Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cómo te afecta (y cómo no te afecta) ver series

¿Existe el llamado 'efecto CSI'? O, dicho de otro modo, ¿es la televisión una escuela de delincuentes? ¿Ver series compulsivamente se vincula con la ansiedad o la depresión?

El 61% de los usuarios ve de 2 a 6 episodios en cada sentada
El 61% de los usuarios ve de 2 a 6 episodios en cada sentada
Sandra Vos

Las Vegas, EE. UU. Los detectives irrumpen en la escena del crimen. La policía acaba de avisarles del hallazgo del cadáver de una mujer desnuda y sin identificación en una zona aislada junto a una carretera. Lo van a tener difícil, porque el asesino limpió el cuerpo de la víctima con alcohol para borrar las huellas. ¿Puede el estudiado guión de las series de crimen y medicina forense servir de inspiración a potenciales criminales? ¿Existe el llamado 'efecto CSI'? O, dicho de otro modo, ¿es la televisión una escuela de delincuentes?

La duda flotaba en el aire. Hasta que Heiko Hecht y sus colegas de la Universidad de Mainz (Alemania) decidieron zanjar el asunto. Indagaron sobre la relación entre la emisión de series como CSI y los datos reales sobre crímenes tanto del FBI como de su equivalente alemán, el Bundeskriminalamt. Incluso sometieron a prueba a una serie de voluntarios para comprobar si, después de ver este tipo de series, eran capaces de borrar sus huellas en un crimen simulado. Y la respuesta fue un rotundo no. La relación entre las series de crímenes y los crímenes en la vida real es inexistente. Ni 'Ley y Orden', ni 'Dexter', ni tampoco 'CSI: Las Vegas' benefician a los criminales.

No nos hacen mejores asesinos, pero sí un poco más ilusos. De acuerdo con una reciente investigación de la Universidad de Viena (Austria), las personas que consumen mucha televisión tienden a dar fe a los mitos cotidianos, independientemente de su edad y nivel educativo. Según los investigadores, ser un ávido consumidor de series nos hace más vulnerables a la desinformación y a los prejuicios, además de que distorsiona un poco la percepción de la realidad. Por poner un ejemplo, cuando se les pide que calculen el número de sujetos que ejercen profesiones que salen con frecuencia en las series, como médicos, abogados o policías, suelen dar una sobreestimación. Los que no son seriófilos, sin embargo, atinan más.

Turismo televisivo

Que elijamos uno u otro destino turístico para pasar las vacaciones también puede estar condicionado por las series. Y eso lo saben bien en Croacia. 'Juego de Tronos' ha hecho que la popularidad de este país se dispare, sobre todo en Dubrovnik y sus alrededores. Después de todo, es aquí donde se encuentran algunas de las localizaciones más espectaculares de la serie, como la fortaleza de Lovrijenac, que sirve para recrear la Fortaleza Roja, sede del Trono de Hierro de los Siete Reinos en la ficción.

'Juego de Tronos' es, precisamente, una de las series que más potencia la práctica del 'binge-watching', un término anglosajón que traducimos como 'atracón de series'. Se refiere al empacho que supone visualizar un capítulo tras otro de una o varias series, hasta incluso perder la noción del tiempo. Algo que antes hacíamos con los DVD de temporadas completas y que ahora es mucho más fácil gracias a plataformas como Netflix. porque nada más acabar de ver un capítulo de tu serie favorita en la pantalla se carga el siguiente episodio. Y es difícil no dejarse tentar. Incluso si es tarde y al día siguiente trabajas. De hecho, una encuesta de Netflix reveló que el 61% de los usuarios ve en cada sentada de 2 a 6 episodios. Solo una minoría se levanta del sofá después un solo capítulo.

Científicos de las universidades de Ottawa (Canadá) y Newcastle (Reino Unido) decidieron profundizar en este fenómeno. Según sus pesquisas, ver series nos hace desconectar nuestra mente y olvidar lo que teníamos planeado hacer. Y todo porque provoca lo que ellos denominan 'conflicto de objetivos'. Por si fuera poco, varios estudios apuntan a que los consumidores compulsivos de series tienen un riesgo un 35% mayor de sufrir ansiedad y depresión. Además de que este hábito reduce la calidad del sueño. A lo que se suma que ver más de tres horas de televisión a diario provoca un importante deterioro cognitivo y hace que nuestro cerebro trabaje más despacio. Argumentos de sobra para dosificar su consumo.

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