Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Por qué si me pego un golpe en el codo veo las estrellas

El dolor es tan agudo que incluso puede dejar el brazo paralizado unos instantes. ¿Qué sucede?

En un impacto con el codo flexionado, el nervio recibe el golpe
En un impacto con el codo flexionado, el nervio recibe el golpe
Chapendra

Todo el mundo sabe que un porrazo en el codo produce una desagradable mezcla de adormecimiento, dolor y cosquillas. Se produce cuando el impacto da justo en un punto del codo en el que el nervio cubital que recorre el brazo desde la clavícula hasta los dedos pasa muy cerca de la piel. Este punto se sitúa por debajo del húmero, en una zona que en la jerga médica se denomina epicóndilo medial. Informalmente, hueso de la risa. Aquí el nervio queda desprotegido, a la intemperie, sin esqueleto ni musculatura que lo cubran. En un impacto con el codo flexionado, el nervio se aplasta contra el hueso y percibimos un dolor agudo que llega hasta el dedo meñique e incluso puede dejar el brazo paralizado unos instantes. Por fortuna suele ser breve, y basta frotar el codo para que desaparezca.

No tienen tanta suerte los afectados por el síndrome del túnel cubital. En este caso, existe un problema que hace que el nervio cubital roce una y otra vez el epicóndilo medial y esté presionado crónicamente. Por ejemplo, si pasas muchas horas con el codo flexionado sobre un reposabrazos, comprimiéndolo, o si duermes con los brazos doblados. En casos leves, los afectados sienten entumecimiento y hormigueo en los dedos anular y meñique. Si la cosa empeora, el síndrome puede producir debilidad en el agarre y dificultad para coordinar el movimiento de los dedos.

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