Una terapia contra el cáncer revoluciona la medicina mundial

La técnica consiste en seleccionar los linfocitos antitumorales, reproducirlos y autotrasplantarlos en el tejido celular afectado.

En los últimos años, se ha avanzado mucho en el tratamiento de este cáncer.
Importante avance en la lucha contra el cáncer.

El caso de la estadounidense Judy Perkins se ha convertido en una esperanza para desarrollar una nueva inmunoterapia contra los tipos de cáncer más letales. Así lo pone de manifiesto la noticia publicada hoy en ‘El País’, que afirma que a la paciente, que sufría un tumor de mama con metástasis en el hígado, y a la que le daban dos meses de vida, se le realizó el tratamiento que ha conseguido que esté viva cuatro años después y sin rastro de cáncer desde hace más de dos años.

Concretamente a esta ingeniera, de 49 años, le realizaron un autotrasplante de sus propios linfocitos. La técnica, creada por el cirujano del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU, Steven Rosenberg, está en desarrollo, “porque hasta ahora solo el 15% de pacientes responde”, según él mismo afirma en las declaraciones recogidas por el diario nacional.

La nueva técnica se conoce como linfocitos que infiltran el tumor (TIL, en sus siglas inglesas), y consiste en aislar los glóbulos blancos que han penetrado en el tumor, seleccionando aquellos que son capaces de identificar neoantígenos, es decir, proteínas que solo producen las células tumorales. En el tratamiento de la estadounidense, por ejemplo, los médicos aislaron apenas 11 linfocitos que identificaban cuatro antígenos tumorales a partir de los cuales obtuvieron en el laboratorio 80.000 millones de hijos que después fueron reinyectados. Un año después, todos los tumores habían desaparecido.

En este punto, tal y como aclara ‘El País’, Rosenberg ofrece una noticia buena y otra mala: “El 80% de los pacientes con cánceres epiteliales generan linfocitos que reaccionan contra el tumor, pero de 197 mutaciones identificadas, 196 son exclusivas del tumor de ese paciente y no las comparte con ningún otro”. Esto significa que hay que desarrollar un tratamiento por cada enfermo, lo que a su vez requiere el uso de salas limpias, secuenciación genética masiva del paciente y su tumor y el trabajo de unos 30 especialistas.

En la actualidad, ya hay en el mercado fármacos basados en anticuerpos que se unen a los linfocitos y les permiten unirse a las células tumorales y destruirlas. Esta inmunoterapia es efectiva contra el melanoma metastásico y el cáncer de pulmón avanzado, aunque solo funciona en un tercio de pacientes por razones que aún no están claras. Otro tipo de inmunoterapia en cuyo desarrollo ha tenido un papel fundamental Rosenberg es la terapia génica a base de CAR-T, linfocitos modificados genéticamente que han resultado efectivos contra tumores sanguíneos, especialmente leucemias agudas en personas jóvenes.

El coste de los fármacos aprobados de CAR-T es de unos 400.000 euros y los TIL podrían superarlo. La posibilidad de conseguir nuevas terapias contra los tumores más letales que casi nadie se podrá permitir es real, según reconocen algunos oncólogos.

La noticia de ‘El País’ apunta, además, que en Madrid, el equipo de Manuel Ramírez-Orellana probó los TILS para tratar a cuatro niños con tumores que no respondían a otras terapias en el Hospital Niño Jesús. “Vimos que el tratamiento era seguro, pero los pacientes no respondieron". En este caso se cultivaron los linfocitos que habían infiltrado los tumores, pero no se hizo una selección en función de los neoantígenos que eran capaces de reconocer, algo que puede ser la clave que explique por qué la terapia funcionó tan bien en algunos pacientes en EE UU.

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