La Asociación Soriana de Amigos del Pueblo Saharui (ASAPS) impulsa la iniciativa Vacaciones en Paz por la que familias locales acogen a niños de entre 9 y 12 años procedentes de los campos de refugiados de Tinduf por dos meses.

Mahmod es un chico espigado de 11 años. Monta un patinete y cuenta que se lo pasa muy bien en Soria. Lo corrobora el hecho de ser este el tercer verano que participa en el proyecto y que espera volver el año que viene.

No tiene mucho tiempo para aburrirse: va a la piscina, juega al fútbol con otros niños en la Dehesa y disfruta las excursiones a las que le lleva su madre de acogida. El último fin de semana tocó San Sebastián. "Me gustaron los peces del acuario"cuenta el niño con una sonrisa, "bañarse en la playa no tanto"señala su madre sonriéndole con complicidad.

Como a cualquier chaval de su edad, "cenar en Mc Donalds, la pizza y la tortilla de patatas"es lo que más le gusta así como "el puré de verduras lo que menos».

Mahmod es uno de los 251 chicos que participan en el proyecto en Castilla y León. El pasado día 22, ASAPS organizó un encuentro de todos ellos en el palentino Parque de la Roca, donde participaron en actividades de barranquismo, jugaron al fútbol, probaron su destreza en un parque de cuerdas y hasta hicieron algo de espeleología.Una experiencia diferente

El estilo de vida occidental es muy distinto a la vida en Tinduf. En el Sáhara no es raro alcanzar los 50° en verano. Además servicios básicos como la luz y el agua son "muy precarios y la mayor parte de las familias viven en casetas de barro o tiendas de campaña», explica Julián Calvo, periodista que pasó en Tinduf dos semanas.

Dado el limitado sistema sanitario que se realiza en Tinduf, al niño "se le incluye dentro de la cartilla de la seguridad social y se le hace reconocimientos de sangre, orina y heces, aunque vienen delgaditos pero sanos», explica Miguel Ángel Hidalgo, vicepresidente de ASAPS.

Según Calvo, "en los campos comen relativamente mal, aunque cumplen los mínimos de la OMS; eso sí, diversifican muy poco la alimentación, que se compone sobre todo de cereales y legumbres. Carne, muy poca». Prácticamente toda la proporcionan la ONU, la Unión Europea y ONG independientes.

El conflicto saharaui lleva más de 40 años enquistado. Muchos de estos niños pertenecen a la tercera generación exiliada en Tinduf, donde se encuentra el gobierno de la República Árabe Saharauí, no reconocido por muchos estados. El Sáhara Occidental es uno de 17 territorios que la ONU califica de ‘pendientes de descolonización”.