Emprender e innovar en el mundo rural

Las comarcas del Bajo Martín y Andorra Sierra de Arcos decidieron aunar esfuerzos hace ya cuatro años para desarrollar un proyecto que fomentase el espíritu emprendedor de sus habitantes. Transcurrido ese tiempo seis empresas, innovadoras en su sector, han conseguido asentarse en la zona.

Es el caso de Ricardo Rodríguez que en 2007 vio que el medio natural ofrecía numerosas posibilidades que todavía eran desconocidas para la gente. Por ello apostó por la puesta en marcha de una empresa de turismo activo, Bajo Martín Natural, que ofreciera servicios para conocer el medio realizando rutas senderistas guiadas, dar a conocer las especies de la zona...El camino no ha sido fácil y reconoce que el apoyo familiar ha sido clave para desarrollar su iniciativa: «La gente en ocasiones no ve futuro, esta es una zona dura, no valoran el territorio y la base es conocer la tierra para poder trabajar en ella; tengo más ideas pero conforme está todo hay que ir poco a poco».

Para él fue importante el valorar los recursos disponibles, a los que en muchas ocasiones no se les da la importancia que tienen. Ahora está realizando todos los trámites para inscribir formalmente su empresa, asentada en La Puebla de Híjar. Junto a su empresa se han desarrollado otras como la granja-escuela 'El Capricho' de Vinaceite o Bioteruel, dedicada a la producción de biodiesel.

Puesta en marcha

Desde la comarca del Bajo Martín, Ana María Guiu, agente de empleo y desarrollo local, reconoce que en el 2007 cuando se puso en marcha la iniciativa se veía de otra manera el hecho de emprender, «ahora la cosa está muy complicada para hacerlo pero lo que queremos es que los jóvenes, que en estos momentos están estudiando, entiendan que ser tú propio jefe es otra salida laboral y es viable».

En la actualidad han detectado que muchos de los jóvenes que apuestan por seguir estudiando, y para ello han de desplazarse a otros lugares, finalmente no vuelvan a sus lugares de origen para desarrollar su trabajo. Por tanto quieren hacerles ver que sus proyectos de futuro son posibles también en el mundo rural y para conseguirlo empiezan a orientarles desde su etapa en el instituto, a través de las experiencias de otros emprendedores de la zona, que en su día se animaron a serlo, y visitando sus proyectos.

Desde ambas comarcas no solo asesoran a los más jóvenes sino a todos los que se acerquen a las oficinas de desarrollo local y que tengan el espíritu emprendedor suficiente, enseñándoles los pasos a seguir desde el ámbito burocrático, subvenciones a las que pueden optar o como relacionarse con los futuros proveedores. Una formación a la carta y teniendo en cuenta las necesidades de cada una de las personas que deciden quedarse en su lugar de origen, para favorecer en el desarrollo de la tierra y sobre todo para poder tener un futuro.