Nutrición y filtros solares: aliados para proteger la piel

Según los expertos, todos, en mayor o menor medida, somos vulnerables a los efectos negativos de la radiación del sol.

La protección solar es fundamental estos días.
La protección solar es fundamental estos días.
Pixabay

¿Por qué nos gusta el sol? Reporta muchos beneficios, aumenta la producción de vitamina D necesaria para el depósito de calcio en los huesos, mejora el estado de ánimo y, además, ayuda a lucir moreno. Sin embargo, hay que tomarlo con moderación y con las debidas precauciones.

Los dermatólogos advierten de que el sol es una de las causas fundamentales del envejecimiento cutáneo, pues puede producir arrugas, alteraciones en la piel e, incluso, cáncer.

Para proteger la piel, es recomendable mantener una nutrición adecuada, tal y como indican desde Naturoteca, establecimiento zaragozano especializado en herbodietética, alimentación y salud natural, a través de una dieta que contenga la cantidad de agua suficiente para una correcta hidratación, antioxidantes y ácidos grasos omega 3 (de aceite de lino o aceites de pescado azul), omega 6 ( de aceite de onagra o aceite de borraja) y omega 7 (de aceite de espino amarillo).

Así, es conveniente llevar una dieta rica en hortalizas y frutas, cereales integrales, legumbres y plantas medicinales como el té verde, que contribuye a activar la propia capacidad autoprotectora del organismo. También podemos complementar nuestra alimentación con suplementos de vitamina E, rosa mosqueta y betacarotenos en formato de cápsulas, que constituyen una reserva de antioxidantes. Estos no sustituyen la fotoprotección convencional, son complementarias y serán de gran ayuda para proteger la piel tomándolos unas semanas previas a la exposición solar.

¿Qué protector solar elijo?

Es necesario contar con la ayuda de filtros solares que palien las consecuencias de la radiación solar. Desde Naturoteca, diferencian entre tres tipos:

Filtros solares físicos: actúan a modo de pantalla reflejando la luz. Tienen la ventaja de que no pueden ser absorbidos por la piel, lo que los hacen especialmente favorables para los más pequeños y para personas de piel sensible o con tendencia atópica. Los filtros físicos más conocidos son el óxido de zinc y el dióxido de titanio, aunque hay otros. Filtros solares biológicos: son antioxidantes que evitan la formación de radicales libres y disminuyen el estrés oxidativo y el daño celular que podrían ser el origen del fotoenvejecimiento y el cáncer de piel. La mayoría de de estos filtros son vitaminas con propiedades antioxidantes(A, C y E). Pueden utilizarse de forma tópica en protectores solares que las incluyen en sus fórmulas. También es posible tomarlas por vía interna en forma de cápsulas o comprimidos. Filtros solares químicos: actúan por absorción de la radiación solar ultravioleta. Tienen el inconveniente de que pueden producir reacciones alérgicas.A la hora de elegir un protector solar, hay que tener en cuenta que no solo es suficiente con unos buenos filtros físicos o químicos para reducir el paso de la radiación en la piel. Si se quiere mayor eficacia fotoprotectora, se deberán escoger aquellos que contengan filtros biológicos en sus fórmulas, es decir, antioxidantes y reparadores, ya que reducen el daño celular.

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