Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Por qué el camino de vuelta parece más corto?

Nuestras expectativas y la realidad nunca coinciden. Ni a la ida ni a la vuelta. Descubre por qué el camino de vuelta a nuestro destino se nos hace más corto que el camino de ida.

¿Percibes la vuelta más corta cuando regresas o cuando lo recuerdas?
¿Percibes la vuelta más corta cuando regresas o cuando lo recuerdas?
Sokhoeun Lim

Seguro que has notado que, por regla general, el camino de vuelta a nuestro destino se nos hace más corto que el camino de ida. Tal y como demostraron hace unos años Niels van de Ven, psicólogo de la Universidad de Tilburg (Holanda), se trata de una ilusión muy común generada porque la realidad viola nuestras expectativas. Concretamente, cuando iniciamos un viaje tenemos una actitud excesivamente optimista que hace que nos resulte más largo de lo previsto. Al volver a casa, por el contrario, solemos pensar que el trayecto se prolongará más (entre otras cosas, porque recordamos lo larga que se nos hizo la ida). Y, una vez más, las expectativas y la realidad no coinciden. Volvemos a equivocarnos.

Tienen datos que cuantifican exactamente nuestro error. Van de Ven y sus colegas estimaron que en el trayecto de regreso percibimos que el camino es entre un 17% y un 22% más corto que durante la ida, con independencia de si seguimos o no la misma ruta.

Otro estudio japonés más reciente, publicado en la revista 'PLoS ONE', ofrece una hipótesis distinta. Propone que el 'efecto viaje de vuelta' no sucede tanto en el momento en que hacemos el trayecto sino cuando, más tarde, lo recordamos. Vamos, que sucedería a posteriori, al mirar el viaje en retrospectiva.

Ambas explicaciones justifican que cuando en 1969 el astronauta Alan Bean fue y volvió de la Luna a bordo del Apollo 12 de la NASA, declaró que le había parecido mucho más breve el viaje de regreso a la Tierra.

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