La utilización de cannabis para uso terapéutico ha sido ampliamente estudiada científicamente, permitiéndose hoy en día su uso en determinados tratamientos clínicos y para patologías concretas. Este empleo se ha autorizado tras haberse comprobado que el cannabidiol (CBD) -que es el principal componente no psicoactivo del Cannabis sativa-, tiene propiedades terapéuticas. Por ejemplo, se ha descubierto su potencia ansiolítica, antipsicótica, antiemética, antiinflamatoria y neuroprotectora, lo que ha llevado a que en los últimos años se use en numerosos países como Estados Unidos, Alemania, Canadá o México, entre otros, para mejorar estados como el insomnio, la ansiedad, la epilepsia y ciertos dolores.

El CBD, que en la actualidad se extrae del cáñamo industrial, es un compuesto “no tóxico. Es una sustancia muy segura que no altera las funciones psicológicas ni psicomotoras y es perfectamente tolerada incluso a dosis elevadas”, según explica Óscar Sipán, responsable de Cbdania, empresa aragonesa que es una de las primeras en España en diseñar y comercializar productos específicos basados en el extracto de cáñamo y que se destinan al ámbito parafarmacéutico.

En la actualidad, en España, este tipo de productos con cannabidiol pueden comercializarse. De acuerdo con el Real Decreto 1729/1999, las “cepas de cannabis (cáñamo industrial) destinadas para el uso de producción industrial, suplementos alimenticios y materiales textiles con niveles de THC (principal constituyente psicoactivo del cannabis) por debajo del 0,2% son legales dentro del territorio español, así como en otros 17 países de la Unión Europea”. Con este porcentaje, se asegura que la venta de cannabidiol, “en sus diferentes presentaciones, es incapaz de producir efecto psicotrópico alguno”. Una premisa que ha sido certificada por la Organización Mundial de la Salud.

Cbdania centra su actividad en aprovechar las potenciales propiedades terapéuticas de los extractos naturales. “Pretendemos ser pioneros en la comercialización de aceite de cannabidiol y derivados activos, al tiempo que avanzamos en nuevos productos específicos con otros compuestos naturales”. La empresa está trabajando en formulaciones propias, que “incluyen aplicaciones analgésicas, antiestrés, neuroprotectoras, gastrointestinales e inmunoprotectoras. No existen productos similares en el mercado”.

En estas formulaciones se emplea el cannabidiol que se adquiere en laboratorios de España y Suiza. “Compramos el CBD de distintas formas. Unas veces, en cristal puro al 99% de pureza, y otras diluido en aceite al 5% o al 2,5%, según las necesidades del producto que queremos fabricar”.

“No queremos proponer otra ‘terapia milagrosa’, sino que deseamos explotar las propiedades demostradas científicamente del CBD. Por eso, nos empapamos bien de los miles de estudios preclínicos y los cientos de ensayos clínicos y estudios médicos para el diseño” y desarrollo de formulaciones basadas en evidencias de las que, posteriormente, se comprueba su estabilidad.

En este proceso se emplean “métodos de extracción en los que se cuenta con especialistas en extracción supercrítica y otras técnicas menos conocidas”. Además, Cbdania colabora con una asociación terapéutica y socios voluntarios para realizar pequeños ensayos acerca de los beneficios de las formulaciones desarrolladas. Fruto de este trabajo son los aceites de cannabidiol y  cápsulas en distintas concentraciones y para diversas dolencias.

Cbdania ya ha comenzado a trabajar con farmacias, parafarmacias, herboristerías y 'grow shops' de toda España para la comercialización de los productos. “Además, hay médicos que están empezando a recetar nuestros complementos alimenticios con muy buenos resultados”.

Tanto el diseño como la fabricación y empaquetado de los productos se realiza en las instalaciones del CEEI Aragón en Huesca, ya que la empresa, que se creó a mediados de 2017, fue la segunda ganadora de la XXIV edición del Concurso Idea.

Además de esta línea de investigación para uso terapéutico, Cbdania también tiene otras líneas de I+D, que comprenden formulaciones para nuevas aplicaciones y el desarrollo de genética para plantas adecuadas para el desarrollo de medicamentos de segunda generación. Son líneas de trabajo llevadas a cabo por un equipo científico propio, además de establecerse colaboraciones externas con otros especialistas como médicos e investigadores de la Universidad de California, entre otros.