Tercer Milenio

En colaboración con ITA

"Aprender otra lengua en la tercera edad podría proteger el cerebro"

Desde el Basque Center on Cognition, Brain and Language exploran los efectos del aprendizaje de otro idioma en el cerebro de las personas mayores.

Jon Andoni Duñabeitia ofreció una conferencia la semana pasada en Ibercaja Patio de la Infanta.
Jon Andoni Duñabeitia ofreció una conferencia la semana pasada en Ibercaja Patio de la Infanta.
CARLOS MUÑOZ

Como los instrumentos de una gran orquesta, los diferentes nodos o áreas del cerebro se conjuntan para hablar o entender una lengua, ya sea nativa o extranjera. Los neurocientíficos ya escuchan la melodía, pero trabajan para identificar cada instrumento y entender cómo se combinan. Desde el Basque Center on Cognition, Brain and Language,  expertos como Jon Andoni Duñabeitia  exploran los efectos del aprendizaje de otro idioma en el cerebro de las personas mayores, el bilingüismo en la escuela o la sorprendente influencia de la lengua en la toma de decisiones.


PREGUNTA ¿Cómo es el cerebro de una persona bilingüe?

RESPUESTA Hoy día, resulta difícil poner la mano en el fuego por la existencia de unas diferencias suficientemente sólidas en la estructura del cerebro bilingüe y del cerebro monolingüe, ya sea en la integridad y conectividad de la sustancia blanca o en el volumen de sustancia gris. En cambio, numerosos estudios científicos demuestran que el cerebro bilingüe funciona de una manera ligeramente diferente al cerebro monolingüe. El primero necesita constantemente moverse entre las lenguas que conoce, activando la que quiere utilizar en cada momento, mientras la que no quiere utilizar queda inhibida.


P. ¿Hay edades más apropiadas para aprender un idioma?

R. En la infancia construimos nuestro repertorio de sonidos que conformarán los fonemas que utilizaremos a diario. Una vez quede encapsulado, será más difícil integrar los nuevos sonidos de una nueva lengua. Pero es posible aprender una lengua nueva en cualquier momento de la vida. De hecho, el proyecto Garuna que yo coordino desde el Basque Center on Cognition, Brain and Language, colaboración con la Mancomunidad del Txorierri y el Gobierno Vasco, ha logrado demostrar que personas de 80 años pueden aprender una lengua nueva de gran utilidad en su entorno siempre que los recursos personales y técnicos sean los apropiados.


P. ¿Qué relación hay entre el bilingüismo y las enfermedades neurodegenerativas? ¿Es posible proteger el cerebro aprendiendo una lengua?

R. Esta es la hipótesis que dio origen al proyecto Garuna. Algunos estudios científicos epidemiológicos apuntan hacia la posibilidad de una demora de entre cuatro y cinco años en la aparición de los primeros síntomas de ciertas enfermedades neurodegenerativas como consecuencia del uso y conocimiento de más de una lengua. Muchos científicos nos hemos puesto manos a la obra para desarrollar proyectos de intervención orientados a proteger a nuestros mayores mediante el aprendizaje de lenguas en la tercera edad. Lamentablemente, algunos estudios más recientes sugieren que el vínculo entre bilingüismo y demora en la aparición de síntomas de algunos tipos de demencias no es tan sólido y fiable como se pensaba inicialmente. Seguimos explorando este fenómeno.


P. El bilingüismo avanza en la educación. ¿Qué nos dice la ciencia de sus ventajas o complicaciones? ¿Cada asignatura debería impartirse en un único idioma?

R. Nuestros estudios más recientes están demostrando que aprender conceptos utilizando varias lenguas vehiculares no produce ningún efecto negativo en el proceso de aprendizaje respecto al uso de una única lengua. Desde mi punto de vista, en lugar de una secuencia de clases monolingües (aunque sea en diferentes lenguas), la escuela debería convertirse en un entorno donde el uso simultáneo de más de una lengua está bien visto y se fomenta, incluso en una misma asignatura.


P. ¿Cómo afecta a la toma de decisiones la lengua que usemos?

R. Sorprendentemente, no nos comportamos igual cuando tomamos decisiones en nuestra lengua nativa que en una lengua extranjera. Las decisiones tomadas en un contexto de lengua extranjera se fundamentan más en la razón y en un pensamiento de corte más utilitarista y pragmático. Laboratorios de diversos países estamos explorando estos efectos tan curiosos, que parecen ser muy robustos y generalizables. La hipótesis de trabajo principal es que las lenguas nativas se aprenden en un contexto familiar, emocionalmente muy rico. En cambio, el aprendizaje de lenguas extranjeras suele suceder en contextos escolares o más académicos. Esa ligera desconexión emocional hace que tomemos decisiones diferentes. Este tipo de trabajos es crítico para entender mejor qué ocurre en contextos tan importantes como los mercados o las instituciones políticas internacionales. ¿Toman las personas que hablan inglés como lengua nativa y aquellas que lo hablan como lengua extranjera sus decisiones según diferentes criterios? En los próximos años esperamos conseguir entender la complejidad de estos contextos internacionales multilingües.



De cerca

Es doctor en Psicología por la Universidad de La Laguna y experto en neurociencia cognitiva del lenguaje. Trabaja como neurocientífico en el Basque Center on Cognition, Brain and Language de San Sebastián. Lidera el grupo de investigación Multilingual Literacy, que explora los procesos cognitivos asociados a la adquisición de la lengua oral y escrita en poblaciones tanto monolingües como multilingües, y en personas de diferentes edades, desde la infancia a la edad adulta.

El cerebro funciona como una orquesta

No es posible enseñarle un idioma a una máquina del mismo modo que se lo enseñaríamos a un ser humano. ¿Por qué? Para Jon Andoni Duñabeitia, neurocientífico en el Basque Center on Cognition, Brain and Language de San Sebastián, la respuesta a esta pregunta "es seguramente la más desalentadora para un neurocientífico". El aprendizaje depende del cerebro "y los misterios que encierra son todavía tan grandes que hacen imposible reproducirlo de un modo artificial". En las últimas décadas, se ha avanzado mucho en entender mejor la función de cada área, "pero cuando se trata de algo tan complicado como el lenguaje, tenemos que entender que el cerebro funciona como una gran red, donde diferentes nodos o áreas colaboran de un modo orquestal, con el fin de que podamos producir y comprender las diferentes manifestaciones lingüísticas". "Cuál es la función exacta de cada punto de esta red sigue siendo un misterio oculto a los ojos de los científicos, aunque nos aproximamos cada vez más a entender cómo una lengua se representa en el cerebro", explica. "Ahora tenemos las herramientas para escuchar la melodía que produce la orquesta en nuestro cerebro. El siguiente paso es identificar cada instrumento y cómo se combinan en una melodía concreta. Cuando seamos capaces de hacer eso, podremos escribir una nueva melodía para que la interprete una nueva orquesta, un nuevo cerebro o una nueva máquina".
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