¿Afecta la contaminación a los alérgicos?

El contacto de las partículas de emisión diesel con los granos de polen puede facilitar su llegada a las vías respiratorias.

El calentamiento global, la contaminación y la sequía provocan un mayor riesgo de sufrir alergias.
El calentamiento global, la contaminación y la sequía provocan un mayor riesgo de sufrir alergias.
Pixabay

El otoño es la época del año en la que se dan las condiciones más idóneas para la vida de los ácaros. Los efectos del cambio climático, con inviernos cada vez más cálidos, provocan periodos de polinización más largos e intensos.

La alergia otoñal, mucho menos conocida que la primaveral, es más común de lo que se piensa, ya que el polen no es el único responsable de esta afección estacional. Recientes estudios han relacionado factores como el calentamiento global, la contaminación y la sequía con un mayor riesgo de sufrir alergias.

La contaminación de las ciudades dispara las posibilidades de padecer alergias. El contacto de las partículas de emisión diesel con los granos de polen puede facilitar su llegada a las vías respiratorias.

Por esta razón hay que tener especial cuidado los días en los que hay mayor cantidad de partículas contaminantes. Este vínculo se debe a que tanto las emisiones de los vehículos como los agentes alérgenos están presentes en el aire y pueden interactuar fácilmente entre ellos.

La alergia, cada vez menos “primaveral” por el cambio climático

Actualmente, con la proliferación de las nuevas industrias y el aumento significativo del parque automovilístico de las urbes se ha producido un aumento de las alergias, multiplicando la capacidad del polen para provocar síntomas en el cuerpo humano.

El cambio climático, con inviernos cada vez más cálidos, está provocando periodos de polinización más largos e intensos. Esta estación, con temperaturas más propias de la primavera y escasas precipitaciones, está incrementando los casos de alergia respiratoria.

Perjudicial para el desarrollo cognitivo

Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona ha revelado que la contaminación atmosférica que afecta a los niños durante su trayecto a la escuela puede provocar daños en su desarrollo cognitivo.

Además, los efectos perjudiciales de la contaminación pueden ser especialmente importantes en los menores, debido a su menor capacidad pulmonar y a su mayor frecuencia respiratoria.

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