Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Chapa, pintura y evolución

La evolución nunca deja de sorprendernos.
La evolución nunca deja de sorprendernos.
State of New South Wales and Office of Environment and Heritage

"La evolución es un chapista", dijo en cierta ocasión el premio Nobel de Medicina francés François Jacob. "Los materiales a disposición del chapista no tienen una función precisa y definida. Cada uno puede ser usado de varias formas distintas. (…) El chapista coge un objeto que por casualidad está en su caja y le da una función inesperada. (…) Este proceso no es muy diferente de lo que hace la evolución cuando transforma una pata en ala, o parte de una mandíbula en los huesos del oído", aclaraba. El mexicano Martín Bonfil, autor del blog 'La ciencia por gusto', se hace eco de sus palabras y nos cuenta cómo la evolución es una gran improvisadora que reutiliza sus materiales para generar nuevos órganos y funciones. Usando como materia prima las mutaciones, que aunque normalmente son dañinas muy de vez en cuando aportan alguna ventaja y se quedan. Como ejemplo, Bonfil recoge el caso del virus que se apropió de una copia de un gen de la araña viuda negra que permite fabricar la latrotoxina, un componente de su veneno que funciona haciendo hoyos en la membrana de las células de sus presas. Creaciones del "chapista biológico" que no dejan de sorprender...

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