Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Por qué cuando veo un coche de frente me parece que me mira

El cerebro tiende a buscar patrones a su alrededor, particularmente aquellos que le recuerdan caras. Las encontramos en solo 100 milisegundos.

¿Qué ves?
¿Qué ves?
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Si a diario ves rostros en las nubes, en los coches que circulan por la carretera, en las manchas de la pared, en las tostadas y en la luna, no desvarías. Es una manifestación más de la tendencia del cerebro a buscar patrones a su alrededor, particularmente patrones que le recuerdan caras. Discernir rápidamente a otras personas y seres vivos entre el cúmulo de estímulos visuales que llegan a nuestros ojos a diario es una capacidad humana esencial, desempeñada por el giro fusiforme derecho. Pero no es infalible, y eso significa que en menos de un segundo nos hace ver caras también donde no las hay: en una caja de zapatos, en un enchufe, en una papelera o en una alcantarilla. Sin que podamos hacer nada para evitarlo.

Se llama pareidolia y es un fenómeno instantáneo. Según cálculos realizados desde la Universidad de Tecnología de Toyohashi (Japón), transcurren solo 100 milisegundos desde que vemos un objeto hasta que evaluamos si hay algo similar a una cara en él. Es decir, que en el preciso instante en que empezamos a procesar algo visualmente ya decidimos si lo que vemos tiene una nariz, dos ojos y una boca –o algo situado en una disposición que recuerde a estos cuatro elementos faciales–. Mucho antes de que nuestro cerebro tenga siquiera noticias de que lo tenemos delante.

La primera vez que experimentamos pareidolia es entre los 8 y los 10 meses de edad. Las mujeres la experimentan con más frecuencia que los hombres, lo que revela una mayor tendencia a antropomorfizar los objetos cotidianos. Y, a diferencia de otro tipo de ilusiones ópticas, esta se vuelve más intensa cuanta más atención le prestamos. ¿Quieres comprobarlo por ti mismo? Date una vuelta por la cuenta de Twitter @FacesPics y, cuando apartes los ojos de la pantalla, no podrás evitar ver rostros mirándote por todas partes.

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