COMARCA RIBERA BAJA DEL EBRO

Los últimos romanos de Velilla de Ebro cobran vida con las nonas de junio

Cada año desde hace siete, el primer fin de semana de este mes la localidad regresa a la Antigua Roma para poner en valor el yacimiento de Lépida Celsa.

Los últimos romanos de Celsa acompañan a los visitantes.
Los últimos romanos de Celsa acompañan a los visitantes.
Heraldo

Fundada por Marco Emilio Lépido en el año 48 a. C. la colonia de Celsa se sitúa en el término municipal de Velilla de Ebro. Es el principal atractivo turístico y cultural de esta localidad de la Ribera Baja del Ebro que, desde hace siete años, celebra las nonas de junio para ensalzar su pasado romano.

La Asociación Los Trabajos de Hércules, formada por ocho vecinos y amigos de la localidad, es la impulsora de este evento que se celebra cada año a principios de junio. A ello se debe su nombre, pues en el calendario romano, el día 5 de cada mes eran las nonas.

Los orígenes de esta celebración y de la asociación están en un curso formativo de guía turístico en el que hace casi una década participaron los ocho fundadores de la entidad. Marta Esteban es una de ellas. “El objetivo de las nonas y de todas las actividades que ofrecemos es poner en valor el pasado romano de la localidad y promocionar el yacimiento de Lépida Celsa”, explica.

Y es que, además de la celebración de junio, Los Trabajos de Hércules ofrece visitas guiadas a la colonia. Unas visitas que pueden ser teatralizadas para grupos de 20 personas si se reservan previamente.

Las representaciones de las nonas se celebran también en la plaza de Velilla.
Las representaciones de las nonas se celebran también en la plaza de Velilla.
Heraldo

En estos pases, Libia, Publio, Dionisia, Claudia, Calpurnius, Cornelia y Agripina, cobran vida para escenificar cómo es un día en su ciudad romana en la piel de una esclava, un liberto o una sacerdotisa. Son los ocho personajes que encarnan Marta -Cornelia- y sus compañeros de la asociación quienes, de forma altruista, dedican su tiempo y esfuerzo en difundir el patrimonio de su pueblo.

Un pueblo que, con apenas 200 habitantes, se vuelca con las nonas de junio. “Quienes no viven aquí de forma permanente no fallan a la cita, que se ha convertido ya en una fiesta más”, asegura Marta. Con los años, la celebración ha ido ganando popularidad y cada vez son más los que participan, caracterizándose con sus trajes romanos y participando en las actividades. Algunos, una veintena aproximadamente, han mostrado incluso su interés de protagonizar como personajes secundarios las representaciones durante el resto del año.

Un foro romano en la plaza

Además de la recreación en el yacimiento, el acto central de la fiesta de las nonas se produce en la plaza de Velilla, el sábado por la noche, con una representación diferente cada año. Un nacimiento, una boda o la muerte de un patricio son algunas de las escenas cotidianas que se han recreado en las últimas ediciones.

La citada plaza se convierte en un foro romano, con la decoración apropiada, puestos de mercado y toda la ambientación necesaria para viajar 2.000 años atrás en el tiempo. En ella se producen combates de gladiadores, exhibiciones o talleres de la época.

Todo el pueblo de Velilla se vuelca con las celebraciones de las nonas
Todo el pueblo de Velilla se vuelca con las celebraciones de las nonas
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De esta manera, en las nonas de junio, el protagonismo que el yacimiento tiene durante el resto del año se comparte con el casco urbano de Velilla, haciendo partícipes de ello a sus vecinos. Y es que para visitar la colonia Celsa no se pasa por el pueblo, por lo que habitualmente sus habitantes viven ajenos a la riqueza con la que cuentan a apenas unos metros de sus casas.

Prueba del éxito que está teniendo esta iniciativa es el aumento en las últimas ediciones de la participación activa de más personas. “El primer año no se caracterizó mucha gente porque decían que les daba vergüenza pero cada vez se han ido animando más”, comenta Marta, que reconoce haberse sorprendido junto con sus compañeros de la asociación de la buena acogida que la celebración tiene desde el principio.

Aunque este año, por las circunstancias especiales, las nonas no se han podido celebrar con normalidad, se ha adaptado la fiesta. La representación en el yacimiento sin público interactuando no tenía sentido, por lo que se optó por crear un vídeo especial para después proyectarlo en el pabellón. En dos pases, con aforo limitado a 40 personas y las medidas pertinentes de seguridad, el primer sábado de junio, como marca la tradición, el vídeo se pudo ver.

Además, se invitó a los vecinos a que decoraran sus balcones y a que desempolvaran sus trajes de romano del año pasado para vestirse y compartir sus fotos, aunque fuera desde casa.

Visitas guiadas y teatralizadas para grupos

Aunque el yacimiento de Lépida Celsa está abierto y cualquiera puede pasar por allí y recorrer sus calles, la asociación ofrece visitas guiadas y también se organizan excursiones con niños.

Apenas se conservan los restos de dos casas grandes en esta colonia, la primera fundada en el valle del Ebro con ciudadanos libres romanos. Según los estudios, la vida en la ciudad fue relativamente breve, y se abadonó en torno al año 70 d.C., debido principalmente al auge de la cercana Caesaraugusta.

Más allá de los resquicios que quedan a la vista, la colonia esconde historias, costumbres y anécdotas que solo los últimos romanos saben. Estos últimos romanos son Marta y sus compañeros que ofrecen visitas teatralizadas del yacimiento. El único requisito es ser un grupo de al menos 20 personas y solicitarlas previamente a través de su página web. Solo se ofrecen los sábados, ya que los ocho personajes deben coincidir y, en la actualidad, el resto de la semana tienen otros quehaceres propios de la sociedad moderna.

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