Se espera mucho del que se denomina material del futuro: el grafeno. Esta única capa de moléculas de carbono de un solo átomo de grosor es un excelente conductor térmico, transparente, de gran dureza y muy elástico, con propiedades electrónicas entre las de un metal y un semiconductor. Por eso, se espera verlo pronto aplicado en la microelectrónica, la fotónica, la energía, la aeronáutica y los biomateriales.

Para aprovechar, por ejemplo, las propiedades fotónicas del grafeno en el desarrollo de pantallas táctiles flexibles se necesita grafeno de calidad. ¿Cómo medir y controlar la calidad de este material tan especial?

Un equipo del Instituto de Nanociencia de Aragon (INA) de la Universidad de Zaragoza participa en el gran proyecto europeo Grafeno, dotado en su conjunto con 1.000 millones de euros hasta 2023. Su objetivo es estandarizar los protocolos de medición para evaluar la calidad del grafeno producido. Raúl Arenal, investigador ARAID y director de este equipo, nos lo cuenta en este vídeo.

Para estudiar al detalle la estructura atómica del material, así como para descubrir cualquier defecto por vía química que pudiera tener el grafeno, se utiliza el Titán del Laboratorio de Microscopías Avanzadas, un microscopio electrónico de transmisión de última generación.

Otros dos equipos aragoneses, el grupo de Nanofotónica y el de Nanofabricación del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (CSIC-UZ), participan también en el proyecto Grafeno de la UE.