¿Tienes antojo de chocolate? El cuerpo te está pidiendo otra cosa

Hay que atender a las señales del organismo cuando sentimos la necesidad irrefrenable de devorar algún alimento, ya que puede significar que tenemos carencias de nutrientes.

Aunque parezca que una tarta de chocolate es la mejor opción para calmar el antojo, hay opciones más sanas.
Aunque parezca que una tarta de chocolate es la mejor opción para calmar el antojo, hay opciones más sanas.

Hay mañanas que, sin explicación alguna, nos invade la necesidad de devorar chocolate sin miramientos. Da igual que sea en forma de tableta, de tarta o en taza, pero el cuerpo nos pide disfrutarlo para acabar con la sensación de cansancio o irritabilidad que se adueña de nosotros a cada segundo. Aunque muchas veces es cierto que se trata de un capricho pasajero que termina cuando saboreamos cacao, otras muchas es una alerta que nos manda el organismo para que seamos conscientes de un déficit de algún nutriente esencial.

Así, el deseo irrefrenable de comer chocolate suele estar asociado con una falta de vitamina B, magnesio y ácidos grasos, que bien puede combatirse con otros alimentos más saludables como las uvas, el repollo, las nueces o un buen filete. Pero el antojo de cacao no es la única alerta que manda el organismo; hay otros tantas relacionadas con las pasta, el alcohol o las patatas fritas que denotan la carencia de sustancias básicas para el organismo.

Otros alimentos con los que ocurre...

Hidratos de carbono. Aunque parezca que la pasta es lo único que le va a saciar para la cena, la realidad es que el cuerpo quiere algo diferente. La apetencia de hidratos de carbono suele significar una falta de aminoácidos en el organismo. Intentar comer salmón, nueces o legumbres en lugar de pasta o añadirlos a la pasta para comer menos cantidad suele ser una buena solución. Bebidas con cafeína. Muchas personas toman café de manera rutinaria cuando tienen sueño y sin tener en cuenta la hora del día. Pero esa sensación de modorra que nos invade puede ser una prueba de que el cuerpo quiere hierro o azufre. Comer pimientos rojos, huevos, ajo o cebollas aportará los nutrientes que se necesitan. Frituras. Aunque no suele ser el antojo más común, quién no ha babeado en sueños alguna vez al pensar en una gamba orly o unas patatas fritas perfectas. Teniendo en cuanta que los lípidos son uno de los tres principales nutrientes de nuestro organismo, podemos aportárselos con un buen queso artesanal, yogur, gambas a la plancha, pescado y, por supuesto, aceite de oliva. Alcohol. A veces, después de semanas de mucho estrés, una copa con los amigos parece que lo arregla todo. Para evitar el consumo de estas bebidas, podemos darle a nuestro cuerpo potasio y calcio, que encontraremos en la carne roja, las aceitunas o los plátanos'Snacks' salados. El problema principal de las patatas fritas de bolsa es que una vez que pruebas una, ya no se puede parar de comer. Cuando nuestro cuerpo pide atiborrarnos de este delicioso 'snack' nos está alertando de un déficit de sodio, que podemos mejorar con una dosis diaria de anacardos.Ir al suplemento de salud

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