Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Reto químico. Una moleculica muy ligona

Emulsiono champús y atrapo la grasa, cualidades muy apreciadas en el mundo de la cosmética. ¿Te animas a descubrir qué moleculica soy?

Tengo forma de piruleta: la cadena de carbonos, los átomos grises, sería el palito y, después, una colorida cabeza rojigualda
Tengo forma de piruleta: la cadena de carbonos, los átomos grises, sería el palito y, después, una colorida cabeza rojigualda

Sabores

Acabas de lavarte los dientes, pero te apetece un trocico de chocolate. Bueno, por una vez no pasa nada. Vas a la cocina, te peleas con el papel de aluminio que envuelve la tableta y coges una onza. Todavía te sientes un poco culpable, pero aún así le pegas un bocado. ¡Arg! Está superamargo. ¿Y eso? El karma, claro. Pues no, no es el karma. Es culpa mía.

Con forma de piruleta

Me presento. Soy una moleculica con un nombre muy largo. Mi estructura química tampoco se queda corta, es una cadena de doce átomos de carbono, nada más y nada menos. Como podéis ver en la foto, tengo forma de piruleta (echadle un poco de imaginación, porfi). La cadena de carbonos, los átomos grises, sería el palito. Es un palito hidrófobo, que no se lleva nada bien con el agua. Mi colorida cabeza rojigualda, por el contrario, es hidrófila, hace muy buenas migas con el líquido elemento. ¡Somos moleculicas anfipáticas! Moleculicas algo trastornadas que amamos, y a la vez odiamos, al agua. Pero gracias esta peculiar estructura somos las mejores en nuestro trabajo.

Ligo muy bien

Y ¿a qué me dedico?, os preguntaréis. Pues soy un tensioactivo, un emulsionante (si lees esta última frase a ritmo de trap, tiene hasta gracia.) Soy una moleculica que favorece la formación de emulsiones. Sabéis lo que es una emulsión, ¿no? Esas mezclas sorprendentemente homogéneas de dos líquidos inmiscibles, como la mayonesa (aceite y agua bien ligaditos), la leche o las vinagretas. A veces, las emulsiones ‘se cortan’, sus componentes se separan. Esto pasa porque no me llaman a mí. Gracias a las moleculicas tensioactivas, las emulsiones se mantienen como tiene que ser: bien emulsionadas.

En el armario del baño

Pero me he ido un poco por las ramas. Yo os estaba hablando de piruletas. Y es que esta peculiar forma que tenemos nos hace ser tensioactivos estupendos. ¿Por qué? Pues porque formamos ‘burbujas’ que atrapan la grasa. Los palitos hidrófobos se pegan a las gotas de aceite y grasa, y las deja envueltas de un montón de caramelos hidrófilos, que se llevan mejor con el agua y mantienen estable la emulsión. Si me buscáis entre los ingredientes de una mayonesa, seguro que no me encontráis. Pero si vais al baño y empezáis a mirar botes de cremas, pastas de dientes y champús…, os vais a hartar de leer mi nombre. Soy el ingrediente común a todos vuestros cosméticos, y encima me pluriempleo. Además de favorecer que sean pastositos y cremosos, ayudo a quitaros la mugre. ¡Ya os he dicho que atrapo la grasa! Soy tan, tan, tan omnipresente que, aunque paséis varios días sin ducharos…, yo sigo ahí, recubriendo vuestro cuerpo. Eso demostraron hace no mucho unos científicos. Estaban estudiando las bacterias que viven en vuestra piel y, por sorpresa, se encontraron concentraciones altísimas de tensioactivos como yo por todas partes.

¿Y el chocolate?

Harta de ser un desengrasante, busqué otras salidas profesionales. Y por fin, en 2001 (una odisea en el espacio), unos científicos comprobaron que también soy un estupendo repelente de tiburones. Pero hay moleculicas mensajeras (técnicamente se llaman ‘semioquímicas’) que son mucho más eficaces que yo, así que mi gozo en un pozo. Tuve que volver a la cosmética. Ah, ¿y lo del chocolate? ¿Por qué pasa? Pues pasa porque yo, además de emulsionar la pasta de dientes, bloqueo los receptores del dulce. Y, para más inri, potencio el sabor amargo. Vamos, que no me gusta que comáis después de lavaros los dientes.

Última pista

Venga, id al baño, revolved todos los botes que tengáis por ahí y buscad mi nombre, que se parece mucho, mucho, al apellido de uno de los autores de estos divertidos artículos. No digo más.

¿Sabes qué molécula soy?
Manda tu respuesta a milenio@heraldo.es con el asunto Adopta tu molécula. Sortearemos un premio entre los acertantes. Fecha límite: 11 de mayo.

¿Quieres adoptarme?

Para ser una buena madre o un buen padre, tendrás que averiguar sus propiedades, usos y la opinión que la gente tiene de ella. No te preocupes si te parece difícil y una gran responsabilidad; desde el blog ‘Moléculas a reacción’ te ayudaremos y guiaremos en tu adopción.

Fernando Gomollón Bel Químico y divulgador y José Ignacio García Laureiro Instituto de síntesis Química y Catálisis Homogénea

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión