Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Por qué tengo memoria selectiva

Cuando dos contenidos archivados en la memoria compiten, hacer el esfuerzo de recordar uno puede eliminar el otro.

Hace unos años, neurocientíficos británicos de la Universidad de Birmingham llegaron a la conclusión de que hacer un esfuerzo por recordar algo nos hace olvidar otras cosas que pueden interferir con que ese recuerdo aflore. Dicho de otro modo, que el simple acto de recordar también nos hace olvidar.

Tal y como se podía leer en la revista 'Nature Neuroscience', cuando dos contenidos archivados en la memoria compiten, hacer el esfuerzo de recordar uno puede eliminar el otro. Y eso implica que el olvido no es un acto pasivo, sino que recordar altera de forma dinámica el archivo de datos sobre nuestro pasado, así como la memoria semántica, la episódica e incluso recuerdos recientes almacenados a corto plazo.

Para llegar a esa conclusión, Maria Wimber y sus colegas siguieron el rastro de recuerdos individuales dividiendo el cerebro en diminutos vóxels tridimensionales. Estos vóxels son algo así como las unidades mínimas en que se puede dividir la sesera, de aproximadamente un milímetro por un milímetro, como si nuestro órgano pensante fuera un Lego gigante compuesto por miles de estas piezas. En sus experimentos, los investigadores hicieron que los participantes recordaran momentos concretos de su vida en repetidas ocasiones. Cuanto más los recordaban, más vívidos afloraban en su memoria. Pero simultáneamente había otros recuerdos que se desvanecían progresivamente. Hasta extinguirse.

Wimber asegura que "solemos referirnos al olvido en términos negativos, pero la realidad es que puede ser tremendamente útil cuando lo que se olvida son aspectos negativos del pasado". En esta investigación, añade, podría estar la clave para borrar recuerdos no deseados.

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