a este enclave privado que pertenece ya a Cuenca. La fortaleza original, del siglo XIII, tiene forma de letra D y está rodeada de ocho torreones.

Parroquia de la Santísima Trinidad. En 1781 ya estaba construida; tiene una nave cubierta con bóvedas de medio cañón con lunetos y arco triunfal. Peculiaridad: en lugar de torre, posee espadaña.

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