Que un ciego lea el cartel de la marquesina del autobús, el último folleto publicitario que le han dejado en el buzón, un libro de la biblioteca del barrio o la carta del restaurante de la esquina ya es posible. Y todo gracias al empeño de seis estudiantes de ingeniería del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que compitieron en el último hackaton Make MIT, una especie de maratón creativa ('hackaton' es la fusión de hacker y maratón) en la que varios equipos de estudiantes pasan 15 horas diseñando, codificando, construyendo y testando proyectos de lo más variopintos. Su invento es un traductor portátil para ciegos llamado Tactile, capaz de escanear textos y convertirlos a braille en tiempo real. Cabe en la palma de la mano. Y encima les hizo ganar la competición.

Claro que las seis chicas no se conformaron con eso. Convencidas de que este invento podría mejorar la vida de millones de invidentes, durante los últimos meses han seguido perfeccionándolo. Su último prototipo lleva incorporada una cámara y muestra seis caracteres al mismo tiempo (una palabra media en inglés tiene cinco). El usuario solo tiene que colocarlo sobre una línea de texto y pulsar un botón para obtener la traducción. El dispositivo trabaja en conexión con un teléfono inteligente, con el que se comunica vía Bluetooth, y que es el encargado de procesar la imagen y reconocer los textos. Y también ha sido galardonado, esta vez con el Premio Lemelson MIT y una suma de 10.000 dólares que les ayudará a seguir perfeccionándolo.

Porque aún se puede mejorar. De momento, las inventoras se han propuesto que la siguiente versión de Tactile muestre dos líneas de 18 caracteres cada una, en lugar de una sola palabra cada vez. Y no descartan emplear la misma tecnología para crear un escáner portátil que en un solo paso traduzca al braille páginas completas.