Ciertos directores de cine han usado reiteradamente la geometría con un valor expresivo y/o estético. El expresionismo alemán recurrió a los ángulos agudos para plasmar entornos de tensión y pánico (‘El gabinete del Dr. Caligari’). Jacques Tati representó la alienación del mundo moderno en la oficina cartesiana, dominada por los ángulos rectos, donde cada uno trabaja aislado en su celda rectangular (‘Playtime’). Alfred Hitchcock utilizó la espiral para sugerir el pánico (‘Vértigo’ y ‘Psicosis’). La simetría con punto de fuga estructura muchas escenas en la filmografía del perfeccionista Stanley Kubrick.

También geométrica es la estructura de algunos guiones. La simetría es el canon a que se ajustan los argumentos de ‘El niño con pijama de rayas’ o de ‘El hombre del tren’, donde dos personajes viven vidas opuestas. El paralelismo guía las historias de las tres mujeres protagonistas en ‘De tu ventana a la mía’, de la aragonesa Paula Ortiz, avanzando en una misma dirección y sentido pero sin encontrarse, ni en el espacio ni en el tiempo.

En el cine de fantasía o de catástrofes, la geometría fractal es hoy esencial. Imágenes laboriosas, como son los efectos con fluidos, se generan mediante algoritmos iterativos. El arte siempre ha requerido de la técnica; cada vez más, también de las matemáticas. Decía Robert Redford: «Cuando iba al colegio odiaba las matemáticas... Pero al convertirme en director de cine me dí cuenta de que el 80% de la dirección se basa en ellas. Así que aprendí lo que era la ironía».

José María Sorando Muzás, profesor de Matemáticas en el IES Élaios y autor del libro ‘Aventuras matemáticas en el cine'