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Piedrafita, Plan o Villamuerta, ibones del Pirineo para una excursión en familia

La cordillera aragonesa es rica en estas formaciones, que son lagos de alta montaña a los que se accede por senderos de mayor o menor dificultad.

Ibon de Sabocos
Ibon de Sabocos
Excursiones por Huesca.es

El Pirineo aragonés esconde, a cotas altas y en lugares a menudo recónditos más de 200 ibones. Las excursiones a estos lagos de alta montaña, que permanecen helados durante todo el invierno y parte de la primavera, son una alternativa como actividad turística de naturaleza, una práctica cada vez más escogida para fines de semana e incluso vacaciones de verano.

La cantidad de ibones que salpican la cordillera aragonesa ofrece una amplia variedad de rutas para llegar hasta estas formaciones tan características. Así, hay excursiones más exigentes, con varias horas de aproximación en ascenso, y otras más sencillas para realizar en familia y con niños.

Es el caso de las rutas que llevan hasta los ibones de Espelunciecha, Piedrafita y Sabocos, en el valle de Tena; a los de Villamuerta, en el de Benasque; o al ibón de Plan, en el valle de Gistaín. Son algunas de las propuestas que, según un manual editado por el Gobierno de Aragón para realizar con seguridad este tipo de excursiones, se recomiendan para el público familiar, con niños de cinco años o más.

Las rutas hasta estas formaciones tienen una duración de un máximo de dos horas, sin tener en cuenta las paradas, y el desnivel no supera los 250 metros. Con estas características, aunque requieran cierto esfuerzo, son excursiones accesibles para prácticamente todas las edades.

Valle de Tena: Espelunciecha, Piedrafita y Sabocos

El valle de Tena es rico en ibones de fácil acceso. Uno de ellos es el de Espelunciecha, próximo a la estación de esquí de Formigal, en el término de Sallent de Gállego. La ruta para llegar hasta él arranca en el aparcamiento de las mismas pistas, en el sector del Portalet. Una vez estacionado el coche, se emprende la caminata a pie hacia los telesillas para tomar la senda que lleva a cruzar el puente sobre el barranco de Espelunciecha.

Una vez atravesado, la ruta continúa por un camino que, en invierno y con nieve, es el trazado de una de las pistas de la estación, la de Batallero. El ascenso prosigue hasta otra de ellas, en esta época del año, seca. Es la pradera de la Yurta, que deberá cruzarse hacia el suroeste, pasando por un canchal de rocas conocido como el Rincón de Espelunciecha. Aunque no está señalizado, los mojones indican el camino a seguir en el tramo final de esta ruta, que asciende hasta el ibón tras unos 45 minutos de caminata.

La vuelta se produce por el mismo recorrido, con una distancia total, ida y vuelta, de cuatro kilómetros y 210 metros de desnivel. Al llegar, los bancos de tritón pirenaico, conocidos popularmente como renacuajos, reciben al visitante surcando las aguas de este ibón.

Muy cerca del Parque Faunístico de Lacuniacha, uno de los atractivos del valle de Tena para turismo familiar, en la localidad que le da nombre se localiza el ibón de Piedrafita. El tren turístico de Tramacastilla de Tena acerca a los interesados hasta las proximidades de esta formación para, después, realizar el último tramo a pie.

También se puede ir en coche en dirección al parque de Lacuniacha y estacionarlo en un aparcamiento pasado el de dicho recinto. Desde allí, la ruta está señalizada en todo momento y la distancia total de ida y vuelta ronda los seis kilómetros. La caminata se emprende siguiendo la pista por la que se ha llegado con el coche, cruzando la barrera que indica que los vehículos ya no pueden pasar.

Con la sierra Tendeñera al frente, conforme se avanza por un sendero firme y en buen estado, van apareciendo al otro lado del valle el macizo del Balaitus, los picos del Infierno y la zona de Bachimaña. A unos dos kilómetros de la salida se llega al barranco del Boj, donde está indicado el desvío hacia el ibón, dejando a la derecha el refugio de Telera.

Durante los próximos 20 minutos el terreno es más de montaña. Se trata del último tramo antes de llegar al ibón de Piedrafita, situado a los pies de la Peña Telera, de 2.760 metros de altitud, mil metros por encima del lago. Llegados aquí, la pradera que rodea el ibón invita a tumbarse, descansar y reponer fuerzas para emprender el camino de vuelta.

Sin dejar este valle, en las inmediaciones de la vecina estación de esquí de Panticosa, se encuentra otro de los ibones fácilmente alcanzables en familia. Se trata del de Sabocos, un lago de alta montaña a los pies del macizo de Tendeñera, a 1.900 metros. Se puede llegar hasta él caminando desde Hoz de Jaca o desde Panticosa, pero son ascensos de más de dos horas recomendados para personas preparadas.

Si se va a realizar esta excursión en familia y con niños pequeños, la mejor opción es tomar el telecabina de la estación de esquí de Panticosa hasta el puntal de Petrosos para después, realizar el último tramo, de unos 35 minutos, a pie. La ascensión hacia el ibón está señalizada y pasa por el mirador de Sabocos, a escasos metros de la pista de esquí del mismo nombre, hasta llegar al área de servicios donde se pueden tomar dos caminos, uno a la derecha y otro continuando recto, que llevan hasta el lago con la misma distancia.

Una vez en el ibón, si el sol aprieta, el agua llama a los excursionistas, que no pueden resistir darse un baño para refrescarse. Las praderas son inmensas pero la sombra no abunda y tan solo se encontrará cobijo junto a la pequeña construcción del refugio de Sabocos.

Ibón inferior de Villamuerta.
Ibón inferior de Villamuerta.
Ibón inferior de Villamuerta.

Valle de Benasque: ibones de Villamuerta

Situados en el valle de Benasque, los ibones de Villamuerta, el bajo y el superior, son un destino accesible y perfecto para una ruta sencilla con niños. La excursión desde el refugio de la Besurta, en los Llanos del Hospital, tiene una duración total de ida y vuelta de una hora y media.

La caminata comienza en el citado refugio hasta el que, si no es temporada estival, se puede llegar en coche desde la estación de esquí de fondo de los Llanos del Hospital. Si es verano, este tramo de pista se corta al tráfico por lo que se puede realizar andando o bien evitarse esta primera hora a pie tomando un autobús que pasa cada media hora aproximadamente.

Una vez en el refugio, a 1.900 metros de altitud, el recorrido hasta el ibón inferior es de apenas diez minutos por una senda en buen estado y señalizada. Basta con cruzar el puente de madera que salva el torrente de agua que baja de los mismos lagos para después tomar un desvío señalizado a la izquierda.

Tras esta primera parada, desde aquí hasta el ibón superior, la ruta es de 35 minutos, tomando la senda que va en paralelo al torrente de agua que baja del lago. Aunque ya no está tan bien señalizado y el tramo es más ascendente, no hay pérdida si se sigue el curso del agua. Unos metros más adelante, el camino se separa del torrente, dirigiéndose hacia un collado a la derecha para dejar ver el ibón superior de Villamuerta, el glaciar y los picos Aneto y Maladetas.

Para la vuelta, que se puede realizar por el mismo camino durante 25 minutos, surge un desvío a la derecha que, si se toma, ofrece vistas aéreas del ibón inferior y que termina justamente en él para regresar al punto de inicio, en la Besurta.

Ibón de Plan
Ibón de Plan
Lucía Mur/Meteosaravillo

Valle de Gistaín: el ibón de Plan

El ibón de Plan, también conocido como la Basa de la Mora, es uno de los más populares de Aragón. En buena medida, la culpa de esta fama la tiene la belleza del entorno que rodea al lago, emplazado dentro de un circo de formaciones pétreas, canchales de rocas y bosque de pinos.

Llegar hasta él es relativamente sencillo desde el refugio de Lavasar, aunque la aproximación en coche hasta allí desde la localidad de Saravillo puede ser complicada según la época del año. Se trata de una pista forestal de 14 kilómetros que se recorren en una hora y que suele tener nieve hasta la primavera. El estado de la vía se puede confirmar antes de realizar la excursión llamando a la comarca de Sobrarbe.

Salvada esta dificultad, la caminata desde el citado refugio hasta el ibón tiene una duración de unos 20 minutos de senda llana a más de 1.900 metros de altitud. Una vez alcanzada la Basa de la Mora, como también se conoce a este lago de alta montaña, se puede realizar un recorrido circular de otros 20 minutos a su alrededor, para contemplarlo desde diferentes perspectivas.

En coche u otros medios, pero sin caminar

Aunque las rutas propuestas no deberían suponer gran dificultad para grupos sin experiencia montañera, para disfrutar de alguno de los ibones del Pirineo no siempre es necesario realizar una caminata, por corta que sea.

Son los menos pero hasta algunos de estos lagos se puede llegar en coche. Es el caso del de Baños, en el balneario de Panticosa, o del ibón represado de Llauset, convertido en embalse y al que se llega tras 40 minutos de trayecto desde el municipio de Montanuy.

Otra alternativa para poder relajarse a orillas de un ibón sin apenas caminar es tomar el tren turístico de Tramacastilla de Tena, que llega hasta el ibón del mismo nombre o hasta el de las Paúles.

En las zonas de esquí, fuera de la temporada de invierno, los remontes y telecabinas sirven para llegar hasta las zonas más altas donde se ubican los ibones, como es el caso del de Asnos, en Panticosa, y los de Astún o Escalar, en Jaca.

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