Tensión en Lérida...

Las puertas del museo vivieron 20 horas de protestas con gritos, insultos y tres piedras lanzadas contra el camión de traslado. Los mossos llegaron a cargar en medio de un gran despliegue de seguridad.

Varios agentes de los Mossos d'Escuadra empujan a los manifestantes a primera hora de la mañana de ayer.
Varios agentes de los Mossos d'Escuadra empujan a los manifestantes a primera hora de la mañana de ayer.
Rafael Gobantes

Nadie dijo que fuera a ser fácil. La salida de los bienes desde Lérida rumbo a Aragón estuvo llena de tensión dentro y fuera del museo ilerdense. En el exterior se organizaron casi 24 horas de protestas, desde la media tarde del domingo hasta las 15.00 del lunes. En el interior también se respiró un ambiente cargado, con unos técnicos del museo y unas autoridades catalanas obligadas a cumplir una orden judicial que dejaba al espacio museístico sin las 44 obras que nunca debieron salir de Sijena.

Fueron horas intensas, que cayeron en plena campaña electoral y que se vivieron bajo un tremendo despliegue de fuerzas de seguridad, con decenas de agentes de la Guardia Urbana de Lérida y, principalmente, de los Mossos d’Escuadra y de la Guardia Civil. Todos ellos se encargaron de garantizar que, tantos años después, nada impidiera que los bienes regresaran a casa. Cercaron los alrededores del Museo de Lérida e incluso tuvieron que cargar contra los manifestantes en algunos momentos.

Pese al llamamiento de las juventudes de la CUP a "tomar un café"a las 7.30 en los alrededores, en ningún momento se alcanzó el medio millar de personas en las calles. El limitado alcance de la movilización no evitó que el ambiente de tensión que se respirara fuera intenso. Permanentemente hubo gritos contra la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra, el alcalde de Lérida y los medios de comunicación, principalmente.

Entre las esteladas y los complementos de color amarillo en el atuendo de los manifestantes en recuerdo de los políticos en prisión, a las 5.00 apareció Miguel Ángel Dieste, vecino de Zaragoza. Con una bandera de Aragón al cuello, quiso vivir en Lérida "un día histórico" para la Comunidad. "Se trata de una justa reivindicación. Los bienes nunca debieron salir de Sijena", contó. Su intención era acudir después al monasterio oscense para vivir la llegada de las obras.

El camión sale hacia Sijena

Los gritos de los manifestantes por momentos se transformaron en insultos, y llegaron a volar tres piedras contra el camión de traslado, que afortunadamente no causaron daños. Las maniobras de este vehículo para permitir la entrada de las obras en su interior elevaron la tensión. Los Mossos, mientras, se afanaban para que las operaciones de carga de las cajas quedaran fuera de la vista de las personas que protestaban y, de paso, de los medios de comunicación.

En el momento en el que las piezas se despedían del museo, más de 200 personas se amontonaban en su exterior. Fue el momento álgido, el instante en el que los pitos y los insultos contra las "fuerzas de ocupación"–como calificaron tanto a la Guardia Civil como a los propios Mossos– resonaban con más fuerza.

Cuando el vehículo emprendió su marcha rumbo a Villanueva de Sijena, una docena de trabajadores del museo, con su director a la cabeza, salieron a aplaudir a las personas concentradas, algunos de ellos con lágrimas en los ojos. Juntos cantaron ‘Els Segadors’ mientras el camión tomaba el camino de salida de la ciudad escoltado por una docena de vehículos de la Guardia Civil.

Durante su recorrido por las calles de Lérida, muchas personas siguieron pitando e insultando a la comitiva, con gritos de "ladrones"o "vergüenza", entre otros. Cuando el camión salió de la ciudad, algunos manifestantes se dirigieron al punto donde se acumulaban dos decenas de furgonas de los Mossos, a quienes criticaron su colaboración en el dispositivo de seguridad.

Pasaban las 14.30, y Lérida veía cómo las obras salían de la ciudad por, curiosamente, la rambla de Aragón. Mientras los Mossos retiraban de esta calle las vallas que cortaron el tráfico en el entorno del museo durante toda la mañana, los empleados de limpieza quitaban también la pancarta de ‘Manos arriba, esto es un atraco’ con la que se iniciaron las protestas 20 horas antes, y que alguien dejó abandonada.

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