Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Duro examen el del agua para ser cubito de hielo

Es la última innovación de Frescofrío: hacer desfilar los cubitos por el túnel de secado de su nueva planta, para evitar que, luego, se peguen unos a otros en el congelador de casa

Millón y medio de kilos de cubitos de hielo ha fabricado este verano Frescofrío, una empresa instalada en Mercazaragoza, que innova sin parar para darnos el mejor cubito y ahorrar costes en el proceso. En junio pasado estrenó su túnel de secado, por el que hace desfilar a sus piedras heladas para eliminar de ellas la escarcha y que no se nos peguen unas a otras en el congelador de casa.


En verdad, lo que Frescofrío inauguró en junio fue toda una nueva planta de fabricación. Ya tiene tres. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta su volumen de producción. Cuatrocientas toneladas de cubitos de hielo sólo en agosto. ¿Tantos refrescos hemos tomado?


Yo los miro en el vaso y me maravilla que no se deshagan, que duren tanto tiempo. “Es que, además de eliminar la escarcha, el túnel de secado, a 18º bajo cero, hace que los cubitos cojan más fuerza -explica Alejandro Puyuelo, responsable de Calidad de Frescofrío-; y siguen endureciéndose durante las tres semanas aproximadamente que pasan luego en nuestras cámaras antes de salir de la fábrica”.Cómo se hace un cubito de hielo

Antes de llegar al túnel de secado, después de que, una hora antes, dos mil litros de agua entraran por difusores a la máquina llamada generador, ¿qué ha pasado en el interior de ese enorme tanque de cuatro metros de altura? “Dentro tiene 228 cilindros por los que cae el agua mientras se va congelando -cuenta Puyuelo-. Rodeando los tubos por fuera está el amoniaco, que es el refrigerante que nosotros utilizamos”. Ni que decir tiene que éste nunca entra en contacto con el agua.


Como refrigerante, también está el freón, pero Frescofrío emplea amoniaco porque enfría más. En cincuenta minutos está hecho el hielo. “El agua se congela de fuera hacia dentro de forma circular”. Y los palos helados que se han formado se encuentran, en la parte baja del generador, con las cuchillas que los convierten en cubitos de 41 milímetros de diámetro por 50 de altura. 60 gramos pesa cada uno. “Antes se hacían más pequeños”.


El nacimiento del cubito de hielo es convulso. Mientras actúan las cuchillas, entra en el generador agua caliente y el amoniaco que va por fuera se calienta también convirtiéndose en gas. Todo para que los cubitos se desprendan de la maquinaria madre, tecnología de ABR Ingenieros adaptada por Frescofrío a su producción.


Varias innovaciones han ido dejando esta tecnología como la encontramos hoy en Frescofrío: “El agua de la red entra al generador ya fría, a 4º” en lugar de a los 20º que sale del grifo; “una cribadora separa los cubitos que se rompen en el proceso y en otro tanque ayudan a seguir enfriando el agua; y “ahora hace falta menos agua para fabricar los mismos mil kilos de hielo”, 1.900 en lugar de los 2.800 que empleaban antes, porque el agua que no entra en los tubos del generador ahora se reaprovecha.


Y todo eso, por el ahorro. Pero la tecnología mantiene a raya la calidad del producto con estas otras medidas: “El agua pasa primero por un filtro de arena y se somete también a descalcificación; después pasa por otro filtro de carbono activo que elimina el sabor del cloro; a continuación, se lleva a cabo la ósmosis para retirar la sal y lograr un cubito transparente y cristalino; y, finalmente, se pasa el agua bajo una lámpara de luz ultravioleta que elimina posibles bacterias; entonces entra ya en el generador”. Como responsable de Calidad de Frescofrío, Alejandro Puyuelo detalla con orgullo este proceder.

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