Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Ascensores. Seguridad y electrónica, de la mano

La electrónica es hoy en día clave en la seguridad del ascensor. En el Instituto Tecnológico de Aragón se ha diseñado y desarrollado Safeplatform, un sistema para el desarrollo de dispositivos electrónicos programables dedicados a funciones de seguridad. La plataforma simula situaciones de peligro para comprobar que el sistema de seguridad del ascensor funciona.

Torre de ensayos para ascensores en el Instituto Tecnológico de Aragón.
Torre de ensayos para ascensores en el Instituto Tecnológico de Aragón.
Itainnova

Viajar en ascensor no es un deporte de riesgo. Diversos sistemas de seguridad velan por que todo funcione correctamente y son capaces de proteger a los pasajeros si algo falla. ¿Cómo reacciona un ascensor ante una situación de sobre-velocidad o si el movimiento en cabina se descontrola? «La cabina debe detenerse en el menor tiempo posible, siempre causando deceleraciones inferiores a las que puedan provocar daño a los pasajeros», indica Ángel Gimeno, responsable de proyectos en el grupo de Procesos Industriales del Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova).


Entran en juego sensores, que detectan la situación de riesgo, sistemas de control y actuadores, es decir, «tecnologías electrónicas y de software para los sensores y sistemas de control y mecánicas, eléctricas, hidráulicas o neumáticas para los actuadores».


La electrónica ‘tradicional’ no podía satisfacer fácilmente los exigentes requisitos básicos a cumplir en materia de seguridad en el sector del ascensor. Por ello, en noviembre de 2005, la normativa de ascensores se modificó para contemplar la utilización de sistemas eléctricos y electrónicos programables para funciones de seguridad en ascensores. Así, detalla Gimeno, «el sector del ascensor se posicionaba, en cuanto a la seguridad se refiere, al lado de sectores como el del ferrocarril, equipamiento médico, automoción, centrales nucleares, maquinaria o aeroespacial, que tienen sus propios estándares de seguridad».


Como resultado, apareció un nuevo concepto denominado PESSRAL (Programmable Electronics System in Safety Related Applications for Lifts), exclusivo en el sector del ascensor. Itainnova ha desarrollado Safeplatform, «una plataforma electrónica universal, flexible y escalable para el desarrollo de dispositivos electrónicos programables dedicados total o parcialmente a funciones de seguridad». Esta plataforma puede provocar o simular ciertas situaciones de peligro y comprobar que el sistema de seguridad funciona correctamente.


Estos dispositivos son necesarios, ya que «la tendencia a realizar diseños novedosos y más eficientes conlleva en no pocas ocasiones una mayor complejidad tanto en el hardware como en el software, por lo que también se incrementan las posibilidades de fallos y errores», señala Gimeno.


En las instalaciones de Itainnova, Safeplatform se ha aplicado como controlador de un Pessral para dos funciones de seguridad: movimiento incontrolado de cabina y sobre-velocidad. Son dos de las muchas que una plataforma de estas características puede soportar. Actualmente, asegura Ángel Gimeno, «se está en conversaciones con empresas para establecer acuerdos de transferencia y para el desarrollo de aplicaciones concretas».Un activo propio

Safeplatform ha sido diseñada y desarrollada íntegramente en Itainnova. La idea se gestó en 2013, con un primer prototipo en el que se fueron implementando poco a poco funcionalidades hasta obtener, en 2014, un sistema «potencialmente útil para desarrolladores, como elemento acelerador del diseño de dispositivos relativos a la seguridad». En el año 2015, el primer prototipo evolucionó hacia un sistema con un grado de madurez tecnológica próxima a la certificación.


De ahora en adelante, «su desarrollo se orientará a facilitar su programación para diferentes aplicaciones y a avanzar en un diseño modular que reduzca costes en las aplicaciones con menores requerimientos de seguridad», indica Gimeno.


Aunque en principio Safeplatform está orientada específicamente al sector del ascensor, «podría ser trasladable, al menos en gran parte, a otros sectores como el de maquinaria y equipo mecánico, en el que también entran en juego cuestiones de seguridad».

Claves de seguridad
Tres son los elementos clave de la seguridad de un ascensor: El sensor o conjunto de sensores, que se encargan de medir determinados parámetros de funcionamiento, como la velocidad o aceleración de la cabina. El control, que debe identificar situaciones de peligro a partir de la información recogida por los sensores. El sistema de actuación, que debe evitar la posible situación de peligro y dirigir, o permitir, al ascensor permanecer en un estado seguro. 
Cambios normativos en el horizonte que afectan a los fabricantes
El sector del ascensor está sufriendo una serie de cambios normativos y legislativos que van a tener «un gran impacto en las empresas fabricantes e instaladoras, especialmente en el propio desarrollo y la validación técnica de los productos», señala Alfredo Gómez, consultor de Innovación en la Unidad de Desarrollo de Negocio de Itainnova.


De especial relevancia son los cambios en el campo normativo: las dos normas de referencia hasta la fecha, la EN 81-1 y EN 81-2 para ascensores eléctricos e hidráulicos respectivamente, van a ser sustituidas, después de un periodo transitorio que finaliza en agosto de 2017, por las nuevas EN 81-20 y EN 81-50, relativas a requisitos técnicos de diseño y ensayos respectivamente. Estas normas «introducen un buen número de cambios sobre las actuales que van a obligar a las empresas fabricantes a rediseñar sus productos para adaptarlos a los nuevos requisitos técnicos». En algunos casos, «estos cambios supondrán implementar nuevos desarrollos y rediseños en los productos», advierte Gómez. Más aún teniendo en cuenta que, «en mayor o menor medida, todos los componentes del ascensor van a verse afectados, por lo que el impacto sobre las empresas del sector va a ser importante».


En Zaragoza se localizan delegaciones y avanzadas plantas de fabricación de las principales empresas nacionales e internacionales como Schindler, Wittur, Macpuarsa o Grupo Savera. Desde aquí se atienden zonas con una elevada demanda como Cataluña, País Vasco o Madrid. Dentro del volumen de negocio total nacional, «la actividad del sector en Aragón representa un 21,44%, lo que es indicativo de la importancia del mismo en la región. A nivel del PIB regional, el sector aragonés supone una cifra cercana al 2%, llegando hasta el 11% cuando se pone en relación al PIB industrial», detalla Alfredo Gómez.

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