Vendrán nuevas arquitecturas, con más fachadas-pantalla, con un mayor 'bombardeo' publicitario, y los artistas más tecnológicos están pidiendo ya un hueco en ellas para la creación. Nos lo cuenta Néstor  Lizalde, profesor de la Academia Fachada Media Etopia, un artista multimedia que enseña a otros cómo crear para este nuevo soporte y cómo integrar la técnica en la obra misma. En el fondo, les ayuda a vislumbrar la infinidad de posibilidades expresivas de estos edificios mutantes.

María Blasco también es profesora de la peculiar academia de arte de Etopia. Para ella, el quid de la cuestión es "entender el nuevo canal discursivo", la fachada de un edificio, ya muy empleada en el mundo como soporte publicitario. "Pero aquí le hemos dado una vuelta de tuerca, integrándola en obras de arte". El resultado es una arquitectura cambiante que busca comunicarse con el ciudadano. Y hay testimonios de ello.

A partir de hoy y hasta el domingo 27 de mayo, desde el anochecer hasta la 1 de la madrugada, Juan Dies y Víctor Solanas, dos de los alumnos de Néstor Lizalde, María Blasco y Jorge Gordún, exhiben sus obras en/a través/con la fachada de Etopia. Arte que reflexiona sobre el espacio urbano y que sale cada noche a buscar a los ciudadanos, con ganas de hablar. 

"Yo vengo de la intervención artística -cuenta Víctor Solanas- y quería trabajar con la fachada como elemento urbanístico e intervenir en el tránsito de alrededor". De hecho, María Blasco hace a los alumnos "recorrer el edificio por el exterior para que tengan en cuenta el entorno; al fin y al cabo la fachada es su lienzo".

Las ideas de Solanas cambiaron "casi por completo" en la Academia de Etopia. La residencia y el intercambio con los compañeros soplan a favor. Al final, el trabajo de Solanas se traduce en fragmentos intermitentes de coches que se suman al tráfico que circula frente al edificio. Una amalgama rítmica que pretende mimetizarse con el entorno.

Juan Dies, por su parte, está interesado en investigar "cómo nos afectan los colores, las formas y texturas". Inspirado en los graffitis, a Dies le gustaría "mejorar el estado de ánimo" de las personas que contemplan fugazmente su obra. "Busco imágenes que lancen mensajes y den calor al ciudadano".

Y a las obras de Solanas y Dies les seguirán las del resto de sus compañeros de esta tercera edición de la Academia, dos artistas cada dos semanas. Así serán dos meses de proyección artística nocturna e ininterrumpida en la fachada de Etopia. "La diversidad es increíble -reconoce Ana Quintana, de la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, promotora de la Academia-. Son muchos los juegos que se proponen al espectador".

Andrea Tolosa, Sara Biassu, Juan González, Prado Vielsa, Victoria Ascaso y David Montosa son, junto a Solana y Dies, los artistas que piden fachada. Aunque esté todo por inventar, como dice Néstor Lizalde. Hay otra en el edificio de Medialab-Prado, en Madrid, con una ubicación muy distinta a la de Etopia, porque se encuentra encajonada entre edificios. Y hay otras interiores.

En Times Square, en Manhatttan, las fachadas-pantalla publicitarias ceden al arte cinco minutos diarios, cada noche. Algo es algo. A ver si toman nota las de la Gran Vía madrileña, "porque el arte es reflexión y porque, precisamente por eso, puede abrir nuevos caminos a la industria y el diseño", apunta Lizalde.

De paso, la fachada de Etopia anuncia exposiciones que hay en el interior, convirtiéndose en una obra más e invitando al ciudadano. Es el edificio reversible.