El ibuprofeno, ¿mejor de 600 mg o de 400 mg?

El abuso de este medicamento tan cotidiano puede aumentar el riesgo cardiovascular, por lo que conviene tomarlo con precaución.

La Fiscalía investiga la venta por internet de MMS, un fármaco sin propiedades curativas y peligroso para la salud.
El ibuprofeno es uno de los medicamentos de uso más cotidiano.
Pixabay

El ibuprofeno es uno de los medicamentos de consumo más habitual, pues su función antiinflamatoria lo convierte en una solución rápida para dolores musculares, menstruales, de cabeza o cuadros febriles. Tal y como explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), esta sustancia impide "la transformación de ácido araquidónico (que es un ácido graso poliinsaturado que se encuentra en la membrana de las células) en prostaglandinas, sustancias fundamentales para el proceso inflamatorio".

Aunque su consumo no está exento de polémica -hay estudios que sugieren que puede causar impotencia sexual y está contraindicado en caso de sufrir alguna enfermedad o, por ejemplo, para las mujeres embarazadas-, este medicamento puede adquirirse en farmacias sin necesidad de receta.

Bajo prescripción médica

A pesar de no necesitar receta, los expertos apuntan que superar los 2.400 miligramos al día podría ser perjudicial para la salud, por lo que se recomienda usar la dosis eficaz más baja y durante el menor tiempo posible. Tal y como informa la OCU, "el ibuprofeno 400 mg es la presentación apta para el autocuidado de los pacientes y como tal no requiere de prescripción médica. Por el contrario, el ibuprofeno 600 mg solo se puede adquirir bajo prescripción médica".

Esta advertencia radica en los principios activos de estos comprimidos, pues "las prostaglandinas también tienen un papel protector del estómago, de la función renal y además son vasodilatadores, cuando nos tomamos un medicamento de esta familia también estamos contrarrestando todos estos efectos protectores". Así, entre los efectos secundarios se encuentra el aumento de la presión arterial y el riesgo de sufrir hemorragias, úlceras o perforaciones gastrointestinales o un evento cardiovascular grave, como el infarto de miocardio.

Así, desde esta organización de consumidores recuerdan al sector farmacéutico y a los consumidores la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que indica, entre otros aspectos, que los medicamentos deben adquirirse bajo receta médica cuando pueden presentar un peligro, "directa o indirectamente, incluso en condiciones normales de uso", o "si se utilizan sin control médico o cuándo se utilizan frecuentemente, y de forma muy considerable, en condiciones anormales de utilización, y ello pueda suponer, directa o indirectamente, un peligro para la salud".

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