Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Rafael Bachiller: "Hay que ir más allá de las llamativas imágenes astronómicas"

Rafael Bachiller, director del Observatorio Nacional, acaba de recibir el Premio Savirón en su modalidad Trayectoria en Divulgación.

Rafael Bachiller, director del Observatorio Nacional
Rafael Bachiller, director del Observatorio Nacional
Carlos Muñoz

La astronomía se deja divulgar. Rafael Bachiller, director del Observatorio Nacional, Premio Savirón 2007 a la Trayectoria en Divulgación, reconoce que "es una ciencia tan fascinante que uno (al menos yo) no puede resistir el impulso de contar lo que ve: los últimos descubrimientos y resultados". En una ciencia "que suma al mero conocimiento científico todos esos grandes números que impactan nuestra imaginación, además de una deslumbrante belleza".

Sin embargo, esa misma belleza es también retadora para el divulgador: "Es necesario ir más allá de las llamativas imágenes. Mantener el rigor a la hora de explicar los numerosos fenómenos físicos que tienen lugar en cualquier situación astrofísica y hacer hincapié en los avances tecnológicos propiciados por la astronomía, unos avances que justificarían por sí solos las inversiones en esta disciplina".

¿Ha habido 'momentos estelares' para la disciplina y su divulgación?, le preguntamos. Por supuesto: cuando presenciamos la fragmentación del cometa Shoemaker-Levy-9 en 1993 con la espectacular caída de todos sus pedazos sobre Júpiter, la llegada de la sonda Huygens sobre Titán en 2005, las andanzas del robot Curiosity por la superficie de Marte desde el año 2012…", enumera. Consciente de que "se podrían rememorar muchos momentos fantásticos, además de los que suceden periódicamente: los eclipses más señalados y las visitas de los grandes cometas".

A lo largo de su trayectoria, ha vivido la evolución de los medios audiovisuales. "Los que tenemos ahora eran impensables hace unas décadas: simulaciones con ordenador, vídeos y presentaciones en planetarios han revolucionado la divulgación en astronomía, y el público va incrementando su interés día a día, tanto por la astronomía como por la ciencia en general". Él está convencido de que "las noticias científicas son las únicas noticias, las que realmente cambian el mundo,  las que permiten mejorar nuestra calidad de vida, enfrentándose a las enfermedades y a todas las miserias del mundo, mejorando así nuestra calidad de vida, haciendo progresar a la humanidad, transformando el mundo. El ciudadano medio tiene derecho a conocer qué hacen los científicos con el dinero público y tienen la obligación moral de estar informados sobre los avances científicos que, a veces, conllevan importantes decisiones de índole moral, por ejemplo en lo que se refiere a las células madre o la supervivencia del planeta". En su opinión, estar bien informado es esencial para poder participar en estos debates, "que son los grandes debates de nuestro tiempo, y para poder expresar opiniones más autorizadas en el marco democrático. La información científica nos hace más libres".

Como investigador, divulgar le aporta mucho, porque "el sistema científico actual hace que los investigadores nos centremos en campos progresivamente más específicos. Por ejemplo ¡yo he realizado estudios sobre el metanol en protoestrellas que tienen un rango de masas determinadas! Esta superespecialización no favorece una visión de conjunto ni siquiera de la subdisciplina en la que trabajamos (en mi caso, la formación estelar). Las tareas de divulgación a mí me hacen leer mucho y de muchos temas fuera de mi campo estricto, trato de comprender las implicaciones de un estudio dado en un marco general. Trato, en resumidas cuentas, de tener una visión global del panorama científico".

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