Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Epidemia de peste en Madagascar. ¿Riesgo global?

Esta enfermedad, que nos suena a Edad Media, sigue existiendo de forma endémica en distintas regiones del planeta. Desde los años noventa la mayor parte de los casos se concentran en África, República Democrática del Congo, Madagascar y Perú.

Pacientes afectados por la peste en Toamasina (Madagascar)
Pacientes afectados por la peste en Toamasina (Madagascar)
AFP Photo / Médicos Sin Fronteras / Rijasolo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la isla de Madagascar vive desde el 1 de agosto un gran brote de peste. Esta enfermedad, que muchos podrían creer erradicada y que se asocia frecuentemente a la Edad Media, sigue existiendo de forma endémica en distintas regiones del planeta.

La peste es una enfermedad infecciosa, causada por una bacteria denominada Yersinia pestis, y sus síntomas principales son fiebre, debilidad y dolor de cabeza. Tiene un período de incubación de entre uno y siete días desde el momento de la infección.

Existen dos formas principales de la enfermedad, en función de la vía de contagio: la bubónica y la neumónica.

La bubónica se transmite de un animal reservorio, generalmente las ratas, a los humanos, por la picadura de una pulga infectada, y es la forma más frecuente. Su transmisión entre humanos es rara. No obstante, puede extenderse a los pulmones, convirtiéndose en la forma más virulenta, la peste neumónica.

La neumónica se transmite entre humanos a través del aire, por vía respiratoria, con la inhalación de pequeñas gotas o partículas procedentes de una persona enferma. Tiene un período de incubación más corto, de un día, y si no se diagnostica y se trata temprano puede ser fatal, con una tasa de mortalidad entre un 30 y un 100%.

La peste bubónica recibe su nombre por los característicos bubones que se encuentran en las ingles, normalmente próximos al punto de infección, y son el resultado de la inflamación de los ganglios linfáticos. La bacteria Yersinia pestis entra en el organismo a través de la piel en el lugar de la picadura y se propaga por el sistema linfático hasta llegar a los ganglios, donde empezará a multiplicarse. Los bubones también pueden aparecer en las axilas o en el cuello y, en fases avanzadas de la infección, convertirse en llagas abiertas llenas de pus.

Otra variante que también se transmite de animales a humanos, por la picadura de una pulga o por el contacto con un animal infectado, es la peste septicémica, en la que la bacteria pasa del sistema linfático al torrente sanguíneo y de allí a todo el organismo.

Tres grandes pandemias históricas

A lo largo de la historia se han producido tres grandes pandemias de peste. La primera, en el siglo VI, es conocida como plaga de Justiniano, descrita por el historiador bizantino Procopio de Cesarea, y que llegó a Constantinopla en el año 542. Este brote, con ciclos de mayor y menor mortalidad, duró hasta el año 700. Entre los siglos VIII y XIV, Europa permaneció libre de pandemias.

La segunda gran pandemia fue la de la Edad Media, en el siglo XIV, cuando la peste, conocida como la 'muerte negra', diezmó las poblaciones europeas y de otros continentes. Se calcula que entre un tercio y la mitad de la población europea murió a causa de la peste negra. Su nombre proviene del hecho que, en la forma septicémica, las endotoxinas de las bacterias causan problemas de coagulación diseminados que pueden producir falta de irrigación sanguínea y conducir a la muerte de los tejidos afectados, que adoptan un color oscuro. También afectó China, la India, el Medio Oriente y el Norte de África.

La tercera se originó en la provincia de Yunnan en China en 1855 y se extendió por todo el mundo. Únicamente en la India causó la muerte de 10 millones de personas y dos millones más en China. La OMS la dió por finalizada en 1959, cuando los casos en todo el mundo se redujeron a unos 200 al año.

Aunque en época moderna se han producido epidemias de peste en África, Asia y América del Sur, desde los años noventa la mayor parte de los casos se concentran en África, en la República Democrática del Congo y en Madagascar. En este último país se producen casos prácticamente cada año, entre los meses de septiembre y abril. Fuera de África, el otro país donde la peste es endémica es Perú.

¿Por qué en la actualidad no se producen pandemias de peste?

Las mejoras de higiene, el menor hacinamiento de la población en las ciudades de muchas partes del mundo, y el desarrollo de los antibióticos se cuentan entre las razones por los casos de peste se han reducido desde la última pandemia.

Si se diagnostican a tiempo, las distintas formas de peste responden bien al tratamiento con antibióticos. Las personas con alto riesgo de contagio se pueden vacunar y aquellas que han estado en estrecho contacto con enfermos o en los casos en los que haya ocurrido una exposición de riesgo, como por ejemplo por picaduras de pulgas o por el contacto directo con fluidos corporales o tejidos de animales infectados, la OMS aconseja el tratamiento profiláctico con antibióticos.

El brote de peste de Madagascar es el mayor de los últimos años. A 10 de noviembre, se habían contabilizado 2.119 casos, entre confirmados, probables y bajo sospecha, con 171 muertes (un 8%). El 76% de los casos han sido de la forma neumónica, el 15% de la bubónica, un caso de la forma septicémica y un 8% sin especificar. Para tener una idea de la magnitud de la epidemia, de 2010 a 2015, en todo el mundo se registraron 3.248 casos, con 584 muertes.

En Madagascar, la mayor parte de los casos han sido tratados y se han recuperado, al igual que las personas que han estado en contacto con enfermos: unas 7.000 han sido tratadas de forma profiláctica.

¿Puede propagarse a otros países?

La epidemia de peste no se ha propagado fuera del país y la OMS considera que el riesgo de extensión a otros países es bajo. El corto período de incubación de la peste neumónica es uno de los factores que mitiga el riesgo de propagación global.

En el aeropuerto internacional de Antananarivo, estos últimos meses se toma la temperatura a los pasajeros que viajan fuera del país. Aquellos con fiebre, en los que exista sospecha de la enfermedad, son aislados en el mismo aeropuerto y se les realiza un rápido test para diagnosticarlos. Si se confirman los síntomas, no se les permite viajar.

Desde mediados de octubre, los casos reportados de peste han ido disminuyendo, lo que indica que la fase epidémica del brote está remitiendo, aunque la OMS destaca que se pueden continuar produciendo casos hasta el final de la temporada de peste, en abril de 2018, y que el programa de control que está en marcha es esencial para minimizar las infecciones por peste bubónica y la transmisión de persona a persona de la forma neumónica.

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