¿Hasta qué punto es mejor vestirse de color blanco para pasearse bajo el sol en pleno verano? ¿Se puede considerar un tono 'fresco' científicamente hablando? Es la pregunta que se ha hecho Jordi Pereyra, autor del blog Ciencia de Sofá. Para dar con la respuesta usó una camiseta blanca y otra negra y las colocó al sol para ver qué temperatura alcanzaban.

Como enseña en un curioso vídeo, nada más exponerlas a los rayos solares la camiseta blanca registraba 30,6 grados, mientras que la de color azabache ya llegaba a los 42,8 grados. Y transcurridos unos minutos, ambas prendas se estabilizaron a 32 y 53 grados respectivamente. Una espectacular diferencia. Según explica Jordi, como la temperatura se transfiere de los cuerpos más calientes a los más fríos, la camiseta blanca, con una temperatura inferior a la del cuerpo humano, no aumenta la sensación de calor si la usamos cuando Lorenzo pega fuerte. Sin embargo, la prenda negra, a más de 15 grados por encima de la temperatura corporal, nos hará asarnos de calor.