Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Por qué en verano veo charcos en la carretera

Descubre los porqués de esta ilusión óptica generada por las diferencias de temperatura. Agárrate que hay curva. Sobre el asfalto, aún más.

Bajo el sol del verano, el asfalto se calienta mucho más que la atmósfera
Bajo el sol del verano, el asfalto se calienta mucho más que la atmósfera
Jeffrey Beall

No estás desvariando a causa del calor. Sencillamente eres víctima de los espejismos, una ilusión óptica generada por las diferencias de temperatura a la que se encuentran las distintas capas de la atmósfera. Normalmente, la luz se desplaza en línea recta cuando no cambia de medio, por ejemplo si viaja por el aire todo el tiempo. Pero si una parte del aire cambia de densidad, se producen variaciones en el índice de refracción de las distintas capas de aire y la luz se curva.

Es lo que sucede durante un día caluroso cuando el asfalto se calienta mucho más que la atmósfera. Eso hace que suba la temperatura en las capas próximas al suelo más y se vuelvan menos densas. El resultado es que la luz azul que viene del cielo parece venir también del suelo. Y nuestro cerebro lo interpreta rápidamente como el reflejo del cielo sobre un charco o un pequeño lago de agua. La ilusión suele ocurrir en la carretera, en las pistas de despegue del aeropuerto o en el desierto.

Tampoco es signo de locura el espejismo de ver 'barcos fantasma' navegando por las nubes en las costas nórdicas. El efecto se conoce como Fata Morgana. En este caso el mar -y la capa de aire situada inmediatamente por encima- está muy frío, mientras que las capas de aire más altas tienen mayor temperatura. Así que la curvatura de los rayos de luz se produce en sentido contrario.

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