Crece un 30% el número de oscenses que recurre a la reproducción asistida

Desde la clínica Ivi apuntan que congelar óvulos puede minimizar los problemas derivados de aplazar la maternidad.

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El número de mujeres y/o parejas de Huesca que han acudido a la medicina reproductiva para tener un hijo ha crecido un 30% en el último año. Así se desprende de los datos que ha dado a conocer hoy Ivi Zaragoza sobre el perfil de los pacientes oscenses que han optado por la reproducción asistida para tener un hijo.

Pareja heterosexual, que ya supera los 38 años de media y que se realiza una fecundación in vitro sería el perfil medio de los oscenses que entran a una clínica de reproducción asistida de Ivi. “Cada caso y cada diagnóstico es diferente, pero hay un denominador común en la mayoría de historias clínicas: la edad. Se está posponiendo el momento de tener un hijo y olvidamos que el mejor momento social es diferente al mejor momento biológico. La cantidad y calidad de los óvulos en la mujer cae a partir de los 35 años, y tenemos estudios en los que, si bien no es tan significativo, se muestra que la calidad seminal del varón también empeora con el paso del tiempo”, explica el Dr. José Serna, director de IVI Zaragoza.

Por su parte, la media de edad de la paciente oscense también ha aumentado con el paso de los años. Si en 2013, la media de edad de las oscenses para acudir a la clínica apenas llegaba a los 36 años, en tan solo cinco años se ha desplazado dos años, hasta superar ya los 38 años de media. “De todos es sabido que muchas mujeres aplazan cada vez más su momento de ser madres, en pro de otros ámbitos de sus vidas, como el social, económico y/o laboral. Esta realidad, desafortunadamente, no va en consonancia con la naturaleza reproductiva del ser humano, que además de señalarlo como el menos fértil de todos los seres vivos, hace que los años mermen notablemente su fertilidad; un deterioro que tiene más incidencia en el caso de la mujer, sobre todo a partir de los 35 años”, explica el Dr. Serna.

Ante esta situación, el binomio “maternidad tardía y problemas reproductivos” coge fuerza en nuestros días, obligando a muchas mujeres que deciden ser madres a finales de la treintena a precisar ayuda de centros de reproducción asistida para cumplir su deseo.

Las oscenses preservan cada vez más

Una solución para minimizar los problemas derivados de aplazar la maternidad podría ser preservar la fertilidad, es decir, congelar óvulos a una edad joven para poder usarlos más tarde, cuando la pareja o la mujer desee tener un hijo.

“Debemos tomar conciencia de que la etapa fértil de la mujer no es eterna. Preservar cuando la calidad y cantidad de los óvulos es idónea es el mejor consejo que podemos dar”, añade el Dr. Serna. Para divulgar este mensaje, la clínica ofrece de forma gratuita un análisis de fertilidad, para determinar la reserva ovárica de las mujeres.

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