Tercer Milenio

En colaboración con ITA

"Tratamos de ir por delante de las empresas en materia tecnológica"

Cuando estaba en la Universidad, Itainnova era para él "una caja negra, un gran desconocido". Hace unos meses, Ángel Fernández Cuello fue nombrado director del Instituto Tecnológico de Aragón, cuya estructura acaba de renovar, y ve "la Universidad, la EINA en concreto, e Itainnova como la columna vertebral del sistema de investigación e innovación que tanto necesitamos". Las diferentes tecnologías que se cultivan en Itainnova se colocan en el centro, con el objetivo de impulsar la innovación en las empresas y en la industria en particular.

Ángel Fernández Cuello, director del Instituto Tecnológico de Aragón.
Ángel Fernández Cuello, director del Instituto Tecnológico de Aragón.
Carlos Muñoz

Dirige el Instituto Tecnológico de Aragón desde 2015. Es doctor ingeniero industrial. Ha sido profesor de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Química en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza. Su investigación se ha centrado en nuevos materiales plásticos y sus procesos de transformación. Ha dirigido el Grupo de Investigación Aplicada en Diseño Mecánico Avanzado y Sostenible.

PREGUNTA Itainnova acaba de reajustar su estructura organizativa. ¿En qué ha consistido esta reorganización y cuál es su objetivo?


RESPUESTA La nueva estructura gira en torno a la tecnología y no a la gestión. Esto afecta directamente a 183 empleados, que ahora se agrupan en torno a las distintas ciencias y tecnologías en las que, además de ser líderes a nivel internacional, tenemos la capacidad para desarrollar nuevas tecnologías y llevarlas a las empresas o a distintos entes de la Administración pública. El resto de compañeros (27) se agrupan en torno a diferentes áreas de gestión y transferencia, que dependen directamente de la Dirección. Todas estas áreas tienen al frente a un coordinador que las lidera desde un punto de vista técnico. Así, nos transformamos en una entidad de eficiencia máxima en cuanto a la dirección y a la toma de decisión en aspectos que considero fundamentales, como la propuesta de nuevas iniciativas, la aceptación y negociación de nuevos proyectos de investigación y desarrollo, el impulso a las empresas para que hagan innovación tecnológica y el escrupuloso control financiero. Por último, al tener una plantilla prácticamente congelada, hemos de pensar en una continua recualificación del personal desde un enfoque tecnológico para seguir en la vanguardia y frontera del conocimiento. Definitivamente, el objetivo es impulsar la innovación en las empresas, y en la industria en particular, y eso nos exige ir por delante de ellas en materia tecnológica. Entonces una estructura así nos permite escuchar, actuar, desarrollar tecnologías aragonesas y transferirlas más rápidamente.


P. ¿Su ‘corazón’ técnico es la clave del Instituto Tecnológico de Aragón?


R. El ‘corazón’ del Itainnova, efectivamente, no es otro que la tecnología. No somos ‘gurús’ (ni nos hacen falta porque no solo leemos las estrategias europeas en I+i, sino que contribuimos a su redacción de detalle años antes de que sean del dominio público), sino personal técnico que hace investigación en la frontera del conocimiento, desarrollamos soluciones tecnológicas y las llevamos masivamente a las industrias, impulsándolas a innovar. No les creamos necesidades, sino que les ponemos sobre la mesa soluciones propias. Por ejemplo, en materia de industria 4.0, la industria sabe que tiene un reto por delante: ha de hacerse más inteligente, sustituyendo el concepto de competitividad basada en mano de obra de bajo coste por procesos y productos evolucionados basados en el conocimiento. Así las cosas, la industria aragonesa en particular adquiere cada vez más soluciones tecnológicas completamente desarrolladas en Itainnova en materia de robótica colaborativa, TIC y logística, big data, procesos de fabricación inteligentes que aprenden y que se autorreprograman y un largo etcétera. Yo lo resumiría en: poco papel, menos conferencias y mucha tecnología aragonesa a su alcance. Eso sin mencionar los materiales, la mecatrónica, la seguridad y la sensórica, donde, si se nos permitiera crecer, generaríamos decenas de empleos, apoyando a sectores primarios a innovar y a más industrias a crecer.


P. ¿Qué importancia tienen los laboratorios entre los servicios prestados desde Itainnova?


R. Son fundamentales. Empresas de todo el mundo ensayan en ellos componentes que van en los aviones, embalajes que viajan por todo el mundo, equipos electrónicos que han de ser compatibles electrónicamente con cualesquiera otros con los que puedan ‘convivir’ en una fábrica o un vehículo. Pero, además, los servicios nos generan ingresos imprescindibles para la sostenibilidad financiera de Itainnova, y resulta que esos mismos laboratorios nos permiten crear equipos, dispositivos o máquinas nuevas que patentamos o vendemos en la India, China, EE. UU., Centro y Sudamérica y numerosos países de Europa. Es nuestra parte más visible porque sus entregables son tecnología aragonesa que se exporta.

Las 'spin-offs' de Itainnova
De la labor realizada en Itainnova se generan también activos propios que se quieren poner en valor a través de un equipo de trabajo centrado en la explotación de resultados y en la propiedad industrial. Este equipo, explica Ángel Fernández Cuello, «tiene un nuevo objetivo: crear las ‘spin-off’ de Itainnova además de generar activos». «Cada proyecto que realizamos tiene un valor más allá de la subvención, que es el resultado o activo y su explotación». Incluso «tenemos una convocatoria interna con el fin de elevar el TRL (Technology Readiness Level) hasta nivel casi comercial». La medida «es estratégica porque permitirá a futuro conseguir otra forma de ingresos esenciales para el Instituto. Ahora, en 2016, iniciamos un camino de coordinación con el resto de agentes de emprendimiento de Aragón».


Los sectores más ‘productivos’ son, sobre todo el TIC y esos entregables que demanda la industria 4.0. Un ejemplo es Moriarty, «la única herramienta en su ámbito del conocido big data, y es puramente Itainnova; o Kajal en el ámbito de la logística. Y disponemos del motor más eficiente en recuperación de energía en ascensores bajo patente compartida con una empresa del sector». La industria aragonesa, considera, «se nos queda pequeña muchas veces y, aunque trabajemos con empresas multinacionales, a futuro solo con nuestros activos y nuestras ‘spin-off’ podremos dar el salto internacional».


Itainnova tiene una importante presencia en proyectos europeos. Los nueve proyectos del competitivo H2020 «suponen el 10% de los ingresos, aproximadamente lo mismo que nos aporta la DGA;el objetivo es duplicarlo. Para ello estamos en las plataformas europeas más relevantes, promoviendo Aragón y sus intereses». No obstante, el éxito de Itainnova «es haber conseguido que numerosas empresas aragonesas sean ahora líderes en H2020, sobre todo en el Instrumento Pymes, donde les apoyamos y asesoramos».

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