Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Son las alarmas inteligentes tan listas como dicen?

La falta de sueño puede estar en el origen de enfermedades cardiovasculares
cuando dormimos experimentamos cinco etapas del sueño, algunas de sueño ligero y otras profundo.

Si para abrir los ojos cada mañana recurres a una de esas alarmas inteligentes que prometen despertarte progresivamente y en el mejor momento, gracias al control de tus horas de sueño y al empleo de una armoniosa combinación de vibraciones, luces y sonidos, quizás te interese conocer su fundamento científico.


Según diferentes estudios científicos, cuando dormimos experimentamos cinco etapas del sueño que repetimos en ciclos de aproximadamente noventa minutos, algunas de ellas de sueño ligero y otras profundo.


Las modernas alarmas del siglo XXI, como explican esta semana en el blog 'Cooking Ideas', se basan en que en las fases de sueño ligero nos resulta más fácil despertarnos, y coinciden con los momentos en que más nos movemos. Sin embargo, en los ciclos de sueño profundo, que garantizan un buen descanso, es mejor que no suene el despertador. Cuando se le indica a qué hora hay que levantarse, el despertador empieza a buscar en un período de 30 minutos cuál es el mejor momento para hacer ruido.


Además de dispositivos específicos para la mesita de noche, existen apps para móviles como SleepCycle que cumplen esta misma función. No obstante, los expertos advierten que dado que solo miden el movimiento, y no las ondas cerebrales ni el movimiento de los ojos, realmente tienen poca información sobre la calidad del sueño. Así que su eficacia es relativa. Y tienen mucho camino por recorrer antes de convencer totalmente a los científicos.

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